Uruguay sigue festejando la llegada los grandes cruceros y de hecho se toma como un indicador del éxito de una temporada turística, son verdaderos edificios flotantes que albergan a miles de personas y su incidencia para el país merece una revisión a fondo. Si no estamos equivocados en la presente temporada se esperan más de 300.
Debería de saberse que muchos de estos cruceros (la mayoría) tienen prohibido el acceso a algunos países. No puedeningresar ni mucho menos atracar en algunos de los lugares turísticos más famosos del mundo como los canales Venecia, adonde no pueden ingresar en este caso porque las marejadas que causan afectan las construcciones a los bordes de los canales.
Pero cuál es el problema mayor en otros lugares. Precisamente las denominadas “aguas grises”, vale decir el contenido de las letrinas líquidos que a menudo contiene elementos químicos muy nocivos y que estos barcos suelen descargar frente a nuestras costas para cargar agua limpia, que les asegure la proporción de los servicios a todos los pasajeros y la tripulación a veces también numerosa.
No todo debe medirse con el resultado económico del corto plazo, como lo ha hecho hasta ahora el Ministerio de Turismo, debemos tener en cuenta que el país no es nuestro, lo tomamos prestado de las generaciones futuras y por lo tanto nuestra obligación es cuidarlo y preservarlo para dejárselo por lo menos igual a como lo hemos recibido.
Esto implica que no debemos afectarlo o deteriorarlo porque estaríamos destruyendo los bienes de quienes hoy ni siquiera pueden denunciarlo.
Si miramos en el corto plazo y lo evaluamos en un año o un lustro a lo sumo, nadie puede negar el beneficio que dejan al país los turistas que llegan en los cruceros.
En cabio si los miramos a más largo plazo el beneficio económico será cuestionable, porque habría que evaluar el daño que causan a nuestros mares. Estos resultados que hoy nadie evalúa mucho nos tememos que pudieran llegar a ser catastróficos.
Es hora de tenerlo en cuenta, porque seguramente las generaciones futuras nos pedirán cuentas llegado el momento.
Los uruguayos seguimos celebrando y aplaudiendo la llegada de estos cruceros pera habría que saber ¿si son indicadores de un beneficio para el país o de un perjuicio irreversible?
A.R.D.
