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LA PEDOFILIA Y LA VENTANA DE OVERTON

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La Pedofilia y a ventana de Overton
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Con una hábil manipulación de la prensa, pueden hacer que la victima parezca un criminal y el criminal, la victima

Malcom X

La ventana de Overton es un concepto desarrollado por el politólogo Joseph P. Overton, que describe cómo las ideas políticas y sociales cambian a lo largo del tiempo en función de lo que es considerado «aceptable» en un determinado momento y contexto.

Algo era visto como tabú o como algo totalmente impensable de aceptar por la mayoría de las personas, con el paso del tiempo y siguiendo cierta estrategia, puede ser aceptado por la sociedad. 

Es relativamente fácil manipular socialmente a los ciudadanos, y legalizar cualquier fenómeno dentro del marco de la llamada «Ventana de Overton». Y es lo que estamos viviendo desde hace varias décadas con cambios acelerados en nuestro modelo de sociedad, que perjudican la vida humana, el matrimonio, la familia, la educación de los niños y adolescentes, la dignidad de las personas, que solo pudieron ser aprobadas con un engaño masivo y una manipulación colosal: feminismo radical, aborto, eutanasia, vientres de alquiler, ideología de género y queer, transexualidad.

Lamentablemente esta teoría se ha usado en diversas ocasiones para introducir conceptos o ideas que han dañado a la sociedad, sus instituciones y valores fundamentales. Es usada como una herramienta de engaño masivo y manipulación social.

LA HOJA DE RUTA PARA LEGALIZAR LA PEDOFILIA

La ventana de Overton explica como esta manipulación puede ser posible en 5 etapas, en donde una idea que parecía impensable pasa a ser radical, luego es aceptable, popular, para finalmente convertirse en política. 

Un caso latente hoy en día es la pedofilia y como, poco a poco, se va introduciendo en la sociedad un tema tan aberrante y polémico, pero que si se saben aplicar los pasos de la ventana de Overton, no se descarta que en un futuro sea aceptado por la sociedad, por más impensable que esto sea en la actualidad.

Etapa 1: De lo impensable a lo radical

La pederastia, las relaciones sexuales con niños, es hoy un tema tabú. A la mayoría de la población le resulta inconcebible que un adulto mantenga relaciones sexuales con una niña o con un niño, sean relaciones heterosexuales u homosexuales. Esa es una cuestión considerada inaceptable, ilegal y escandalosa. 

Pero se abre la ventana de Overton. Y aparece la ministra de igualdad de España, Irene Montero, y manifiesta públicamente en la tribuna del Congreso que los niños tienen derecho a mantener relaciones sexuales con quien les dé la gana. 

Los partidarios de la legalización de la pedofilia comienzan por introducir este debate en la opinión pública apelando a cuestiones científicas. Estos “científicos” comienzan a organizar congresos y seminarios, publicando artículos en los periódicos o revistas científicas y, provocando, por fin, el debate.

El primer objetivo esta logrado: dejar que la pedofilia se considerara como un tema tabú del que no se podía hablar. Lo impensable había desaparecido. Y medios de comunicación dan eco a estos delirios y demandan que el depravado político o científico expliquen sus teorías. 

Etapa 2: De lo radical a lo aceptable

En la segunda fase hay que construir un marco mental que pueda ser aceptado por la opinión pública, limando expresiones y lenguajes que provocan rechazo.

Para ello, ya que la palabra pedofilia tiene connotaciones negativas, poco a poco, los «destructores sociales» que están detrás de esta campaña logran introducir en los mass-media un sinónimo que dulcificaría ese concepto: «Personas atraídas por menores». 

Pero los cambios no se circunscriben solo a ese concepto. Como las palabras que rodean el mundo de la pedofilia crean repulsión y chirrían en la opinión pública, los intelectuales de la oscuridad se implican en dar una nueva vuelta de tuerca en la manipulación del lenguaje para lograr desterrar ciertas palabras difíciles de disfrazar.

En este sentido, comienzan a sustituir las palabras ‘violación’ o ‘abuso sexual’ por ‘contacto sexual adulto-infante’ o ‘sexo intergeneracional’. También ponen empeño en palabras como “autonomía infantil” o que expresiones como ‘niño’ o ‘niña’ se reemplacen por ‘púberes’ (adolescentes), ‘prepúberes’ (niños) o ‘neonatos’ (bebés). Y los términos ‘manosear’ se intenta desterrar por ‘caricia sexual’; mientras que la palabra pedófilo se puede transmutar en ‘amante de niños varones’ o ‘amante de niñas’».

