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sábado, 19 de julio de 2025
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Otra causa evitable

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Diario EL PUEBLO digital
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Los animales sueltos en la vía pública constituyen no sólo una irresponsabilidad, sino una conducta que puede llegar a ser criminal.
Es igual que sea un caballo (lo más frecuente en las rutas) o un perro, el animal que más frecuentemente se ve en las calles de la ciudad o una vaca en los caminos rurales o las rutas.
Muchas veces la situación se da por irresponsabilidad de los propietarios que no toman las debidas precauciones para que los animales se mantengan fuera de estos lugares y otras veces lisa y llanamente por negligencia, dado que se considera que los animales se manejarán diferente y no se atiende a la posibilidad de no sea así.
Esto sin desconocer los imprevistos, vale decir que el animal se asuste o que “se motive” inesperadamente, por ejemplo cuando ante un perro aparece un gato, generalmente el animal más “odiado” por los canes que en estos casos no reparan en riesgo alguno con tal de alcanzar su presa.
Pero en estas situaciones generalmente corremos el riesgo de “culpar” a los animales, cuando es claro que la irresponsabilidad o la culpa no es de ellos, sino de sus dueños, que ante hechos graves nunca aparecen.
Si revisáramos las cifras de los “siniestros” de tránsito, que algunos consideran una pandemia permanente, veríamos que un alto grado de estos siniestros siguen teniendo como causa, la irresponsabilidad, de algún dueño de animal.
En este aspecto tenemos que hacer referencia inevitablemente a los animales sueltos en las calles principalmente de los barrios salteños, fundamentalmente de los perros “callejeros”, de los que nadie se hace responsable, aunque todos suelen saber a quién o quienes pertenecen.
Se juntan en este problema dos aspectos negativos.
En primer lugar las altas velocidades a que suelen desplazarse estos vehículos y en segundo lugar la proliferación de estos animales.
La tenencia responsable y la obligatoriedad de los “chips” en estos animales, no han dado los resultados que se buscaban.
Si no hay controles eficientes y severos, no podemos esperar otra realidad.
Lamentablemente los jóvenes suelen ser las víctimas más frecuentes de esta situación.
Las autoridades por su parte, suelen mostrarse demasiado tolerantes con estas infracciones, en el entendido que se trata de las persona menos pudientes.
No es un argumento que compartamos por el sencillo hecho de que esto no exime de la responsabilidad que corresponde.
A.R.D.

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