El protagonista de la historia de vida de hoy es Juan Carlos Rodríguez.
Terminando una jornada de atención al público, vino bastante gente. Si no tenemos gente, no tenemos trabajo
Así arranca un dialogo ameno con Juan Carlos. Éste nos contaba que su familia está integrada por sus 4 hijas, siendo él divorciado.
Al consultarle acerca de los años que lleva trabajando en el BPS, nos decía «Yo entré en el año 89, en Setiembre, porque fuí redistribuido del ferrocarril. Trabajaba en AFE, en donde estuve casi 9 años y nunca pinchamos un tren, yo siempre le digo a todos».
Le expresabamos a «El Chino» el afecto que la gente sentía por él y cómo destaca la atención que tiene hacia el público. «Yo siempre digo, no soy muy normal». Entre risas, habló sobre temas de los que quizás los otros no hablan. «Mi mentalidad es que todos somos iguales, aunque tenga distintas posiciones sociales, la otra persona para mi sigue siendo igual que yo. Para Dios somos todos iguales.»
No creo que sea algo superior o especial, para mi todos los compañeros son iguales a mi, y yo soy igual que todos los compañeros, tal vez tengo una manera diferente de tratar a la gente, pero eso no me hace mejor que nadie.
Chino Rodrigez
Al resaltar el humor que lo caracteriza, éste nos expresaba que «aunque a veces me juega a favor, otras veces me juega en contra, también al ser así a veces tengo mucha cantidad de gente, muchas consultas, y si te muestro mi celular te da ganas de cambiarlo, por eso sábados y domingos no atiendo.»
Al solicitarle si nos podía contar una anécdota de su trabajo, Juan Carlos expresaba «Una vez estaba en un cumpleaños, un asado y me llamaban un Sábado para preguntarme sobre un trámite, y le digo, ‘mirá muchacho, vos perdonáme, estoy en un cumpleaños, no tengo la computadora del BPS».
Al pedirle para culminar la nota en tantos años de trabajo en el BPS que nos podía decir, Rodríguez comentaba, «para mi es la mitad de mi vida que pasé acá adentro, es parte de mi familia, también los compañeros, aunque he cambiado mucho de compañeros debido a tantos años, unos se han ido y otros no estan más».
«A mi me gusta atender al público, me siento bien.»
«A veces veo la cola de afuera, una vez alguien me dijo ‘Chino, mirá que esta frío, ¿qué hago?’, y vení en Enero le dije». Contaba Juan Carlos entre risas, siempre con ese humor que lo caracteriza y que hace que sea un placer escuchar sus anécdotas.
«Yo trato a la gente cómo si estuviera hablando con un familiar, como si fuera un conocido de mucho tiempo. A veces están haciendo un trámite y les hablo de fútbol, de Uruguay, les hablo de basketball, del frío.»
«Seguiremos acá hasta que Dios quiera.»
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