El mundo entero mira hacia Irán, porque el jugador de fútbol local Amir Nasr- Azadani podría ser condenado a muerte por “traición a la patria”. Su “pecado´” fue haber adherido a la condena por violación de los Derechos Humanos en su país y a la lucha por los derechos de la mujer.
Al momento de escribir estas líneas ya se había superado el número mínimo de firmas exigido para cambiar la condena del futbolista a cuya situación adherimos y pese a quien pese sostenemos que se trata de una persona digna y admirable, que esperamos no se convierta en otro mártir víctima de la denominada “revolución islámica”.
Si el régimen y sus seguidores (FIFA incluida) trata de llamarle “cultura” a la situación de violación de los derechos humanos y a la violación del os derechos de la mujer, mucho lo lamentamos.
Queremos ver que hacen las denominadas “grandes potencias” en estos casos de flagrantes injusticias. No puede admitirse que se sigan violando derechos de personas que no han hecho otra cosa que manifestar su responsabilidad y su honestidad, al adherir a estos derechos de toda persona, y que bajo ningún concepto debieran de poder violarse.
No somos partidarios de las intervenciones bajo ningún concepto. Menos aún cuando éstas violenten otros derechos, pero tampoco estamos dispuestos a dejar pasar por alto estas violaciones y por lo tanto urge “presionar” a estos regímenes.
Aquí no hay posibilidades de mirar para otro lado. Lo que se ha violado y se siguen violando en todos los países árabes, salvo honrosas excepciones, son nada menos que los Derechos Humanos y los sagrados derechos de la mujer.
No estamos pidiendo que aquellos países que consideran “sagrados” los derechos violados , los eliminen, pero sí que no sean obligatorios y no sean condenados quienes de alguna manera se oponen y critican estas medidas. Sabemos que aún faltan voces y los más “famosos” debieran pronunciarse, pero…
No somos ingenuos y bien sabemos que en este tema también “manda don dinero” y aquellos países que dependen del petróleo árabe o en los que éste juega un papel determinante, tienen una espada de Damocles sobre sus cabezas, porque una condena a esta injusticia, podría tener un costo muy superior al que tendría en otros países.
Por eso entendemos que en es en estos casos cuando se pone en juego la coherencia de cada sistema. O se trata a todos por igual, tengan o no el poder de “don dinero” o su prédica sobre los Derechos Humanos y los Derechos de la Mujer, no es más que pura cháchara.
A.R.D.
