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martes, 6 de mayo de 2025
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«Hubiera sido un gran hito humano en esta pandemia poder separar el poderío económico de los valores humanos»

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AL DORSO con Adriana Corsiglia

Adriana Corsiglia es Licenciada en Enfermería con una especialidad en Gestión de Servicios de Salud, y Jefa del Departamento de Enfermería del Centro Médico. Hoy fue convocada desde esta sección de EL PUEBLO para conocer de primera mano cómo se vivió desde el sector privado de la salud la lucha contra el COVID-19.

¿De dónde viene su vocación de servicio desde la salud?

  • Podría decir que me crie adentro del Hospital Salto, mi madre era enfermera y no había en ese entonces esas leyes laborales que hoy protegen tanto lo que son los tiempos de la mujer cuando recién da a luz y la lactancia materna, así que mi padre, que era municipal, de la División de Parques y Jardines, dependíamos de la teta de mamá, que estaba en el hospital, por eso papá hacía reboso, cargaba con nosotras y marchábamos para el hospital para que mamá nos diera la teta. Lo hizo con mi hermana y conmigo, somos tres hermanos. Mi madre tenía una gran vocación de servicio, era la enfermera de todo el barrio, la que hacía todos los inyectables de la cuadra, alguien que se sintiese mal iba a casa. Aparte, mi padre era masajista amateur de Universitario, la parte del deporte viene por allí.

  • ¿Acompañaba de niña a su madre en las visitas a los vecinos por temas de salud?
  • Sí. Habitualmente, o venían a casa o íbamos, eso implicaba ir a cualquier hora, pero recuerdo que las tardecitas y noches era ir de la mano con mamá que tenía como un sobre de cuero donde tenía todo lo necesario, desde aparatos de presión, las jeringas, que en ese entonces eran de vidrio e iban adentro de unas cajitas de metal, ya estoy delatando mi edad (risas). En mi adolescencia, y cuando terminé la Secundaria, no tuve conflicto de qué seguir o de qué hacer, como que ya tenía impregnado qué iba a estudiar. La Facultad de Enfermería tampoco estaba aquí, estaba en Montevideo y ya sabía que iría allí a estudiar para Nurse. O sea que siempre fue algo claro en mí y en mi familia.

¿Por qué Nurse y no médica?

  • Hubo un tema que era el económico, en su momento lo hablé con mis padres. Imagínese que mi madre era enfermera de un hospital y mi padre un obrero de Parques y Jardines de la Intendencia. Recuerdo haber planteado por qué no hacer Medicina y una de las cosas que me respondieron es que estaban seguros de poder hacer el esfuerzo por 4 años, no por 6 o por 8. Y eso también fue como una presión y una responsabilidad que cargué durante toda la carrera, cuando pensaba que yo estaba en Montevideo mientras en mi casa no sobraba la plata. Así fue que nunca perdí un examen, siempre fui muy exigente, pero sobre todo reconocer el esfuerzo que estaban haciendo mis padres por mantenerme allí. También las becas de Bienestar Estudiantil ayudaron mucho.

¿Mantiene la tradición de su madre de hacer visitas de enfermera?

  • Ese fue uno de los legados de mamá. Mi madre cuando llegaba la época de la vacunación antigripal, y entre sus amigos que eran todos octogenarios hacía la lista, conseguía las vacunas, y con esa lista destinaba un día que salía de trabajar para hacer esa recorrida, y me decía, «¿a qué hora salís de trabajar que ya tengo el itinerario?» Y nos encontrábamos y salíamos casa a casa. Mamá falleció el 9 de febrero de 2020, y este año particularmente me sentí con la necesidad de mantener esa tradición y, sobre todo, como una forma de rendirle un homenaje a esos momentos. Este año hicimos la recorrida con las debidas precauciones por la época COVID. Generé otra lista, la de mis afectos, así que fue como un mix de los afectos de mamá y de los míos.

¿Llegó a pensar que algún día viviríamos una pandemia a nivel global?

  • Siempre lo vi como algo lejano, que ocurría, pero ya no solo con las pandemias, cuando pensábamos lo que era el ébola, lo que había sido el cólera, el mismo dengue. Eran endemias que quedaban circunscriptas a determinadas ciudades o continentes. Esto rompió todos los límites imaginables. Es la primera experiencia que muchos estamos viviendo y que ha dejado mucho, como crecimiento, como equipos de salud, como personas, ha sido riquísimo.

En los medios se ha hablado mucho del trabajo de la salud pública, ¿cómo se vivió desde la salud privada esta pandemia?

