De rostro serio, expresivo, fue sin dudas uno de los pesos pesados del cinéma. Si bien su filmografía no es demasiado extensa, es de una reconocida calidad. Encarnando diferentes papeles, protagónicos o de reparto, quedó siempre bien parado. Reconocido por la gran platea y hasta por sus pares, debido a su desbordante talento interpretativo. Alto, de casi 1’95, con un físico espectacular, su imagen se hizo característica en el viejo y querido Hollywood de las brillantes luminarias, desde los cuarenta y hasta los sesenta, inclusive. Una estrella con luz propia que de a poco fue invadiendo los cinematógrafos del mundo, convocando a un público ávido por observar sus actuaciones. Su perfil lo mantuvo siempre vigente hasta la última de sus películas. Su nombre engalanó los títulos y los afiches de los filmes, y las marquesinas de los teatros: Robert Ryan.
PESO PESADO DE BOXEO
Robert Ryan Bushnell nació en Chicago, Illinois, el 11 de noviembre de 1909. Primer hijo de Timoteo Ryan y Mabel Bushnell Ryan. Fue un buen estudiante en la Universidad de Dartmouth donde se graduó en 1932, luego de haber logrado el título de peso pesado de boxeo, consiguiendo muy buenas peleas estudiantiles. Luego de los estudios, Robert encontró empleo en un barco mercante, más tarde como capataz en un rancho en Montana, y también mostró vestuarios varoniles en diferentes desfiles de pasarela como modelo. De a poco sus pasos se encaminaban hacia la actuación, tal es así que decide estudiar en Max Reinhardt Theatrical Workshop de Hollywood, consiguiendo comenzar su carrera en teatro en el año 1939. Inmediatamente, apareció haciendo pequeños papeles en 1940 en “The Breakers Ghost” y “Reina de la mafia” para Paramount Pictures. En enero de 1944, después a arreglar su futuro con RKO Radio Pictures, Ryan se alistó en el Cuerpo de la Marina de los Estados Unidos, sirviendo como instructor en la Segunda Guerra Mundial, en Camp Pendleton, de San Diego, California. En ese sitio trabó amistad con el escritor y futuro director Richard Brooks, cuya novela “The brick Foxhole”, admiraba mucho. Ya en 1947 logró la fama gracias al largo metraje “Encrucijada de odios”, película de cine negro, dirigida por Edward Dmytryk. El papel de Ryan logró ser nominado como Mejor Actor de Reparto; la única en su carrera. A partir de entonces, la especialidad de Robert eran los papeles difíciles, con directores que les agradaba su expresión particular: Robert Wise, Nicholas Ray y Sam Fuller. “The Set-Up” –“Nadie podrá vencerme”- en 1949, lo tomó como boxeador brutalmente golpeado por negarse a perder en la lona, donde el actor rememora su momento como pugilista que había practicado en la Universidad. En “On Dangerous Ground” –“La casa en la sombra”- 1951, de Fritz Lang, interpretó a un policía de la ciudad, resolviendo un crimen rural. También se mostró en “Callejón sin salida” dirigida John Cronwell, “Una mujer en la playa” de Jean Renoir, “Berlín Express” con la dirección deJacques Tourneur, y “Atrapados” de Max Ophuls.
“INFIERNO EN
LAS NUBES” CON
JOHN WAYNE
En la década del cincuenta se mueve nuevamente con importantes directores y así realiza con Nicholas Ray, el drama bélico “Infierno en las nubes”, donde tendría un duelo interpretativo con John Wayne, “La trampa”, “Encuentro en la noche”, “Western Colorado Jim”, en el film sobre la guerra de Corea titulado “Hombres de acero”, con Samuel Fuller trabajó en “La casa de Bambú” e interpretaría a memorables malvados de nuevo en las películas “Conspiración de silencio” dirigida por John Sturges y en “Los Implacables” de Raoul Walsh. En los sesenta y setenta su aparición en la pantalla grande se reduce, limitándose a estar solo en gigantescas producciones, así fue San Juan Bautista en “Rey de Reyes” dirigida por su viejo conocido Nicholas Ray, participó también en la adaptación de la novela de Herman Melville, “Billy Budd” obra que en distintos lugares se tituló “La fragata infernal”, y que fue manejada por el actor Peter Ustinov, sin embargo su interpretación en la magnífica película de Richard Brooks, “Los profesionales”, 1966, quedaría un tanto deslucida, eclipsada por las actuaciones de sus compañeros Burt Lancaster y Lee Marvin, sin embargo, vuelve a destacarse en la cinta de Sam Peckinpah, “Grupo salvaje”. En esta década también impacta en “El día más largo”, 1962, “La batalla de las Ardenas”, 1965, o “La Batalla de Anzio”, 1968. Antes de su fallecimiento el 11 de julio de 1973, en Nueva York, a los 63 jóvenes años, debido a cáncer de pulmón, aparecería en la película “En el nombre de la ley”, western realizado por Michael Winner, en 1971, encarnando al marshall Cotton Ryan, en la que una vez más dejaba un desempeño destacable como recuerdo de su excelente carrera en el celuloide.
