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Expedito: Santo y Mártir Católico del que poco se sabe y se discute bastante

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19 de Abril el día en que se recuerda su muerte

San Expedito fue un militar del Imperio Romano y poseía el cargo de una legión. Vivió a principios del siglo IV.
Se cuenta que un día alcanzado por la gracia de Dios, resolvió cambiar su vida convirtiéndose al cristianismo.
En ese momento, se le apareció, con la forma de un cuervo, el espíritu del mal.
Este gritaba « cras…! cras…! cras…!, palabra que en latín, quiere decir
«mañana…mañana….mañana».
Posterga esta decisión para mañana! No te apresures!
¡Espera para convertirte!
Entonces, San Expedito, pisoteó al cuervo gritando ¡Hoy, nada de postergaciones!!
Por esta causa, San Expedito es un Santo que escucha y ayuda a resolver todos los casos urgentes, al momento, en especial, los casos que, si se demoran, traen un gran perjuicio para la persona que lo necesita.
San Expedito, no escucha para que lo veneren, lo hace para que nos acerquemos a Dios, sin dilaciones, y para ello nos da su ejemplo.
Cuando San Expedito se convirtió en cristiano, empezó a proteger a los desdichados mártires, que eran devorados por los leones, en el circo. Y por esa causa, lo arrestaron, e interrogaron.
No sabiéndose exactamente, cuando eso sucedió.
Aunque se sabe que el día que murió San Expedito, fue un 19 de Abril.
DEVOCIÓN
Su culto se ha difundido, especialmente en estos últimos tiempos.
Aunque se dice que la devoción por San Expedito comenzó en Sicilia, a mediados del siglo XVII.
Y se destacan las ciudades de Mesina y Arcireale.
En 1781 allí, lo declararon segundo patrono de la ciudad.
También patrono de comerciantes y navegantes…especialmente como protector para lograr inmediata solución a los problemas que requieren urgencia, cuando las personas pasan por aflicción severa y desesperación.
Junto a Santa Rita y San Judas Tadeo es considerado el patrón de las causas justas y urgentes.
SANTO Y MÁRTIR CATÓLICO
Aparece por primera vez en un martirologio italiano de 1781, en que fue proclamado patrono secundario del pueblo de Achiriali (Sicilia) y protector de comerciantes y navegantes. Expedito era conocido a fines de ese siglo en Alemania y Sicilia.
En 1894 tuvo un altar dedicado a él en la capilla de las Religiosas Mínimas con su estatua.
En 1897, el arzobispo de Santiago de Chile, Mariano Casanova, publicó el Triduo en honor de san Expedito.
San Expedito no figura en ninguna de las ediciones del Martirologio promulgado en 2001, que tiene la característica de ser exhaustivo es decir, que no se limita a incluir los santos y beatos que venera la Iglesia Católica, sino que los que no incluye es porque no están admitidos como tales. Por ese motivo, aunque la devoción popular al santo esté muy arraigada, no se le puede considerar santo de la Iglesia Católica.
El cuestionamiento a la historicidad de san Expedito es ya muy antiguo, y en realidad se había retirado del culto en 1969, pero puesto que muchos de los retirados en ese momento de hipercrítica documental luego volvieron a incluirse,  es conveniente fijarse más bien en la edición última, que no sólo es la vigente, sino más moderada en sus criterios históricos.
La edición castellana de 1964 del Butler lifes of saints (trad. W. Guinea, México, 1964), trae el 19 de abril un breve artículo explicando algunos aspectos de la historicidad (es decir, de la no historicidad) del santo, y por qué no puede considerarse válida la inclusión de su nombre entre los santos de Melitene
Esa noticia se basa a su vez en Delehaye.
Posiblemente, y dada la difusión y el hecho de que en muchas iglesias católicas sigue habiendo imágenes y se le sigue tributando culto público informal (no litúrgico), deba considerarse como el culto a San Carlomagno, es decir “tolerado, no admitido”.
Otra historia basada en la fe
