-La frase de Emilio Silva en «La Trastienda del fútbol» de la semana pasada, fue como arremeter contra el descrédito. O la duda misma. «Estamos heridos, pero no muertos».
El dicho se transformó en hecho y cuando Facundo Barrientos llegó al primer gol a los 16′ del primer tiempo, fue el comienzo de una entonación casi perfecta.
Porque Universitario no solo fue el gol por cuatro, sino LA CALIDAD DE FUNCIONAMIENTO que el equipo de Emilio Silva reveló en terreno rival. Porque no solo Laureles fue parte de la oposición. También el Liebig’s y su entorno siempre complejo para el que llega.

Sin embargo, nada limitó el espacio de maniobra puntual para Universitario, en todos los frentes posibles. A tal punto que en el primer tiempo, Laureles nunca produjo situaciones frente al marco de David Freitas. El golero apareció recién en escena en los 15 minutos finales, con tres intervenciones notables y una de ellas para el eterno recuadro.
TANTO QUERER Y SER
Universitario fue Campeón del Interior en la tarde soñada. En el partido querido.
Simplemente porque TODO LO HIZO BIEN. En relación al partido del Dickinson, corrigió errores. Expulsó lo imperfecto y fue creíble, en la actitud, en la verdad del mecanismo, en la potencialidad de los volantes y en el criterio a la hora de profundizar.
El Universitario de Emilio esta vez, se despojó de las dudas. Fue transitando por los canales de la más fresca e influyente convicción.
Habrá que preguntarse qué otro equipo del Interior dispone de un doble «5» a la medida de Martín Silva y Jonathan Jorge o externos como Jacques, Fornaroli, Albín, Llama, Tomás Medina, Tabárez….y ese «Topi» Avalos que cuando juega, reconoce el arte de la polifuncionalidad en la cuerda de volantes.
Universitario fue el querer y el ser.
¿Tanto Universitario, para que Laureles se volviese sombra en su propia comarca del Liebigs? Hay que admitir que al equipo de Miguel Cerrilla, le faltaron dos jugadores claves: Zoryez y Rosano. Pero el equipo se quedó sin respuesta siempre.
El tercer gol rojo, fue un mazazo letal. Casi imposible reconvertir la estructura, para inyectarle alguna cuota de solidez. Universitario fue causante del desparramo.
….Y SI: UN APLASTANTE CAMPEÓN
Cabría preguntarse, cuántos equipos del Interior que fueron campeones, alcanzaron la goleada en el segundo y definitivo partido.
Por eso, no queda menos que pensar, lo que Universitario fue: un campeón aplastante.
Un admirable campeón y con el amparo de una estadística de excepción.
No hay razón para discutirlo.
No hay margen para la duda.
¿Que más puede sumarse a un equipo que gana 4 a 0 en el partido de la sentencia?
Y Universitario sentenció. La elocuencia del que quiso y buscó.
Y concluyó a favor de la recompensa soñada.
La justicia no siempre guiña un ojo. A veces tan solo se propone entrar y entra.
Entra para ser justa. Y la justicia en pro de un campeón, también es cosa justa.
Este Universitario,bien que lo sabe. Seguro que lo sabe.
-ELEAZAR JOSÉ SILVA-