Además, argumentan que hay que distinguir los conceptos de pedófilo y pederasta: «los primeros sólo son portadores de un deseo, mientras que los segundos son los hombres perversos que sí abusan de los niños».

Se manipula por completo el lenguaje y las palabras, transformando lo aberrante en normal.

Etapa 3: De lo aceptable a lo sensato

Esta tercera etapa tiene como objetivo que la nueva idea sea considerada sensata y razonable. Se comienza a apoyarla explícitamente en los medios de comunicación y puede suceder que quienes estén en contra de ella sean señalados de alguna forma, o bien, criticados como retrógradas o ignorantes. Comienzan así a defender la pedofilia con engaños y expresiones rimbombantes como “la defensa de los derechos de niños, niñas y adolescentes” y expresan su “enfático rechazo de toda forma de vulneración hacia las infancias” o definiciones como que «las relaciones estrechas e íntimas entre adultos y jóvenes son intrínsecas a los seres humanos, así como a otros primates. Ocurren espontáneamente dentro de una sociedad sana y son tan normales como cualquier otra relación» . Otra de las argumentaciones: «las relaciones hombre/niño brindan afecto, protección y orientación para el miembro de la pareja más joven, así como expresión sexual y afectiva, y compañía para ambos. Este punto de vista es ampliamente sostenido por muchos antropólogos, conductistas, historiadores y otros expertos».

El tema va ganando terreno en el aspecto académico, en la política y en los medios. Asimismo, comienzan a emerger movimientos colectivos que inician su defensa de esta aberrante cuestión. Y todo se va normalizando.

Etapa 4: De lo sensato a lo popular 

Ya en esta etapa, aquella idea que al principio era impensable ya tiene una gran aceptación por muchos. El apoyo se demuestra mediante los medios de comunicación grandes y pequeños, y los famosos del mundo del espectáculo, artistas, actores y de la música hablan de ella y la apoyan. Quien se muestra aún renuente o la rechaza ya es más bien la excepción y es tildado de retrogrado. Reclaman que la pedofilia deje de ser considerada como una aberración sexual por la Organización Mundial de la Salud (OMS), y esa misma percepción sea suprimida en las diversas asociaciones de psiquiatría de todo el mundo. También reclaman que sean reconocidos como parte de la comunidad LGBT, y que se deroguen las leyes que tipifican como delito la relación sexual entre un adulto y un niño.

La deplorable política española Irene Montero, en septiembre de 2022, en una reunión de la Comisión de Igualdad, expresó sobre la educación sexual de los niños: “Los niños tienen derecho a saber que pueden amar o tener relaciones sexuales con quien quieran, siempre que se basen en el consentimiento”. Agregó que estos “son derechos que hay que reconocer”. En lugar de ir presa por sus dichos, su depravado pensamiento puede convertirse en ley.

Etapa 5: De lo popular a lo político

El trabajo de campo ya está hecho. Ahora es el turno de los políticos. Y como el deterioro social es tan alarmante, no es casual que hasta hace poco en Holanda existiese un partido político que aspiraba a legalizar la pedofilia.

En esta última fase el clima social ya es favorable pues la idea ya es un concepto común, de modo que los políticos se sienten tranquilos de introducir el tema en la legislación sin que les genere un costo político. 

Y así se cierra la ventana de Overton: lo que antes era inconcebible e inadmisibles ahora es legalmente obligatorio y oponerse es delito de odio. Ya no hay libertad. El pensamiento único se impone. El totalitarismo avanza. El disenso es perseguido y condenado. Ya no hay libertad de conciencia, ni libertad de expresión ni libertad de pensamiento ni libertal religiosa: o piensa como yo o estás condenado. 

La escuela ha sucumbido y la familia, destruida. Los maestros pervierten y dicen que educan. 

La próxima ventana, además de la pederastia, será el infanticido o «eutanasia infantil» y el transhumanismo. En el caso de la pedofilia, la ventana esta en proceso y si bien aún no llega a tal popularidad para ser legislado, es verdaderamente preocupante que figuras de alto nivel y universidades no tengan reparo en tratar el tema.

La ventana de Overton es una prueba cabal de la manipulación, el relativismo moral y la degradación más absoluta de la sociedad. 

Es crucial estar atentos a los límites éticos, para que las ideas que se desplazan hacia la aceptación no resulten en la erosión de derechos fundamentales, la depravación y la normalización de prácticas dañinas.

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