“Me siento satisfecho con el camino que he hecho porque nunca he estado solo”
Ver el currículum abreviado del maestro Jorge de Souza daría para otra nota. En esta charla, en una tarde de lluvia, ideal para convocar aquellos recuerdos más lejanos, fuimos conociendo algunos aspectos que forjaron su personalidad, y que hoy comparte con EL PUEBLO.
1. ¿Cómo fueron esos primeros años de su vida?
– Tengo recuerdos de mi infancia vinculada a lo rural, porque mi familia, tanto de parte de madre como de padre, provienen del medio rural, de la zona de Paso Potrero, mis primeros años estuvieron por ahí. De mi infancia recuerdo mucho la campaña, de hecho mi profesión la elegí pensando en ser maestro rural. También en algún momento la medicina fue parte de mi vocación, y lo que siempre tuve claro es que era el medio rural el lugar donde me hubiese gustado ejercer porque es un lugar donde hay una relación con ciertas actividades y profesiones que mantienen un vínculo de respeto y de valores por lo que es la función social que tiene un maestro, un médico. Eso creo que lo heredé o lo aprendí de mis abuelos, que tuvieron boliche en campaña, que era un espacio de encuentro. Mi abuela fue toda su vida maestra rural, de hecho la escuela de Paso Potrero lleva su nombre, la Escuela 27 se llama Celeste Silva de Souza.
2. ¿Cómo fueron esos primeros años en la ciudad?
– Con la barra del barrio jugábamos a la pelota a la hora de la siesta. Ahora que venía para acá vi al Cine Sarandí, que también era programa de vacaciones, además tengo una primada enorme donde todos nos llevamos uno o dos años de diferencia, por lo que siempre fuimos un enjambre para todos lados. Tuve varios barrios, pero viví muchos años cerca de donde vivo ahora, a tres cuadras, en Juncal al tres, o sea que estaba cerca de la Plaza de Deportes, en el verano cerca de la piscina de Ferro, si agarraba una bicicleta me iba para la costanera o para el Parque Solari. Iba a la Escuela 105, aunque el primer año lo hice en la Escuela 8. Fui al Liceo IPOLL. Ese fue el micro mundo donde disfruté esa etapa de mi vida.
3. ¿Queda esa sensación de querer volver a la ruralidad o ya te adaptaste a lo urbano?
– Este año cumplo 24 años de trabajo como maestro, mi cargo era rural hasta el año pasado, que por baja de matrícula mi cargo que estaba en Termas del Arapey se vino para la Escuela 10, donde hay una barriada populosa, que tiene un impacto interesante, pero está claro que extraño lo rural. Tengo la Marcha de Arerunguá que es algo que logramos hacer todos los años en enero, es como un ritual al que hay que ir. Cuando podemos vamos algunos días de campamento, eso me carga la batería.
4. ¿Siempre pensaste en tener una familia tan numerosa?
– En mi familia siempre fuimos de muchos hermanos. La familia de mi madre eran 11 hermanos y de mi padre eran 4, ellos fueron los menores, por lo que fueron muy mal enseñados y por consecuencia al ser yo el primer hijo también fui bastante mal enseñado, aunque nos criamos todos muy juntos. Así que siempre fue una familia muy numerosa. Después las circunstancias de la vida, en esto de que los míos, los tuyos y los nuestros, seguimos siendo numerosos, eso me gusta.
5. También tuviste momentos de responsabilidad política.
– Fui Edil de la Vertiente (Artiguista) de 2005 a 2010, hubo un proceso en el último período en el cual por distintas circunstancias dije hasta acá, y decidí concentrarme en mi trabajo. Pero a instancias de Felipe (Carballo), que nos conocíamos de la Junta, me sumé a la 711 en sus inicios. La actividad política es un espacio más de participación que uno lo asume de diferente manera, igual que mi familia. Mi padre ha participado del sindicato de trabajadores, mis tíos también, yo formo parte del sindicato de maestros, fui fundador del gremio estudiantil de Formación Docente en su segunda etapa, después de los 80. Con la reforma de Rama fue un momento muy fermental, yo estaba en la Asociación de Estudiantes Osimani y Llerena. Después entré a Magisterio donde armamos los estatutos con Gerardo Rivero. En definitiva, uno suele ser muy demandante, pero en la medida que puede, tiene que involucrarse.
6. Y con la actividad política, vino la oportunidad de ser Director de Cultura de la Intendencia.
– Fue algo sorpresivo porque yo quería retomar el camino de la Junta Departamental porque me había gustado mucho por ser un espacio fundamental. Pero bueno, vino esa oportunidad de sumarme a un equipo en el Ejecutivo, no lo tenía previsto, pero de alguna forma, fue en un área en la que siempre estuve vinculado porque bailé muchos años en Ibirapitá con Piñeyro, hice dos años de murga, como murguista y como letrista. Así que no me era ajeno, era un universo que me desafiaba, fue una etapa muy interesante y compleja.