JÉSSICA CADWALADER,
SU COMPAÑERA
El 11 de marzo de 1939 contrajo enlace con su única compañera sentimental, Jessica Cadwalader, una actriz que había conocido en el centro de Max Reinhardt. La pareja tuvo tres hijos, y vivían en el Edificio Dakota, en 72 y Central Park West, subarrendando el apartamento que tenían John Lennon y Yoko Ono, hasta la muerte de Robert, y Jéssica, quien se fue un año antes que su esposo, también por cáncer. Ryan era un demócrata liberal que apoyó incansablemente los derechos civiles. A fines de 1940, ya que el Comité de Actividades Unamerican –HUAC- intensificó sus ataques contra los comunistas en Hollywood, se unió a ellos para luchar por sus asuntos. A lo largo de los cincuenta, donó dinero y servicios a las organizaciones cívicas y religiosas, como la Unión Americana de Libertades Civiles, American Friends Service Committee , y Federalistas del Mundo Unido.
A mediados de los sesenta, las actividades políticas de Ryan incluyen esfuerzos para luchar contra la discriminación racial.
Sirvió en la división cultural del Comité de Defensa de Martin Luther King , y con Bill Cosby , Robert Culp , Sidney Poitier, y otros actores, ayudó a organizar la Artists All Blacks, con fines netamente benéficos. Además, creo el Grupo de Teatro de la UCLA Theatre Group, y un colegio privado en California, en el Valle de San Fernando.
De rostro serio, expresivo, fue sin dudas uno de los pesos pesados del cinéma. Si bien su filmografía no es demasiado extensa, es de una reconocida calidad. Encarnando diferentes papeles, protagónicos o de reparto, quedó siempre bien parado. Reconocido por la gran platea y hasta por sus pares, debido a su desbordante talento interpretativo. Alto, de casi 1’95, con un físico espectacular, su imagen se hizo característica en el viejo y querido Hollywood de las brillantes luminarias, desde los cuarenta y hasta los sesenta, inclusive. Una estrella con luz propia que de a poco fue invadiendo los cinematógrafos del mundo, convocando a un público ávido por observar sus actuaciones. Su perfil lo mantuvo siempre vigente hasta la última de sus películas. Su nombre engalanó los títulos y los afiches de los filmes, y las marquesinas de los teatros: Robert Ryan.
PESO PESADO DE BOXEO
Robert Ryan Bushnell nació en Chicago, Illinois, el 11 de noviembre de 1909. Primer hijo de Timoteo Ryan y Mabel Bushnell Ryan. Fue un buen estudiante en la Universidad de Dartmouth donde se graduó en 1932, luego de haber logrado el título de peso pesado de boxeo, consiguiendo muy buenas peleas estudiantiles. Luego de los estudios, Robert encontró empleo en un barco mercante, más tarde como capataz en un rancho en Montana, y también mostró vestuarios varoniles en diferentes desfiles de pasarela como modelo. De a poco sus pasos se encaminaban hacia la actuación, tal es así que decide estudiar en Max Reinhardt Theatrical Workshop de Hollywood, consiguiendo comenzar su carrera en teatro en el año 1939. Inmediatamente, apareció haciendo pequeños papeles en 1940 en “The Breakers Ghost” y “Reina de la mafia” para Paramount Pictures. En enero de 1944, después a arreglar su futuro con RKO Radio Pictures, Ryan se alistó en el Cuerpo de la Marina de los Estados Unidos, sirviendo como instructor en la Segunda Guerra Mundial, en Camp Pendleton, de San Diego, California. En ese sitio trabó amistad con el escritor y futuro director Richard Brooks, cuya novela “The brick Foxhole”, admiraba mucho. Ya en 1947 logró la fama gracias al largo metraje “Encrucijada de odios”, película de cine negro, dirigida por Edward Dmytryk. El papel de Ryan logró ser nominado como Mejor Actor de Reparto; la única en su carrera. A partir de entonces, la especialidad de Robert eran los papeles difíciles, con directores que les agradaba su expresión particular: Robert Wise, Nicholas Ray y Sam Fuller. “The Set-Up” –“Nadie podrá vencerme”- en 1949, lo tomó como boxeador brutalmente golpeado por negarse a perder en la lona, donde el actor rememora su momento como pugilista que había practicado en la Universidad. En “On Dangerous Ground” –“La casa en la sombra”- 1951, de Fritz Lang, interpretó a un policía de la ciudad, resolviendo un crimen rural. También se mostró en “Callejón sin salida” dirigida John Cronwell, “Una mujer en la playa” de Jean Renoir, “Berlín Express” con la dirección deJacques Tourneur, y “Atrapados” de Max Ophuls.
