No acostumbramos a ”batirnos el parche” precisamente, pero tampoco escapamos a las dificultades que enfrenta el sector de los medios de comunicación escritos en papel en todo el mundo.
EL PUEBLO llegará mañana a los 64 años y su vida periodística ha estado regada de dificultades, como todos los medios de comunicación que han optado por situarnos en una posición neutral, salvo en los grandes intereses del pueblo.
Quizás la mejor prueba de ello es que los grandes medios capitalinos se han visto severamente reducidos en los últimos tiempos, no sólo en el número de medios, sino en cantidad de ejemplares.
Recordamos en este sentido que “El Día” que supo tener un gran plantel y marcar una “línea” editorial que ya no está. Tampoco está ya La Mañana, el Diario, “”Hora” y las revistas que se basaron el humor popular para sus subsistencia, como “El Dedo” “Guambia” y otras.
A esta realidad no escapa nadie. Se ha dicho que “la culpa” la tienen los medios digitales, donde el lector puede hallar una síntesis de las noticias actuales. Pero entendemos que la situación actual es producto de una serie de elementos y no limitarse a que el lector pueda leer gratuitamente títulos y un adelanto que nada aporta.
Influye principalmente el tiempo que insume una lectura atenta y profunda como para entender lo que allí se afirma y saber discernirlo.
Influyen también sectores económicos y sociales entre otros. Pero de lo que podemos dar fe y no porque nos duelan prendas, es que cada vez se nota más la falta de los medios escritos.
Los que escriben y analizan cada hecho o situación. No sólo influye la situación actual en los lectores, sino que como en una cadena, diríamos que los medios de comunicación escritos en papel son también cada vez menos profesionales y esta es una condición que no debería perderse nunca porque es el único factor que pesa a la hora probar algo.
Es que mientras alguien no lo ve escrito en papel, para leer, investigar, comentar y compartir es como si no existiera.
Hoy como ayer y siempre diríamos que no conocemos periodismo sin investigación, que la televisión es más espectáculo que noticia y la radio nos debe captar y tener a su disposición.
No son medios de despreciar, porque reconocemos su valioso aporte, pero jamás podrán eclipsar a los medios de papel que entre otros puntos a favor tienen el hecho de que siempre estarán disponibles.
Por Salto, y sobre todo por la Libertad de Opinión, esperamos tener vigencia al menos por otros 64 años más.
A.R.D.