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lunes, 31 de marzo de 2025
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La Gran Ramera, Nostradamus, el Papa Negro y otras cuestiones inquietantes

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Liliana Castro Automóviles
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Como lector empedernido y ávido conversador en tertulias filosóficas y culturales, el devenir de la historia y la religión siempre han sido temas recurrentes en mis reflexiones. Recientemente, a raíz de la enfermedad del Papa Francisco, en medio de un cálido otoño cargado de bruma y humedad, las conversaciones con familiares y amigos revivieron antiguos mitos y teorías que han perdurado en el imaginario colectivo.

Las especulaciones no tardaron en aflorar. Un interlocutor ateo trajo a colación la figura de «La Gran Ramera», identificándola sin titubeos con la Iglesia Católica. Otro evocó la inquietante profecía del «Papa Negro», mientras que un tercero, con porte de historiador, rescató el mito del hijo de Pantera. Con estas ideas flotando en el ambiente, decidí emprender una investigación rigurosa y compartir algunos de los datos que surgieron, dejando a cada lector la libertad de interpretarlos según su propio criterio.

LA GRAN RAMERA: INTERPRETACIONES Y CONROVERSIA

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Marcha por la Vida - Viernes 28 de marzo, 19:15hs
ALBISU Intendente - Lista 7001 - COALICIÓN SALTO

La «Gran Ramera» es una figura simbólica descrita en el libro del Apocalipsis (capítulos 17 y 18), un texto que, desde su redacción, ha suscitado múltiples interpretaciones. En la tradición cristiana, se la ha asociado con la corrupción, la decadencia moral y la opulencia desmedida. Su identificación con la ciudad de Babilonia ha servido como metáfora de los excesos de diversas civilizaciones a lo largo de la historia.

Algunas corrientes religiosas y sectores críticos han vinculado esta alegoría con la Iglesia Católica, una postura que ha cobrado fuerza en círculos protestantes desde la Reforma. No obstante, la institución eclesiástica rechaza tajantemente esta interpretación, argumentando que el Apocalipsis es un texto de carácter simbólico que denuncia la corrupción en términos generales y no señala a una entidad específica.

EL APOCALIPSIS Y NOSTRADAMUS. ¿COINCIDENCIA O MERAS ESPECULACIONES?

La idea de premoniciones apocalípticas no es exclusiva del cristianismo. A lo largo de los siglos, las profecías de Nostradamus han capturado la atención de muchos debido a su carácter enigmático y su aparente capacidad de predecir eventos históricos. Sin embargo, es fundamental distinguir entre ambos textos: mientras que el Apocalipsis es un libro del Nuevo Testamento atribuido al apóstol Juan, las predicciones de Nostradamus, recopiladas en «Les Prophéties» (1555), son una colección de cuartetas poéticas sujetas a múltiples interpretaciones.

El Apocalipsis emplea un lenguaje alegórico para describir el enfrentamiento final entre el bien y el mal, el Juicio Final y el advenimiento del Reino de Dios. En contraste, las profecías de Nostradamus, muchas veces crípticas, han sido reinterpretadas de acuerdo con los acontecimientos de cada época, sin ofrecer una coherencia clara en su mensaje. Si bien algunos han intentado establecer paralelismos entre ambas visiones, las diferencias en su origen, contexto y propósito evidencian que cualquier relación entre ellas es meramente especulativa.

EL MITO DEL PAPA NEGRO

El mito del «Papa Negro» resurge cíclicamente, especialmente cuando el pontífice de turno enfrenta problemas de salud o se vislumbra un posible cambio en el liderazgo de la Iglesia. Esta creencia se vincula con la idea de que la llegada de un «Papa Negro» anunciaría el fin de los tiempos.

Es importante señalar que el término «Papa Negro» ha sido históricamente utilizado para referirse al Superior General de la Compañía de Jesús, los jesuitas, debido a su vestimenta y a la influencia que la orden ha tenido en la Iglesia. Dado que el Papa Francisco es el primer pontífice jesuita en la historia, algunas teorías conspirativas han intentado vincularlo con esta profecía.

En el contexto actual, ante la posibilidad de una futura sucesión papal, nombres como el del cardenal africano Peter Turkson han surgido en las quinielas, reavivando la especulación sobre el cumplimiento de la profecía. No obstante, la falta de evidencia histórica y teológica que respalde estas afirmaciones sugiere que nos encontramos más ante un mito que ante una realidad inminente.

CONCLUSIÓN

Los relatos sobre la «Gran Ramera», el «Papa Negro» y las predicciones apocalípticas de Nostradamus han sido objeto de fascinación, debate y controversia a lo largo de los siglos. Si bien es cierto que algunos elementos pueden parecer inquietantemente actuales, su interpretación sigue siendo subjetiva y condicionada por el contexto en el que se analicen. Lo que queda claro es que la historia, la religión y la especulación seguirán entrelazándose, alimentando un sinfín de conversaciones y teorías en el futuro.