Según la tradición católica, san Expedito era comandante de la Legión XII Fulminata; ello significa que era un tribuno militar, es decir un oficial militar dentro de la organización estatal del imperio, con mando sobre un cuerpo de tropas que le dependía directamente. La legión de san Expedito estaba desplegada en Armenia y alternaba su misión principal de luchar contra los pueblos que el Imperio romano consideraba bárbaros y custodiar los confines del imperio, con otras tareas que realizaban las tropas de ocupación romanas.
Cuenta la tradición que la legión XII venía luchando desde hacía tiempo bajo las órdenes de su comandante, y que se encontraba ya sin alimentos, agua, ni provisiones, en un territorio bajo control del enemigo. Fue así como tuvieron que dar batalla sin tener las energías para hacerlo. Expedito intentó levantar la moral de sus legionarios hablándoles, pero nada logró esta vez. Sin fuerzas, ni provisiones, ni alimentos y con el enemigo en las proximidades ya nada podía hacerse. Sin embargo, en ese momento, los soldados romanos que habían visto muchas veces como procedían los cristianos cuando debían enfrentar la muerte que ellos mismos les causaban, obraron de forma similar. Para sorpresa de su comandante, los soldados comenzaron a elevar sus brazos hacia el cielo, pidiendo ayuda a ese Dios único de los cristianos del que habían escuchado hablar y que sabían que realizaba milagros. Pero más sorprendidos resultaron sus enemigos, que jamás habían visto una legión completa realizando aquel gesto y rogándole a Dios en pleno campo de batalla. Mientras el enemigo atónito y sin entender lo que estaba sucediendo se detenía, todo el cielo se oscureció y descendió sobre el campo de batalla un tremendo vendaval de viento y agua que cubrió tanto a los combatientes como a sus animales de carga y de lucha. Fue en estas circunstancias que la legión entera logró recomponerse y aprovechando la situación pudo salir victoriosa de esa contienda.
Luego de la batalla, muchos soldados se convirtieron a la fe cristiana; sin embargo Expedito seguía sin comprender lo que ocurría, aunque su corazón sabía que Dios lo estaba llamando, y que se había acordado de él y de sus hombres en las críticas circunstancias descritas. Su puesto en el ejército no era compatible con la conversión al cristianismo, ya que esto significaba un abierto desafío a la autoridad del emperador. Al enterarse el emperador Diocleciano de estos hechos envió órdenes para que se pusiera fin de inmediato a lo que consideraba una revuelta militar. Aunque muchos de sus soldados y amigos se habían convertido, Expedito continuaba con dudas: no se decidía entre su carrera militar y el llamado que indudablemente estaba recibiendo desde los cielos. Finalmente, un día Expedito decidió cambiar de vida y convertirse. En ese momento, es cuando se le aparece el Espíritu del mal en forma de cuervo y le grita en latín «¡Cras, cras, cras!» (mañana, mañana, mañana’), con la intención de prolongar su indecisión y evitar su conversión. Pero Expedito reaccionó enérgicamente aplastando al cuervo con un pie, gritando: «¡Hodie, hodie, hodie!» (‘hoy, hoy, hoy’).
Es entonces cuando Expedito decidió ser cristiano. Luego de su conversión, comenzó a proteger a los cristianos que eran llevados a los circos romanos para ser devorados por leones. Pero el emperador no podía tolerar que un comandante de legión desafiara sus leyes y que se hubiera convertido al cristianismo. Por esta razón fue detenido e interrogado, junto con otros compañeros de armas que también se habían convertido a la fe. El 19 de abril del año 303, Expedito fue sacrificado por orden del emperador en Melitene, junto con Cajo, Gálatos, Hermógenes, Aristónico y Rufo. Se impuso la pena de flagelación, se le dio a los reos la oportunidad de arrepentirse y, posteriormente, como se rehusaron fueron decapitados. (Wikipedia)

San Expedito fue un militar del Imperio Romano y poseía el cargo de una legión. Vivió a principios del siglo IV.

