Ayer a la mañana era «presentada» en Salto la barométrica donada por OSE a la Intendencia. Antes se había anunciado el propósito de la empresa estatal de hacer esta donación y después se difundió la firma del acuerdo correspondiente. Esto sin olvidar la rueda de prensa que hizo OSE la semana anterior en Montevideo.
Todo bien con la donación, porque entendemos que hace bastante falta esta máquina en el departamento, pero nos parece exagerado el operativo de difusión montado para darla a conocer.
Que «el rigor» disciplinario de los centros educativos ha ido cediendo, no es novedad. Años atrás era impensable que los adolescentes pudieran ir de pelo largo o sin uniforme adecuado. Hoy, se está yendo hacia el otro extremo y quizás por eso se justifica la aparición de algunos letreros que nos llaman la atención.
Por ejemplo, en uno de estos centros hemos leído: «se exhorta a no concurrir de bermudas, ojotas y …» Seguramente todo tiene un límite. Está bien flexibilizar en cuanto al aspecto y la presentación de los jóvenes, para que no sea impedimento a la hora de estudiar, pero tampoco estamos de acuerdo en que se transforme las aulas en un sitio similar a la esquina del barrio…
Vecinos de calle Uruguay, en las cuadras de acceso libre siguen escandalizados por los excesos observados. Es tierra de nadie. Es más, en el caso de algunas galerías, como en la que viven nada menos que varios integrantes del Poder Judicial, vimos a gente que ingresaba hasta el fondo y allí evacuaba su vejiga con toda «naturalidad». Seguramente una experiencia para tener en cuenta…, nos dicen.
