Una de las internaciones del largo período de recuperación.
Villa Constitución
Una historia «de corazón ajeno» que merece ser compartida y aplaudida, como un canto a la vida
Villa Constitución, por Catalina Trinidad.
En esta Semana del Corazón fuimos en busca del testimonio de la primera mujer trasplantada del corazón en Uruguay, y nos encontramos con una señora que se llama Hilda Eloisa Trinidad Sisnández quien nos dijo que fue la primera mujer en el Uruguay que fue trasplantada de corazón, una historia llena de Fe, Amor, Perseverancia y Confianza en Dios.
Hilda Fonseca vivió parte de su juventud en Colonia Rubio, su juventud fue muy sacrificada ya hacía tareas de campo con sus padres y hermanos. Eran trabajos que requerían de fuerza y se terminaba la jornada muy cansado.
A raíz de estas tareas muy duras para una mujer ya que requerían levantar mucho peso fue que se le hizo a Hilda “desprendimiento de corazón”, según nos cuenta. Al principio de su juventud no sabía el por qué de sus dolores estomacales, dolores musculares..etc.
‘’Mi vida se había convertido en un verdadero infierno con respecto a los dolores cada vez más frecuentes, a medida que pasaba el tiempo sólo lo que me calmaba eran botellas de agua fría. El tiempo transcurrió hasta formar mi propia familia pero mis dolencias seguían igual creciendo. Junto a mi esposo decidimos ir a Montevideo ya que aquí los médicos me trataban por dolores musculares y estomacales.
En Montevideo consulté con el doctor Nicolás Ruso y recién en ese momento luego de realizarme estudios me dijo el médico que tenía desprendimiento, que generalmente esto sucedía por levantar pesos en demasía. Mi vida a partir de ahí pareció una película pues lo que uno ve en la vereda de enfrente o aquella frase ‘’a mí nunca me va a pasar’’, lo estaba viviendo yo.
Parecía todo un sueño verme en una lista de espera para un trasplante de corazón. Para ese entonces yo ya vivía en Villa Constitución, así que volvimos con mi esposo. Desde ese momento comencé a tener una vida donde el ‘’comer’’ era un imposible debido a mis dolores… sólo me estaba alimentando de naranjas que era al menos lo que mejor podía asimilar y obviamente comencé a bajar de peso llegando a pesar 54 kilos.
Disminuía en kilos pero crecía mi Fe en Dios, arraigada a la Fortaleza y Amor…. si Amor por mi familia ya que solo con pensar lo mucho que me necesitaban me daban ese ‘’empujoncito’’ hacia la esperanza de saber que me iba a mejorar y quizás antes de ser demasiado tarde (tuve una hermana que se había muerto por el mismo tema, desprendimiento de corazón) apareciera ese corazón tan deseado imprescindible para seguir viviendo. ¿rezar.. .? si todos los dias. ¿Valorar La Vida? si, más que nunca.
¿Perserverar? sí, era lo que hacía aferrada al amor de mi familia. Pero en esos momentos aprendí que todo estaba en mí. Porque si yo flaqueaba o me entregaba lo que pudiera venir sería totalmente inútil. Entonces miraba un amanecer como por última vez, besaba a mis hijos diciéndoles lo mucho que los amaba como si fuera la última vez, abrazaba a mi querido viejo como queriendo dejar mi sello en esa acaricia. Pero todo esto no quería decir que me estaba despidiendo o que pensaba que me iba a morir no, no… esto quería decir que estaba valorando, apreciando, disfrutando cada instante con mis amores .Y fue así que un día cualquiera para todos pero ‘’único’’ para mí, para mi familia, por un llamado telefónico nos comunicaron que había aparecido el tan esperado corazón.
Todo fue muy rápido, vino la ambulancia quedé dormida en el viaje por un calmante que me dieron. ¿La llegada?.. También muy rápida al llegar a Montevideo en Casa Galicia donde me esperaba un papel para que firmara la operación, y claro que firmé con total firmeza. Y ahí estaba con todo el equipo del doctor Ruso. La operación duro aproximadamente 9 horas.
¿Cómo fue mi despertar? En mi despertar fue el comienzo del final, final de una larga agonía en espera, final de una vida para comenzar … la propia. Y sí, son preguntas que uno se hace o al menos yo me lo hice para después… mucho después comprender que estaba viviendo mi propia vida gracias a la gran nobleza de aquella persona que firmó ser donante.
Y gracias a esa firma puede devolver una vida normal y sana a otro ser, pues no siéndolo así ese corazoncito se hubiera perdido en el polvo. Fue el comienzo de mi vida en otra etapa… mi recuperación fue increíble, claro, primero en un cubo de vidrio alejada de todas las personas por los posibles virus y luego en una sala. Claro, fueron dos años de recuperación con cuidados extremos en dieta usando tapa boca, no levantando peso, pero todo fue en rápida procesión pues me concienticé en realizar todo disfrutando mi vida tal cual estaba. ¿Un mensaje?… uyy sí, habría muchas cosas para decir pero para aquella personitas que están en una lista de espera hoy mi mensaje es: te invito a firmar, ser donante para que otras personas puedan como yo contar esta historia del corazon y que gracias a ti estoy viva, feliz y dispuesta a ser feliz a alguien cuando Dios lo disponga.