Se cuenta que un día alcanzado por la gracia de Dios, resolvió cambiar su vida convirtiéndose al cristianismo.

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En ese momento, se le apareció, con la forma de un cuervo, el espíritu del mal.

Este gritaba « cras…! cras…! cras…!, palabra que en latín, quiere decir

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«mañana…mañana….mañana».

Posterga esta decisión para mañana! No te apresures!

¡Espera para convertirte!

Entonces, San Expedito, pisoteó al cuervo gritando ¡Hoy, nada de postergaciones!!

Por esta causa, San Expedito es un Santo que escucha y ayuda a resolver todos los casos urgentes, al momento, en especial, los casos que, si se demoran, traen un gran perjuicio para la persona que lo necesita.

San Expedito, no escucha para que lo veneren, lo hace para que nos acerquemos a Dios, sin dilaciones, y para ello nos da su ejemplo.

Cuando San Expedito se convirtió en cristiano, empezó a proteger a los desdichados mártires, que eran devorados por los leones, en el circo. Y por esa causa, lo arrestaron, e interrogaron.

No sabiéndose exactamente, cuando eso sucedió.

Aunque se sabe que el día que murió San Expedito, fue un 19 de Abril.

DEVOCIÓN

Su culto se ha difundido, especialmente en estos últimos tiempos.

Aunque se dice que la devoción por San Expedito comenzó en Sicilia, a mediados del siglo XVII.

Y se destacan las ciudades de Mesina y Arcireale.

En 1781 allí, lo declararon segundo patrono de la ciudad.

También patrono de comerciantes y navegantes…especialmente como protector para lograr inmediata solución a los problemas que requieren urgencia, cuando las personas pasan por aflicción severa y desesperación.

Junto a Santa Rita y San Judas Tadeo es considerado el patrón de las causas justas y urgentes.

SANTO Y MÁRTIR CATÓLICO

Aparece por primera vez en un martirologio italiano de 1781, en que fue proclamado patrono secundario del pueblo de Achiriali (Sicilia) y protector de comerciantes y navegantes. Expedito era conocido a fines de ese siglo en Alemania y Sicilia.

En 1894 tuvo un altar dedicado a él en la capilla de las Religiosas Mínimas con su estatua.

En 1897, el arzobispo de Santiago de Chile, Mariano Casanova, publicó el Triduo en honor de san Expedito.

San Expedito no figura en ninguna de las ediciones del Martirologio promulgado en 2001, que tiene la característica de serExpe2 exhaustivo es decir, que no se limita a incluir los santos y beatos que venera la Iglesia Católica, sino que los que no incluye es porque no están admitidos como tales. Por ese motivo, aunque la devoción popular al santo esté muy arraigada, no se le puede considerar santo de la Iglesia Católica.

El cuestionamiento a la historicidad de san Expedito es ya muy antiguo, y en realidad se había retirado del culto en 1969, pero puesto que muchos de los retirados en ese momento de hipercrítica documental luego volvieron a incluirse,  es conveniente fijarse más bien en la edición última, que no sólo es la vigente, sino más moderada en sus criterios históricos.

La edición castellana de 1964 del Butler lifes of saints (trad. W. Guinea, México, 1964), trae el 19 de abril un breve artículo explicando algunos aspectos de la historicidad (es decir, de la no historicidad) del santo, y por qué no puede considerarse válida la inclusión de su nombre entre los santos de Melitene

Esa noticia se basa a su vez en Delehaye.

Posiblemente, y dada la difusión y el hecho de que en muchas iglesias católicas sigue habiendo imágenes y se le sigue tributando culto público informal (no litúrgico), deba considerarse como el culto a San Carlomagno, es decir “tolerado, no admitido”.

