A sus 50 años, con cinco hijos y ocho nietos, Judith Rosas demuestra que la pasión y la constancia no tienen edad. Esta salteña participó recientemente en la reconocida competencia “El Cruce de Salto Grande”, realizada en Concordia, donde se destacó entre más de tres mil corredores, obteniendo el quinto lugar en su categoría y el puesto 34 en la clasificación general.
La prueba, que se desarrolla en un entorno natural desafiante, combina distintos terrenos —campo, barro, pedregullo, arena y agua— y exige no solo resistencia física sino también fortaleza mental. “El segundo día fue pesadísimo. La primera etapa era más liviana, con pasto, pero la segunda parte se me hizo más dura. Iba más cansada también”, relató Judith, con la humildad y el orgullo de quien ha aprendido a disfrutar del esfuerzo.
Su vínculo con el running comenzó hace seis años, gracias a una amiga que la invitó a entrenar. “Me gustó el grupo, me gustó la idea de empezar de a poco. Y ahí estoy. No soy de las muy rápidas, pero ahí voy”, cuenta con una sonrisa. Hoy entrena bajo la dirección de Nicolás Santo, en el grupo Personal Run, donde realiza prácticas grupales y rutinas diarias con un día de descanso intermedio. La disciplina es parte de su vida.
Pero más allá de los logros deportivos lo que distingue a Judith es la mirada humana y emocional con la que vive cada carrera. “Correr te saca muchas cosas. Yo vengo de enfermedades, de un accidente grave y esto me ayudó muchísimo a salir adelante. Hasta los médicos me dijeron que si no tuviera la base de entrenamiento que tengo, me habría costado mucho más recuperarme.”
Para ella, correr es más que un deporte, es una forma de sanar.
Judith es consciente del impacto que su historia tiene en otras personas. Muchos la siguen en redes sociales, la felicitan, la toman como ejemplo. “Me lo han dicho, me han escrito ‘no dejes de subir fotos, que nos inspirás’. Y eso me llena el alma”, dice emocionada. Su mensaje es simple pero poderoso. “Esto es una terapia pura. Que se animen, que caminen, que troten, que hagan algo. Para la salud mental es fundamental.”
Detrás de cada logro y cada meta cruzada, hay una mujer que también reparte su tiempo entre hijos, nietos y afectos. “A veces tenés que dividirte, pero cuando tenés un objetivo grande hacés un cincuenta y cincuenta. Siempre hay tiempito para todo, para entrenar, para la familia y para uno mismo.” Sus palabras reflejan el equilibrio que muchas mujeres buscan entre el deber y el deseo personal.
Hoy, sin ejercer actividad laboral debido a una patología que la obligó a detenerse, Judith encontró en el deporte una nueva razón para seguir adelante. Su historia es un testimonio de resiliencia, amor propio y superación, que inspira no solo a mujeres sino también a hombres y jóvenes.
«El mensaje que dejo a todos, mujer, hombre, adolescentes, porque hoy en día todo el tema de los adolescentes está muy complicado, es que esto es una terapia pura, que se animen, que lo hagan, porque para la salud mental es fundamental. Así que solo animarse nomás, a caminar, a trotar, a hacer lo que sea, pero algo hay que hacer» dice finalmente convencida de los efectos de la actividad fisica en este caso el running.
De la competencia
La edición 2025 del Cruce Salto Grande volvió a superar todas las expectativas al convocar màs de 3.000 corredores de distintos puntos de Argentina, Chile, Uruguay , Brasil en el escenario natural del Perilago de Concordia, con sede en las Termas de Ayuí.
Los participantes enfrentaron circuitos de diversas distancias y niveles de dificultad, combinando deporte, naturaleza y turismo . La competencia no solo convocó a atletas de elite, sino también a familias, equipos de entrenamiento y grupos de running que acompañaron y motivaron a los participantes.