  • Lo viví como un gran desafío. Se trabajó muy bien, lo que rápidamente se formó fue un equipo de trabajo que abordó varias disciplinas, o sea que no fue un equipo exclusivamente médico, sino que se nutrió desde varias disciplinas. Llegar a ser una orquesta que tocara una melodía afinada en los momentos duros y de crisis epidemiológica fuerte, fue sin lugar a duda una gran fortaleza.

Seguramente hubo jornadas extenuantes y de mucho estrés, ¿cómo lograron manejar el aspecto humano de esas situaciones?

  • Como equipo de salud también somos personas que tenemos nuestras familias, nuestra vida cotidiana, y a su vez también, teníamos los propios miedos como al inicio tuvieron todas las personas. Sobre todo, en ese miedo de llevar y contagiar a nuestro entorno familiar. Ha sido un gran esfuerzo de todo el equipo de salud, la palabra clave y el sentimiento que más se hizo notorio que nos empoderó fue el cuidarnos uno al otro. Por otro lado, si bien teníamos acceso a trabajos de medicina basada en evidencias, a procesos avalados por un comité de infecciones institucional que estaba muy sólido y que jugó un rol muy importante, también somos permeables a la opinión del vecino, a su miedo, a la mucha información que brinda internet que muchas veces llegó a desinformar. Lo otro invaluable fue tener que adaptarse. Los equipos mutaron desde el punto de vista positivo, gente que trabajaba en el primer nivel de atención, me refiero a las policlínicas, donde habitualmente trabajamos con personas sanas, asumieron el reto y el desafío de capacitarse y de repente estar ahí, con apenas unas clases teóricas, pero con el tutelaje del más competente, para asumir el reto de pasar de una policlínica a toda la infraestructura como la de un CTI.

Deben haber quedado muchas anécdotas e historias vividas durante este año y medio largo de pandemia en Salto…

  • La Enfermería vivió anécdotas maravillosas y muy dolorosas también, fue una enfermedad que desestabilizó rápidamente desde el punto de vista de personas jóvenes que si no hubiera sido por COVID hoy estarían con su familia. Por ejemplo, un paciente del CTI que estaba en pareja y con hijos, no estaban casados, y que su único medio de vida era el negocio que tenía él, le pide a una enfermera que por favor llame a un escribano que quería dejar un testamento formal porque necesitaba dejar asegurada a su pareja e hijos. La enfermera le explica que no se iba a morir, que estaba bien porque estaba hablando, que era joven. Esa persona no llegó al otro día porque hizo un paro. Eso fue una anécdota dura. Otra fue que una persona, adulto mayor, que con su señora vivían de su jubilación, tampoco estaban casados, le pide a la enfermera que llamara a un juez para casarse para que su señora pudiera obtener la pensión, porque si no, su compañera quedaría desprotegida en lo económico. Pero no llegó a casarse.

Me dijo que también hubo historias lindas que dejó esta pandemia, ¿podría comentarnos alguna de ellas?

  • Las brindó la tecnología. Si bien no se podía usar en principio el celular, porque además estaban las visitas restringidas, la comunicación era del médico a través del teléfono. Después empezamos a pedir si nos podían enviar por WhatsApp fotos de la familia, las imprimíamos con un mensajito, se lo mostrábamos y luego se rompía la foto porque no la podíamos conservar. Esa fue de las cosas bonitas al igual que algunas video llamadas que se pudieron hacer, sobre todo gente que casualmente estaba aquí en Salto y toda su familia quedó en otro departamento. Esos recuerdos quedarán como imborrables.

La Humanidad, ¿estuvo a la altura de las circunstancias en esta pandemia?

  • No hay que negar a la fármaco-industria, los millones de dólares que se han gastado en vacunas y, sin embargo, aún se siguen muriendo niños de hambre en el mundo. Lo mismo sucede con las enfermedades cardiovasculares, con los siniestros de tránsito. Como pandemia, a los países que han tenido los recursos han podido estar a cierta altura, lamentablemente en los otros no estuvo la Humanidad porque las realidades de la pobreza y la mercantilización de las vacunas, en vez de haberlas hecho gratuitas y universales, y me refiero a las patentes, que ahí estuvo el quid de todo esto, hubiera sido un gran hito humano universal haber separado el poderío económico de los valores humanos. Ahí estuvo el tema, hubo gente que se enriqueció muchísimo y gente que sigue muriendo porque no pudo acceder cuando las fórmulas estaban. Hubiera sido otra la pandemia que hemos vivido.

Hoy por:
Leonardo Silva

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