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jueves, 13 de marzo de 2025
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Tenemos que demostrarle a la sociedad salteña que estamos comprometidos y trabajando en la seguridad pública”

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Paulo Aguirre, Juez Penal

Paulo Aguirre es Juez Penal desde hace 8 años y vive en Salto hace 4, siendo oriundo de Mercedes (Soriano), pero antes ejerció la abogacía por 4 años y fue oficial de policía por 11. Ha estado de los dos lados del mostrador en materia de seguridad. Es reconocido por participar de conferencias de prensa junto a fiscales y la policía para rendir cuentas a la población del trabajo que se viene realizando. Dejó por un momento sus vacaciones en una tarde de agobiante verano para conversar con EL PUEBLO.

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Marcha por la Vida - Viernes 28 de marzo, 19:15hs

– Si la vida fuera lineal, vemos en usted al estudiante de abogacía, al policía, al abogado y finalmente al juez, donde podemos encontrar como común denominador la búsqueda de la verdad y de la justicia, ¿de dónde surge esa vocación?

– Creo que esa vocación se fue formando a lo largo del tiempo. Soy oriundo de la ciudad de Mercedes, y en 1999 junto con otros muchachos de mi edad fuimos para Montevideo, ahí comencé a estudiar abogacía en la Universidad de la República. Luego vino la crisis de 2002 que golpeó a muchas familias uruguayas, y en nuestro caso también. En 2004 hubo un llamado a un Curso Especial en la Escuela Nacional de Policía que había creado el Ministro (Guillermo) Stirling. Para ser oficial de policía tiene que hacer 3 años, pero para quienes éramos profesionales universitarios era solo un año. Yo era Procurador, me faltaban algunas materias para ser abogado. Tenía un amigo que lo hizo, entonces me dije que si ese amigo pudo hacerlo, yo también. Al inicio lo tomé como una salida laboral, porque no tengo ningún familiar policía. Fui a la Escuela, comenzamos a recibir formación académica, policial, disciplinaria, manejo de armas, tiro, etcétera. Y comencé a trabajar en diferentes comisarías de Canelones, donde empecé a tener un real conocimiento en el funcionamiento de la policía y de las distintas especies de investigaciones y procedimientos, pero también un contacto muy fluido con jueces.

En aquella época teníamos vigente el Código de Procedimiento Penal (CPP) de 1980, por el cual la policía le informaba de absolutamente de todo en forma directa a los jueces. Entonces yo llamaba a los jueces penales, a los de Familia, donde entró a aumentar la curiosidad al encontrarme con excelentísimos jueces, juezas y fiscales que sabían que me faltaban unas pocas materias para recibirme de abogado. Siempre les preguntaba cosas y ellos me mandaban a estudiar. En la Facultad, hicimos una cantidad de materias juntos con un gran amigo que quiero mucho que actualmente es Juez Penal en Rivera, a quien cuando ingresó a la judicatura le empecé a preguntar cómo era, cómo funciona, porque la judicatura como toda cuestión del Estado es también una carrera administrativa. Me empezó a explicar lo que ya me estaba gustando con ese relacionamiento fluido que tenía con muchos jueces. Entonces me dijo por qué no me presentaba al año siguiente, y me presenté.

– ¿Ya era entonces abogado?

– Sí, sí. Me había recibido de abogado y ya estaba trabajando dentro del Ministerio del Interior en una unidad jurídica, lo que me ayudó a comprender determinados mecanismos y me llevó a un acercamiento a la judicatura. Así que me presenté. De 120 quedamos 19, porque hay 5 etapas, la del currículo, la psicológica grupal y la individual, la prueba escrita y al final, la entrevista. Es así cómo llegamos a 2014 con mi primer destino como Magistrado en Batlle y Ordóñez, comunidad geográfica que está por Ruta 7 en el Kilómetro 205. Esa ruta corta a la mitad la ciudad, de un lado está Batlle y Ordóñez, del lado de Lavalleja, y del otro lado está Nico Pérez, del lado de Florida, los lugareños le dicen Nico Batlle. Ese fue mi primer destino como Juez de Paz, donde estuve 5 meses, luego pasé para el Juzgado de Vergara en el departamento de Treinta y Tres. Después pasé al de Paz Departamental en Melo, cuando vino el nuevo Código ascendí como Juez Penal a partir del 1° de noviembre de 2017 hasta que llegué a Salto, de lo que van a ser 4 años ya.

– Hubo una época en que era notorio el mal relacionamiento entre jueces y policías. Usted ha estado de los dos lados del mostrador, ¿cómo lo vivió como policía y cómo lo vive hoy como juez?

– Lo que usted menciona es verdad. Muchas veces se da, y uno se entera por los diferentes medios de prensa que ocurren esas cosas en determinados lugares del país. Personalmente jamás tuve esa experiencia. Cuando era oficial de policía donde me tocó estar al frente de determinadas investigaciones, siempre fui una persona responsable y comprometida con la investigación que estaba bajo mi cargo, porque a su vez yo debía rendir cuentas a mis superiores. Recuerdo un par de veces en algunas investigaciones cuando se hace un procedimiento con una cantidad de detenidos, va juntando todos los elementos de prueba de acuerdo al viejo Código de 1980. Una vez mandé 7 detenidos, donde fueron procesados 6. Llamé al juez, siempre con respeto y en tono de pregunta, “señor juez, le habla el oficial Aguirre, recuerda que le mandé a 7 al mediodía, usted procesó 6 y me informaron que al séptimo lo dejó en libertad. Mis superiores me están preguntando qué pasó o en qué me equivoqué”, eso porque también uno quiere aprender, porque si hay errores uno tiene que tratar que no ocurran. Los jueces siempre me explicaron, como oficial de policía nunca tuve problema con ningún juez.

