El momento de escribir estas líneas estamos convencidos que el tiempo nos está dando la razón. Lamentablemente el creernos que Uruguay que se mantenía como país en la zona “verde” en relación a la pandemia con cifras francamente menores, nos hizo bajar la guardia, creer que nunca nos llegaría la virulencia que veíamos en otros lugares y nos equivocamos.
Hoy tenemos en el horizonte dos desafíos muy particulares. El primero de ellos y para nosotros el más preocupante, es el tema de las reuniones familiares tradicionales que mueven a casi todo el país en los últimos días del año.
Este es el primer desafío, porque reuniones familiares habrá. Desde el gobierno se apunta a que sean el menor número posible y con la menor presencialidad posible.
Esto equivale a nadar contra la corriente, desde que tenemos uso de razón hemos escuchado las voces que apuntan a las reuniones familiares, toda la publicidad, todo lo que se hace en este último mes del año para dominado por este motivo.
Proliferan las despedidas del año, las reuniones y hasta existen hábitos muy arraigados en estas ocasiones, como es el tradicional baño de agua y papel picado que suelen propiciar los oficinistas de ciudad vieja a todos los que por allí pasan el último día del año.
Pero no sólo esto, sino que inmediatamente después muchos uruguayos inician sus vacaciones de verano y las playas uruguayas se atestan de visitantes. Los uruguayos no somos europeos y por lo tanto pensar en cierta conducta similar a la de los europeos, con playas debidamente demarcada y sobre todo con el respeto que se demuestra por estos lares a los “protocolos” establecidos en estas ocasiones.
Se nos ha explicado hasta el cansancio que la pandemia, lejos de estar dominada está avanzando en el país. Que salvo en ocasiones que sea imprescindible es preferible permanecer en casa y no reunirse.
Se ha exhortado a cuidarnos, a usar “tapabocas”, lavarnos las manos, mantener la “distancia social” entre otras medidas, pero no nos equivoquemos si se reiteran las exhortaciones, si se recuerdan permanentemente, es porque hay sectores de la población al menos que no ha tomado en cuenta la verdadera gravedad del virus que se enfrenta, a punto tal que ahora existen casos entre los jóvenes, sin patologías anteriores.
Uruguay se ha jugado una parada muy grande al decidir enfrentar la pandemia con el país en funcionamiento y es hora que así lo entendamos y colaboremos para dar sustancia a la situación que ha sostenido y que directa o indirectamente nos ha dado el respeto y reconocimiento del mundo entero. A.R.D.

Es hora de concientizarnos
Enlace para compartir: https://elpueblodigital.uy/ygfv







