Las encuestas que se conocen hoy “miden” el nivel educativo del país, por el índice de repetición. No pretendemos tener claro cuál es la fórmula más eficaz para conocer el nivel educativo del país, porque en el mejor de los casos el índice de este nivel sólo indicará cómo estamos en relación a otros países que consideramos mejor o más desarrollados.
De allí nuestro cuestionamiento a las pruebas PISA, que como se ha indicado mide la utilidad de los conocimientos recibidos. Esto es para nosotros y así lo calificamos como intentar tomar sopa con el tenedor.
En nuestro caso entendemos que el nivel educativo de un país no se puede agotar en el estudio de los resultados, sino que lo más importante para nosotros es conocer las causas que inciden para tener estos resultados.
Para nosotros en primer lugar inciden las condiciones sociales. No se puede pretender que un niño, o un adolscente, se concentre en los aspectos educativos si no se ha alimentado debidamente.
Tampoco si sabe que su familia, padre, madre, hermanos, están pasando hambre, frío o no tienen las condiciones mínimas de vivienda para una vida digna.
Si realmente se pretendiera mejorar el nivel educativo la posición debiera ser otra, por encima de los resultados y de pretender achacar a tal o cual política aplicada anteriormente, se debiera preocupa por estudiar el tema a fondo y encarar las verdaderas causas y no sólo las consecuencias.
Ma errado aún es considerar al educando independientemente del contexto familiar.
Nadie puede dudar que la educación es el botín más preciado para cualquier partido político desde el momento que se trata de los futuros votantes. Lamentablemente lo que vemos no nos convence de que se esté por el camino correcto.
Lo que mucho nos tememos es que se trate de dar a los estudiantes elementos para profundizar en cualquier tema, pero profundizando ante que nada la ideología partidaria, más que la educación general.
Si continuamos haciendo hincapié en los resultados y no en las causas, será difícil lograr un cambio en la situación. Siempre hemos sostenido que el único camino para lograr una mejoría en el nivel educativo del país, es trabajar en una política de Estado y no en una política cortoplacista, que se cambia cada cinco años.
En tanto sigamos buscando atribuir a los antecesores el fracaso del nivel educativo del país, sin hacer centro precisamente en los educandos, seguiremos intentando tomar sopa con el tenedor…
A..R.D.
