En la Divisional B del fútbol salteño, la conformidad es relativa con la asistencia de público a los distintos escenarios y por consiguiente las recaudaciones que poco contemplan.
No es el mejor presagio para los próximos tres meses de invierno.
En la fecha que pasó no se vendieron 800 boletos y en alguna ocasión de esta primera rueda en plena disputa, alguna vez superando los mil boletos. Han sido excepciones.
Lo normal, es menos de 900 boletos. La realidad de los números atora la garganta del más optimista tesorero.

En la tarde de la víspera desde EL PUEBLO esa exteriorización de pensamiento al presidente de la divisional B, Deolindo Miquelarena.
No se trató de un reportaje, sino de un par de conceptos-opiniones-evaluaciones, a la luz de un presente que no alienta tanto y obliga al replanteo.
La Divisional B resolvió el cobro de una entrada de 150 pesos. Donde asistan tres personas de un núcleo familiar, hay que hablar de 450 pesos.
Pero hay que sumarle algo más de 100 pesos, por determinados gastos que son inevitables a la hora de comparecer a un escenario donde se juega fútbol. El que más o el que menos, no va con el valor de la entrada justa. Algún peso más se adhiere a la billetera y sale al ruedo, cuando la torta frita aparece como opción.
«TAN AMATEUR….NO SOMOS»
El presidente Miquelarena, le dio vuelo a un pensamiento que es capaz de volverse síntesis: «la entrada es cara y el fútbol salteño es caro. Porque además hay que tener en cuenta que una gran mayoría de quienes asisten a los partidos, es gente de laburo, con recompensas económicas limitadas. A algunos equipos lo van a ver aficionados con determinado poder económico, pero como aquí nos conocemos bien, está claro que son la minoría».
Cuando Deolindo plantea que «el fútbol salteño es caro», alude a los jueces, «porque hay que tener en cuenta que la terna anda por los 5.000 pesos. Pero también la seguridad, los porteros, los boleteros, el local que si es propietario de cancha de una recaudación de 20 mil pesos se queda con 7 mil. Y de esos 13 que van quedando, hay que pagar todo lo que hay que pagar. Aquí hablamos de fútbol amateur….pero tan amateur….no somos».
ESO DEL OXIGENO ECONÓMICO
Hecho real es que el presidente de la B es de los que sostiene que «habría que generar algún estímulo para que el aficionado concurra. La venta de bonos a nivel familiar, por ejemplo. Determinar un gran premio para final de temporada, entre quienes fueron a la cancha y conservaron el telón. Alguna inventiva tiene que surgir. El año pasado no se creó este ámbito de preocupación por el dinero que puso Salto Grande. El fútbol tendría que tener un determinado sponsor, uno o más, pero que no tengamos que depender tanto de las recaudaciones. Que los clubes tengan oxígeno económico y evitar la pérdida económica en cadena»