Otra historia basada en la fe

Según la tradición católica, san Expedito era comandante de la Legión XII Fulminata; ello significa que era un tribuno militar, es decir un oficial militar dentro de la organización estatal del imperio, con mando sobre un cuerpo de tropas que le dependía directamente. La legión de san Expedito estaba desplegada en Armenia y alternaba su misión principal de luchar contra los pueblos que el Imperio romano consideraba bárbaros y custodiar los confines del imperio, con otras tareas que realizaban las tropas de ocupación romanas.

Cuenta la tradición que la legión XII venía luchando desde hacía tiempo bajo las órdenes de su comandante, y que se encontraba ya sin alimentos, agua, ni provisiones, en un territorio bajo control del enemigo. Fue así como tuvieron que dar batalla sin tener las energías para hacerlo. Expedito intentó levantar la moral de sus legionarios hablándoles, pero nada logró esta vez. Sin fuerzas, ni provisiones, ni alimentos y con el enemigo en las proximidades ya nada podía hacerse. Sin embargo, en ese momento, los soldados romanos que habían visto muchas veces como procedían los cristianos cuando debían enfrentar la muerte que ellos mismos les causaban, obraron de forma similar. Para sorpresa de su comandante, los soldados comenzaron a elevar sus brazos hacia el cielo, pidiendo ayuda a ese Dios único de los cristianos del que habían escuchado hablar y que sabían que realizaba milagros. Pero más sorprendidos resultaron sus enemigos, que jamás habían visto una legión completa realizando aquel gesto y rogándole a Dios en pleno campo de batalla. Mientras el enemigo atónito y sin entender lo que estaba sucediendo se detenía, todo el cielo se oscureció y descendió sobre el campo de batalla un tremendo vendaval de viento y agua que cubrió tanto a los combatientes como a sus animales de carga y de lucha. Fue en estas circunstancias que la legión entera logró recomponerse y aprovechando la situación pudo salir victoriosa de esa contienda.

Luego de la batalla, muchos soldados se convirtieron a la fe cristiana; sin embargo Expedito seguía sin comprender lo que ocurría, aunque su corazón sabía que Dios lo estaba llamando, y que se había acordado de él y de sus hombres en las críticas circunstancias descritas. Su puesto en el ejército no era compatible con la conversión al cristianismo, ya que esto significaba un abierto desafío a la autoridad del emperador. Al enterarse el emperador Diocleciano de estos hechos envió órdenes para que se pusiera fin de inmediato a lo que consideraba una revuelta militar. Aunque muchos de sus soldados y amigos se habían convertido, Expedito continuaba con dudas: no se decidía entre su carrera militar y el llamado que indudablemente estaba recibiendo desde los cielos. Finalmente, un día Expedito decidió cambiar de vida y convertirse. En ese momento, es cuando se le aparece el Espíritu del mal en forma de cuervo y le grita en latín «¡Cras, cras, cras!» (mañana, mañana, mañana’), con la intención de prolongar su indecisión y evitar su conversión. Pero Expedito reaccionó enérgicamente aplastando al cuervo con un pie, gritando: «¡Hodie, hodie, hodie!» (‘hoy, hoy, hoy’).

Es entonces cuando Expedito decidió ser cristiano. Luego de su conversión, comenzó a proteger a los cristianos que eran llevados a los circos romanos para ser devorados por leones. Pero el emperador no podía tolerar que un comandante de legión desafiara sus leyes y que se hubiera convertido al cristianismo. Por esta razón fue detenido e interrogado, junto con otros compañeros de armas que también se habían convertido a la fe. El 19 de abril del año 303, Expedito fue sacrificado por orden del emperador en Melitene, junto con Cajo, Gálatos, Hermógenes, Aristónico y Rufo. Se impuso la pena de flagelación, se le dio a los reos la oportunidad de arrepentirse y, posteriormente, como se rehusaron fueron decapitados. (Wikipedia)

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