El día siguiente al deceso, el Presidente de Uruguay, Julio María Sanguinetti, dio una despedida al exmandatario Jorge Pacheco Areco (1967-1972), fallecido a la edad de 78 años a raíz de problemas cardiopulmonares. «Cumplo hoy con la tan honrosa como penosa misión de despedir a este gran expresidente de la República e ilustre ciudadano del Uruguay». Fue un entierro con honores de Jefe de Estado y en duelo oficial dispuesto por el gobierno. Nos cuentan nuestros mayores que concurrió numeroso público, gran cantidad de políticos y que se arrojaban flores al paso del cortejo.
Sanguinetti remarcó la firmeza con que Pacheco Areco afrontó como Presidente uno de los momentos más difíciles del país, y dijo que el exmandatario pasó «al mundo de la memoria colectiva».
Cuando preguntamos o leemos sobre Pacheco, evidenciamos que cultivó una imagen de caudillo populista, que si bien accedió al poder al morir el mandatario electo en las elecciones de 1966, Óscar Gestido, Pacheco creó sin dudas una identidad propia y singular. Su gobierno estuvo enmarcado en una grave crisis económica, una dura oposición sindical y política y una guerrilla urbana sin precedentes en el país.
Cuando se le han rendido homenajes en el Parlamento o en las Juntas Departamentales, las bancadas de izquierda estuvieron ausentes en las sesiones. Solo el General Retirado Líber Seregni reconoció en la prensa que Pacheco Areco asumió la presidencia en un momento muy difícil, «pero nunca transgredió la Constitución ni la ley».
Incluso en la Junta de Montevideo han colgado carteles ofensivos durante homenajes, dejando ver sus miserias. Pacheco sigue vivo en los recuerdos porque, como dicen algunos de sus seguidores, trabajó para la felicidad ajena. Su esfuerzo para derrotar la sedición, así como sus medidas prontas de seguridad, lo enaltece.
Somos muchos colorados los que pensamos que en la actualidad falta Pachequismo y firmeza para gobernar.
¡VIVA PACHECO!
¡VIVA EL PARTIDO COLORADO!