Columna de Opinión

Falsas poses que duelen

Hace algún tiempo, en esta misma columna manifestamos que nos resulta chocante ver algunas “poses” de ciertos políticos, hechas por el solo hecho de estar en campaña electoral. Así, por dar apenas un ejemplo de los muchos que hay, hablábamos de los que deciden vestirse como hombres de campo, cuando todos sabemos que quizás al campo solo lo vieron en fotografías, ¿se entiende?

Bien, lamentablemente lo vemos hoy como una tendencia que se va agudizando cada vez más.

Están los que nunca dejaron de comer caviar y ahora aparecen comiendo choripanes en un mediotanque en la calle; o los que suben imágenes cruzando a pie un charco en medio del campo cuando a uno solo se le ocurre (además de reírse) preguntarle: ¿Y por qué mejor no lo cruza en la camioneta que está ahí al lado, la que transporta  a todo el equipo de marketing que está haciendo esa filmación y tomando esas fotos?

Uno se pregunta también: ¿Quién los asesora? Porque en realidad, están asesorados por especialistas supuestamente de primer nivel. Pero no se nota. Y nos estamos refiriendo a figuras de todos los partidos.

Lo que se nota, para ser sinceros, es que llegan a caer en el ridículo. “Allá ellos”, se nos podrá decir. Bien, pero hay una cosa que duele y que por eso no podemos dejar que pase inadvertida, y es que para muchos, esas falsas poses son, ni más ni menos, que una falta de respeto a quienes sí comen habitualmente un choripán recostados en un mediotanque, o día tras día se enfrentan a la dificultad de cruzar charcos, cañadas y arroyos en la ruralidad (y muy lejos están de poder tener un vehículo). Además, por supuesto, duele que subestiman de esa manera la inteligencia de la población. A quien le quepa el sayo…