Y POR SI FUERA POCO, PANTERO EL ROMANO

QUE UNA LEYENDA DICE FUE EL PADRE DE JESUS…

La historia del cristianismo ha estado marcada por debates teológicos y polémicas que han trascendido los siglos. Entre ellas, una de las más persistentes es la teoría que atribuye la paternidad de Jesús de Nazaret a un soldado romano llamado Pantero o Pantera. Esta hipótesis, esbozada por el filósofo pagano Celso en el siglo II d.C., fue vigorosamente refutada por Orígenes de Alejandría, uno de los padres de la Iglesia, en su obra Contra Celsum, escrita en el 248 d.C.

Celso, un ferviente defensor de las tradiciones clásicas del Imperio Romano, veía con recelo la expansión del cristianismo, religión que desafiaba las estructuras políticas y religiosas de la época al supeditar la autoridad terrenal a la divina. En su obra Discurso verdadero contra los cristianos, intentó desacreditar la fe emergente argumentando que Jesús no era de origen divino, sino el fruto de una relación extramatrimonial entre María y un soldado romano.

Su ataque no solo pretendía cuestionar la divinidad de Cristo, sino también deslegitimar a los cristianos, a quienes describía como un grupo de personas incultas y supersticiosas, carentes de patria y tradiciones, que ponían en peligro las instituciones religiosas y civiles del imperio. Su crítica se alineaba con las de otros autores paganos, como Plinio el Joven, quienes veían en el cristianismo una amenaza latente.

El nombre de Pantero aparece de forma específica en la diatriba de Celso, aunque sin aportar pruebas concluyentes. Orígenes, en su refutación, reprochó la falta de evidencia documental y defendió la concepción divina de Jesús, afirmando que las acusaciones de adulterio contra María eran infundadas y calumniosas.

En octubre de 1859, un hallazgo arqueológico en la ciudad alemana de Bingen (Renania-Palatinado) dio un giro inesperado a esta antigua controversia. Durante las obras del ferrocarril en el barrio de Bingerbrück, se descubrieron varias tumbas de legionarios romanos, entre ellas una lápida con una inscripción que identificaba a un soldado llamado Tiberio Julio Abdes Pantera.

El epitafio, actualmente conservado en el Museo Römerhalle de Bad Kreuznach, indica que Pantera nació en el 22 a.C. y falleció en el 40 d.C., lo que lo sitúa temporalmente en la misma época en que Jesús habría vivido. Su nombre es particularmente llamativo: mientras que Tiberio Julio sugiere una ciudadanía romana adquirida, Pantera parece tener un origen griego, y Abdes, de raíz semítica, deriva del arameo ebed (siervo de Dios). Además, se menciona que sirvió en la I Cohors Sagittariorum, una unidad militar que estuvo acantonada en Judea durante el reinado de Tiberio, antes de ser trasladada a Germania.

Este descubrimiento ha sido interpretado por algunos como una posible evidencia de la existencia de un soldado con el nombre mencionado por Celso. Sin embargo, el vínculo entre este legionario y la figura de Jesús sigue siendo altamente especulativo. De hecho, en la Judea del siglo I, el nombre Pantera era relativamente común entre los militares, probablemente debido a su asociación con la ferocidad del animal homónimo.

Pese a las afirmaciones de Celso, nunca se han encontrado pruebas concluyentes que respalden la teoría de que un legionario romano fue el padre biológico de Jesús. Más allá de los evangelios y las referencias en la obra del historiador judeo-romano Flavio Josefo, la información sobre la figura histórica de Cristo es limitada.

El caso de Pantero es un recordatorio de cómo la historia y la leyenda pueden entrelazarse a lo largo del tiempo, generando debates que trascienden la fe y se adentran en los terrenos de la arqueología, la filología y la crítica histórica. Mientras algunos ven en este soldado una pieza clave en la desmitificación de la divinidad de Jesús, para otros, su historia no es más que una curiosidad que sigue alimentando la fascinación por los orígenes del cristianismo. Lo cierto es que, dos mil años después, el enigma sigue abierto.

Finalmente debo decir que consultamos a un religioso quien quitó todo viso de verdad de lo que tiene que ver con la historia de Pantero, reafirmando de lo de la Inmaculada Concepción.

En fin, recopilamos lo que encontramos,pero confesamos que nos quedamos con ganas de seguir profundizando todos los temas porque es bueno mejorar los conocimientos, pero, no creer ciegamente todo lo que se dice, por eso leer, intercambiar, y aprender de los que saben, en eso estamos…

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