Una de las disposiciones más crueles de la guerra es la que afecta a los varones desde la adolescencia, no así a las mujeres y dicho sea de paso, es estrictamente una cuestión de género, aunque hasta el momento no hemos oído una sola voz reclamando en este sentido.
Es que una disposición, que no cuestionamos, pero tampoco podemos ignorar es la que recién ha comunicado Ucrania, pero es frecuente en todos los países que van a la guerra. Ningún varón de esta franja etaria está autorizado a abandonar el país y quien lo intente al menos será considerado desertor. La disposición no rige para las mujeres.
En estas columnas nos hemos ocupado del horror de las guerras, motivadas pura y exclusivamente por la ambición humana.
En ocasión del Día de la Mujer en el mundo se ha reclamado igualdad de derechos, cosa que entendemos de plena justicia, pero esto no significa desconocer las diferencias de cada género.
Es probable que sea innecesaria una medida como la que hoy nos ocupa, porque resulta lógico y usual que todo hombre prefiera llevar a su hijo varón a “servir a la patria”, antes que a su hija mujer. A su hermano antes que a su hermana y demás.
Pero esto no significa que desconozcamos lo irracional de las guerras, que nadie quiere, pero todos sufrimos sus consecuencias en menor o mayor grado.
En pleno siglo XXI, cuando pensábamos que este tipo de acciones violentas estaban erradicadas por la humanidad, nos encontramos otra vez frente a estos horrores.
Aun cuando a la mayoría de nosotros no nos preocupe, porque consideramos que es un problema distante, que nunca nos va a llegar, es un tema de toda la humanidad y una injusticia debería de preocuparnos suceda donde suceda, porque tarde o temprano nos veremos enfrentados a ellas.
Ucrania está en guerra con Rusia. Una decisión insana que ya ha costado miles de vida inocentes, gente que en su mayoría no decidió, ni está de acuerdo con esta guerra, pero no ha tenido otra opción y una de las disposiciones más crueles es la que acaba de conocerse.
Seguramente los inocentes habrán de seguir muriendo en esta guerra descabellada, pero es preciso ver todos los intereses en juego, porque como ya lo hemos señalado, aquí no hay malos y buenos, sino ambiciosos sin escrúpulos que no ven más allá de sus propias ambiciones y entienden que el fin justifica los medios.
A.R.D.