Ante el 19 de Junio, un poco de historia
En el año 1785, Carlos III, por entonces Rey de España y de Indias, firmó un decreto por el cual sentaba la preferencia de jurar antes la Bandera Nacional que la de acontecimientos, grupos, lugares y personas, como se estilaba en la época.
Al mismo tiempo, creaba la Bandera Española y ordenaba enarbolarla en las fortalezas de las costas y en las naves. Los reglamentos publicados en los años 1791 y 1792 bajo el reinado de Carlos IV, simplificaron, a su vez, el número de banderas usadas por los regimientos militares.
En cuanto a la costumbre de Jurar la Bandera, apareció ya en 1768. Por entonces, dos oficiales observadores informaron sobre la costumbre de jurar las banderas por los militares en países como Austria, Rusia y Prusia.
La fórmula adoptada por Carlos III para los regimientos militares y que figuró en las Ordenanzas de ese año fue: “¿Juráis a Dios y prometéis al Rey seguir constantemente sus banderas, defenderlas hasta perder la última gota de vuestra sangre y no abandonar al que os esté mandando en acción de guerra o disposición para ella?”.
En 1789, en Montevideo, se acuñó una medalla conmemorativa de la Jura de Carlos IV.
En el reverso se podía ver un cerro, bajo este, el mar, y sobre él, una fortaleza con tres torres. Son imágenes actuales de nuestro Escudo Nacional. Tras la derrota de los invasores ingleses en 1807 se le reconoció a Montevideo el derecho a llevar las banderas británicas abatidas.
El acto de jurar indicaba fidelidad y lealtad. Debía ser público como testimonio y toma de conciencia frente a los demás vecinos. Se interpretaba como la renovación de un pacto simbólico con el Estado monárquico, donde el rey podía verse en retrato, debido a la imposibilidad de contar con su presencia física.
A su vez, como testimonio del evento se grababan monedas y medallas conmemorativas donde podía conocerse al rey a través de su efigie, en el anverso, y en reverso los símbolos del lugar, ambos relacionados. Al acto solemne de jurar, con todas las ceremonias civiles y religiosas también solemnes que lo acompañaban, seguían las fiestas populares, con danzas, representaciones teatrales, fuegos artificiales y corridas de toros, como forma de involucrar a todo el pueblo.
En el año 1808 en toda América y España se juró a Fernando VII, coincidiendo con la crisis institucional que Napoleón había provocado en la Península y que amenazaba extenderse al Continente. En algunos casos se prolongaron hasta 1809 debido a la lejanía. Fernando VII fue jurado en Montevideo el 12 de agosto de 1808, segundo aniversario de la Reconquista de Buenos Aires, es decir, haciéndola coincidir con un evento histórico local de sentido nacional. La Bandera de Fernando VII, tal como había sido creada en 1785, era roja y amarilla guarda, la Bandera de sus regimientos era blanca y sobre ella, la cruz roja de San Andrés. Este diseño variaba según las circunstancias; como pabellón de guerra, estaba formado por franjas horizontales, una, amarillo gualda gruesa en el centro, y dos rojas más finas a los costados; en un ángulo el escudo de la Corona; en cambio, la Bandera Mercante estaba formada por cuatro franjas rojas y gualdas alternadas, siendo las rojas más finas, y más gruesas las gualdas. Sobre esta base luego se elaboraron las banderas americanas, por ejemplo, esta es la de Colombia elaborada por Francisco Miranda en 1806. Incluso la Bandera de la República Española es una variante de este tipo:
Las crónicas sobre la Jura de Fernando VII indican que durante la Jura el Alférez Real paseó el Pendón real y luego este fue objeto de una ceremonia religiosa, colocado sobre un pedestal. El paseo del Pendón o Estandarte real era parte de la ceremonia y simbolizaba el homenaje hacia la autoridad, una manera de evidenciar lealtad y respeto. El Pendón real era un escudo de seda con flecos y cordones donde estaban bordadas las Armas del Rey. Tenía su propia fiesta y ceremonia donde se lo vivaba, mientras que los juramentos eran .
recibidos en el Cabildo.
ANTE LA AUSENCIA DE PENDÓN REAL
Cuando no se disponía de Pendón Real se paseaban las banderas. Las personas también lucían fajas y bandas azules y plateadas, símbolo de la dinastía de los Borbones. Estos colores se tomaron más adelante, junto con el símbolo real de los Incas, para diseñar la Bandera Argentina.
La interpretación local de esta Bandera creada en 1785 podía consistir en añadir otra franja, de un color diferente, junto a la roja y gualda.
Así por ejemplo vemos que cuando todavía no estaba claro que las Provincias del Río de la Plata fueran a separarse de España, Francisco Miranda eligió el azul junto con los dos anteriores para lo que sería la Bandera de Hispanoamérica; y Manuel Belgrano se sabe que compró tafetán amarillo, encarnado y azul para la Bandera que habría de representar al Ejército de las Provincias Unidas en su combate en Curuzú Cuatiá contra la Junta del Paraguay. Antes de entrar en combate, Belgrano hizo bendecir esta Bandera por el padre Arboleya el 12 de noviembre. De la misma manera, el 17 de junio de 1811 se enarboló, en Asunción, una Bandera tricolor, encarnada, amarilla y azul, conteniendo, en un ángulo, o en el centro, el Escudo de Armas del Rey.