Cuando llegué a Melo como juez, hacía ferias judiciales como juez penal con el CPP de 1980, ahí me tocaba a mí exigir, la policía me llamaba y les preguntaba con qué pruebas cuentan, entonces les explicaba que eran suficientes o no, pero le explicaba como juez al encargado de esa investigación sobre las debilidades que él podría llegar a tener y qué era lo que yo necesitaba para hacer un procesamiento fundado, sólido. Siempre me llevé bien, no tuve problema jamás. Hay jueces más exigentes, y otros jueces que tienen exigencias diferentes, no todos somos iguales.

– Esa experiencia que usted ha tenido de ser policía y ahora juez, hoy nos permite ver algo casi inédito, un trabajo armonioso entre el juez, la fiscalía y la policía. ¿Cómo se siente?

– Soy una persona que se encuentra muy satisfecha y cómoda trabajando como juez penal en el departamento de Salto. No debemos olvidar mi formación anterior como oficial de policía, el tema seguridad pública me apasiona, respeto mucho a la policía y el trabajo policial al ser la guardiana de nuestras casas, de nuestras familias, de nuestras libertades individuales, nos protege en todo momento. Serví en el Ministerio del Interior nada menos que 11 años, por lo que respeto mucho a los policías. Igualmente tenemos funciones y cargos diferentes. La policía actualmente se encuentra bajo la égida del nuevo CPP de 2017, por lo que responden a Fiscalía. Cada uno tiene su función, la policía ahora le tiene que pedir órdenes de allanamiento a la fiscalía, a mí no me las pide, a mí me las pide el fiscal. Cada uno en su rol. Lo que yo tengo es una impronta diferente, por lo que me gusta conocer personalmente a las diferentes jerarquías, obviamente que con los fiscales trabajo muy cómodo todos los días, conozco a todo el Comando, conozco a los comisarios, a los oficiales. Existe un relacionamiento profesional donde hemos hecho, y seguirán sucediendo, ruedas de prensa en conjunto porque tenemos que demostrarle a la sociedad salteña que estamos comprometidos y trabajando en la seguridad pública, y como le dije, cada uno desde su rol. La mayor parte de nuestro trabajo es silencioso, aunque la prensa lo registra, pero suelen salir con mayor magnitud aquellos procedimientos más grandes.

– De todas maneras, esta comunicación de las instituciones que combaten el delito no se ve en otros lados, quien suele dar explicaciones es únicamente la policía, jueces y fiscales son dejados de lado, ¿no debería ocurrir en otros departamentos lo mismo que en Salto?

– El tema de la publicidad es muy personal. A nosotros en el Centro de Estudios Judiciales del Uruguay (CEJU) siempre se nos dijo que el juez tiene la libertad de elegir salir en los medios de prensa o no, eso es muy muy personal. No se nos obliga a una cosa ni a la otra. En lo que a mí compete, me gusta la figura del Magistrado que en forma directa sale en los medios de prensa acompañado por fiscales y sea con el Jefe (Carlos) Ayuto, con el Subjefe o quien esté, a informar en forma directa. Obviamente que hay otros señores jueces y señoras juezas que no lo hacen, lo que es muy respetable. Se trata de un tema de improntas.

– ¿Cuál es el tema más grave que usted visualiza en materia de seguridad hoy en Salto?

– Esto tendría que hablarlo con el Jefe Ayuto que es el que tiene los números, nosotros en el Juzgado no llevamos números, los que llevamos son estadísticas de cantidades de audiencias, de formalizados, etcétera, pero no los llevamos por delito. O sea que la evolución de los diferentes números del delito no lo tengo. De todas formas, los grandes operativos que se han dado han sido en torno a la lucha contra el narcotráfico, y eso se ha impuesto desde el Ministerio del Interior que se ha visto al señor Ministro y a las diferentes jerarquías dar la orden del combate frontal y directo al narcotráfico, eso está pasando en todos los departamentos.

– En esa lucha se ha visto a algún fiscal salteño o incluso a la Directora de la Cárcel Departamental que han sido amenazados de muerte, por lo que han tenido que tener custodia durante algunos meses hasta que el peligro se disipó, ¿usted ha sido amenazado?

– Sobre ese punto prefiero no expedirme, pero es verdad que hubo un fiscal hace unos 3 años que tuvo que tener custodia, al igual que la Directora del INR.

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PERFIL DE PAULO AGUIRRE

Casado, tiene dos hijos.

Es del signo de Libra.

De chiquito quería ser Contador Público.

No le gusta el fútbol. “En eso soy atípico”.

¿Una asignatura pendiente? Escribir un nuevo artículo jurídico.

¿Una comida? Las pastas.

¿Un libro? “La política” de Aristóteles.

¿Una película? “Scarface” con Al Pacino.

¿Un hobby? Coleccionar pequeñas antigüedades.

¿Qué música escucha? Los olds hits de la música tropical y los de inglés de los 70 y 80.

¿Un día de la semana? El sábado.

¿Qué le gusta de la gente? Su bondad.

¿Qué no le gusta de la gente? La deslealtad, la cáscara de banana.

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