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“INFIERNO EN LAS NUBES” CON JOHN WAYNE
En la década del cincuenta se mueve nuevamente con importantes directores y así realiza con Nicholas Ray, el drama bélico “Infierno en las nubes”, donde tendría un duelo interpretativo con John Wayne, “La trampa”, “Encuentro en la noche”, “Western Colorado Jim”, en el film sobre la guerra de Corea titulado “Hombres de acero”, con Samuel Fuller trabajó en “La casa de Bambú” e interpretaría a memorables malvados de nuevo en las películas “Conspiración de silencio” dirigida por John Sturges y en “Los Implacables” de Raoul Walsh. En los sesenta y setenta su aparición en la pantalla grande se reduce, limitándose a estar solo en gigantescas producciones, así fue San Juan Bautista en “Rey de Reyes” dirigida por su viejo conocido Nicholas Ray, participó también en la adaptación de la novela de Herman Melville, “Billy Budd” obra que en distintos lugares se tituló “La fragata infernal”, y que fue manejada por el actor Peter Ustinov, sin embargo su interpretación en la magnífica película de Richard Brooks, “Los profesionales”, 1966, quedaría un tanto deslucida, eclipsada por las actuaciones de sus compañeros Burt Lancaster y Lee Marvin, sin embargo, vuelve a destacarse en la cinta de Sam Peckinpah, “Grupo salvaje”. En esta década también impacta en “El día más largo”, 1962, “La batalla de las Ardenas”, 1965, o “La Batalla de Anzio”, 1968. Antes de su fallecimiento el 11 de julio de 1973, en Nueva York, a los 63 jóvenes años, debido a cáncer de pulmón, aparecería en la película “En el nombre de la ley”, western realizado por Michael Winner, en 1971, encarnando al marshall Cotton Ryan, en la que una vez más dejaba un desempeño destacable como recuerdo de su excelente carrera en el celuloide.
JÉSSICA CADWALADER, SU COMPAÑERA
El 11 de marzo de 1939 contrajo enlace con su única compañera sentimental, Jessica Cadwalader, una actriz que había conocido en el centro de Max Reinhardt. La pareja tuvo tres hijos, y vivían en el Edificio Dakota, en 72 y Central Park West, subarrendando el apartamento que tenían John Lennon y Yoko Ono, hasta la muerte de Robert, y Jéssica, quien se fue un año antes que su esposo, también por cáncer. Ryan era un demócrata liberal que apoyó incansablemente los derechos civiles. A fines de 1940, ya que el Comité de Actividades Unamerican –HUAC- intensificó sus ataques contra los comunistas en Hollywood, se unió a ellos para luchar por sus asuntos. A lo largo de los cincuenta, donó dinero y servicios a las organizaciones cívicas y religiosas, como la Unión Americana de Libertades Civiles, American Friends Service Committee , y Federalistas del Mundo Unido.
A mediados de los sesenta, las actividades políticas de Ryan incluyen esfuerzos para luchar contra la discriminación racial.
Sirvió en la división cultural del Comité de Defensa de Martin Luther King , y con Bill Cosby , Robert Culp , Sidney Poitier, y otros actores, ayudó a organizar la Artists All Blacks, con fines netamente benéficos. Además, creo el Grupo de Teatro de la UCLA Theatre Group, y un colegio privado en California, en el Valle de San Fernando.