7. ¿Hay una cultura de izquierda y otra de derecha?
– Eso es un cliché que se le adjudica a la izquierda. Ha habido grandes referentes de izquierda que han hecho mucho por la cultura, y de los casos más emblemáticos hemos tenido, por ejemplo en Montevideo, a Mariano Arana, a quien tuve la oportunidad de conocer estando en la Vertiente. De todas maneras, la cultura es de todos, no es una cuestión de decir algo políticamente correcto, no, cada uno de la manera en la que se mueve en el mundo está pautando una forma de cómo se relaciona, y ahí hay muchos puntos en común, algunos aparentemente contradictorios pero que forman parte de la misma moneda. Esa tensión siempre está presente, pero somos todos partes de la cosa.
8. Preguntaba porque este fin de semana hubo una movida cultural donde se te vio interactuando con personas de otros perfiles ideológicos. ¿Cómo fue esa experiencia?
– Fue muy interesante. Hubo gente de distintas ideologías, incluso hasta se planteó ese debate, como que la izquierda estaba más tirada a la cultura y como que las políticas de derecha iban más en desmedro de la cultura. El resumen general fue que acá no es una cuestión de tensiones políticas, que la cultura es una acción política pero que trasciende la política partidaria. Retrotrayéndome a un proceso que también sumamos a esa discusión, al finalizar la gestión, porque en realidad no culminé el primer período de la gestión ante el incumplimiento de un acuerdo político, con Jony Rodríguez, Oscar Bordagaray, Silvio Previale, Fernando Alonso, Luciano Campos, o sea, gente de distintas vertientes de pensamiento y perfil político, armamos un punteo que se presentó en 2020 a todos los candidatos a la Intendencia con la idea que la cultura trascendiera y se pudieran generar políticas de mediano y largo plazo. Ahora lo que hicimos antes de esta reunión, fue volver a ese documento, lo hablamos con Silvio, lo actualizamos para volver a ponerlo a disposición de los candidatos de todos los partidos para que alguien lo tome. Esperemos que esta movida trascienda la cuestión electoral, la organización es clave.
9. En tu presente te vemos administrando al Mercado 18 de Julio, realizando una propuesta novedosa e innovadora generando un espacio para la cultura, ¿cómo surgió?
– Ahí tengo a un gran compañero en este camino, Luis Zaldúa, que nos conocemos desde 2019, cuando nos pusimos a trabajar juntos en lo que fue la puesta en valor de la Bodega Harriague. Lo del Mercado surge casi fortuitamente porque nos reuníamos en el Centro Vasco que está enfrente. Con Luis nos miramos y dijimos a ver si nos animábamos a armar algún proyecto, lo hicimos y nos presentamos, logrando formarse el Espacio Gastronómico Cultural del Mercado 18. No exento de dificultades, hicimos una inversión personal muy grande porque no tuvimos ningún subsidio. Dentro de las dificultades enfrentamos una pandemia, el tema de la frontera que hizo que hubiera mucha rotación de emprendimientos dentro del Mercado. Lo vamos sosteniendo y lo disfrutamos.
10. Cuando miras el camino que has recorrido, ¿en qué piensas?
– El otro día recordaba a Ofelia Piegas, gran referente en mi vida, que siempre contaba la anécdota de cuando yo nací, porque nací prematuro, nací con 6 meses y medio, y no estaban las condiciones como para que yo viviera mucho tiempo, y ella contaba que cuando hablaban con el médico preguntándole cuál era mi pronóstico, él decía “él va a vivir porque quiere vivir”, y eso siempre ha sido un leitmotiv para mí. Es decir, quizás las condiciones no sean las ideales, capaz que uno no logra concretar todo lo que proyecta, pero uno tiene que levantarse y caminar, y tratar, en la medida que pueda, de sumar. Si no suma, se da un paso al costado y se busca sumar desde otro lugar, pero siempre hacia adelante.
Si me tengo que definir, sigo siendo curioso, me encanta lo patrimonial, estudiar, estoy retomando portugués, me estoy integrando a los Amigos del Patrimonio Histórico, formo parte de la Red Uruguaya de Cementerios y Sitios Patrimoniales. Hay muchas cosas que me gustan, que me motivan y que tengo como un ejercicio de vida que todos los años debo tratar de aprender algo nuevo para estar siempre activo. Me siento satisfecho con el camino que he hecho porque nunca he estado solo.
