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GIUSEPPE GARIBALDI (PARTE 2)

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Diario EL PUEBLO digital
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Estimados lectores. Continuamos con la segunda parte de la histórica y fascinante vida del Gral. Garibaldi. En esta oportunidad compartiremos su estancia y luchas en nuestro continente.
Llegado a Sudamérica, contactó con otros disidentes italianos por las revueltas de la Joven Italia y llegó a ser presidente de la filial de esta organización en el continente americano gracias a su amigo Giuseppe Stefano Grondona. También formó parte de la logia masónica Asilo di Vertud. Luchó contra el Imperio de Brasil en la revolución de la República Riograndense liderada por Bento Gonçalves da Silva. En estas acciones tomó, junto al general David Canabarro, la ciudad portuaria de Laguna en el estado de Santa Catarina, lo que facilitó la creación de la República Catarinense  o República Juliana.
Mientras que en Italia buscaba la unificación, en  Sudamérica  buscaba la fragmentación de las antiguas colonias. Garibaldi entró en el cuerpo de revolucionarios de La joven Europa. Durante esta época tuvo como amantes a Manuela de Paula Ferreira, sobrina de Bento Gonçalves da Silva, y Ana María de Jesús Ribeiro, llamada después Anita Garibaldi.


En 1841 pasó a Uruguay, donde tenía lugar la guerra entre los blancos de Manuel Oribe, apoyado por el gobierno de Buenos Aires del gobernador Juan Manuel de Rosas, y el Gobierno colorado de Fructuoso Rivera instalado en  Montevideo. Declarada en diciembre de 1838, la denominada  Guerra Grande se desarrolló desde  1838 hasta 1851. El Gobierno de Oribe estaba en las afueras de Montevideo, en el barrio que hoy se denomina La Unión, a la espera del momento justo y oportuno para tomar la ciudad. En Montevideo se encuentra el Museo Casa de José Garibaldi, instalado en la casa donde residieron él y su familia durante ese tiempo.
Mientras tanto Garibaldi, radicado en Montevideo, además de su actividad revolucionaria, daba clases de matemáticas e ingresó en la Logia Masónica Les Amis de la Patrie.


Al mismo tiempo en el Río de la Plata operaba la flota de la Confederación, al mando del almirante argentino  Guillermo Brown, que intentaba bloquear el puerto de Montevideo. La flota armada por el gobierno de Montevideo, comandada por el comodoro Juan Coe, había sido destruida. En 1842, el Gobierno de Montevideo designó a Garibaldi como sustituto de Coe. Al mando de la flota, libró el 16 de agosto de 1842 un combate naval en el río Paraná en una sección del río llamada Costa Brava, denominándose así el enfrentamiento el combate de Costa Brava cerca de la localidad de Esquina, Provincia de Corrientes, Argentina. Las naves comandadas por Garibaldi fueron derrotadas por las fuerzas de Brown. Después de sufrir fuertes pérdidas, Garibaldi escapó.

Vuelto a Montevideo, en 1843 —y establecido por Oribe el sitio de Montevideo, que habría de prolongarse hasta 1851— Garibaldi organizó una unidad militar que fue denominada «La Legión Italiana», al frente de la cual se puso al servicio del Gobierno de Montevideo, conocido históricamente como el Gobierno de la Defensa. Entre las acciones militares en que participó Garibaldi al frente de su Legión Italiana, se destaca la que tuvo lugar en las afueras de las murallas de Montevideo, llamada combate de Tres Cruces, por haberse realizado en el paraje así denominado, el 17 de noviembre de 1843.


Luego de ello, embarcado en una nueva flotilla de una veintena de naves con unos 900 hombres de tropa para desembarco, y contando con el amparo de las escuadras de Francia e Inglaterra, pudo ocupar en abril de 1845 la ciudad de Colonia. Garibaldi, en sus Memorias, sostiene que fue «difícil de mantener la disciplina que impidiera cualquier atropello, y los soldados anglofranceses, a pesar de las órdenes severas de los almirantes, no dejaron de dedicarse con gusto al robo en las casas y en las calles. Los nuestros, al regresar, siguieron en parte el mismo ejemplo aun cuando nuestros oficiales hicieron lo posible para evitarlo. La represión del desorden resultó difícil, considerando que la Colonia era pueblo abundante en provisiones y especialmente en líquidos espirituosos que aumentaban los apetitos de los virtuosos saqueadores». En septiembre toma la isla Martín García, defendida por la Confederación, y la ciudad de Gualeguaychú de la provincia de Entre Ríos, la que sufre saqueos. Es de notar que Garibaldi admite los saqueos, que fue una pauta de comportamiento del cuerpo mercenario que dirigía. En sus memorias llama a su legión «virtuosos saqueadores».

Por: Dr. Adrián Báez

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