El viernes a la noche en la Liga Salteña de Fútbol, la Asamblea Extraordinaria estaba pactada para la hora 20. Un único tema: adoptar posición sobre el balance Anual 2019-2020. El mismo que no fue aprobado en la Asamblea Anual Ordinaria del 5 de marzo del año 2021, desde el momento que algunos aspectos no surgirían claros para la mayoría y como consecuencia, las dudas. A raíz de ello, las correcciones pretendieron ganar espacios, y regularizar puntos inciertos.
Se contrató a un Contador Público y éste se pronunció, desde lo técnico a lo conceptual, marcando determinadas irregularidades o vacíos. Las calificaciones pueden ser múltiples.El viernes pasadi los representantes de clubes, acudían con esa misión: o aprobaban o se concluía en otro fin: el de remitir todos los antecedentes a la Justicia Penal.
LA POSTURA DE LA COMISIÓNAl
llegar a la Liga, los cronistas deportivos se toparon con una situación de hecho: la puerta cerrada y con llave, para imposibilitar el acceso. Los primeros 10 minutos de la asamblea sin observación de los medios de prensa. Al ingreso de estos (EL PUEBLO incluído), se leyó la nota de la Comisión Fiscal, en la que se plantea esclarecer lo que es parte de la confusión o caso contrario que se adopten otros caminos.En plena discusión, hubo quien propuso un Cuarto Intermedio de 15 minutos. Sin la prensa, claro está. Al retorno de los cronistas se suponía que se habían zanjado determinadas diferencias, generando una unificación de criterios. Nada más lejano.Hubo quien mocionó para avalar el Balance con correcciones-observaciones. Hubo quien propuso convocar a los exneutrales por parte de la Comisión Fiscal, para que estos formulen sus descargos. Esta postura fue la que prevaleció. Se fijó un plazo. Habrá que aguardar si los exneutrales comparecen ante los miembros de la Comisión Fiscal. No están obligados.EL PESO DE UNA TORTURAEs verdad que a esta altura de la historia, la sensación es que en la Liga NO SE SABE QUE HACER con el cuestionado Balance….¡ni para dónde agarrar! La prohibición de ingreso a los medios de prensa a determinados momentos de la Asamblea del viernes, pauta una cuestión de hecho: se pretende evitar pronunciamientos que sean públicos después y con ello, determinados riesgos. Cuando están en juego aspectos morales y éticos para el desarrollo de una función, el riesgo del efecto boomerang es cosa concreta y dos palabras son capaces de meter miedo: difamación e injuria. Algunos abogados-delegados saben de qué se trata por eso el actuar o responder con determinada puntillosidad.Concreto es que el Balance parece transformarse en una tortura que se cierne sobre la centenaria Liga, porque para colmo de males, al no votarse el Balance anterior, no se puede votar el del último ejercicio. En tanto, la uruguayez también se asocia al tiempo presente: tirar la pelota para adelante. Al fin de cuentas, una manera que no queme tanto.Aunque no deja de quemar. -ELEAZAR JOSÉ SILVA-
