Un estadio que evoluciona y otro que padece
Las obras contemplaron el retiro de la cancha vieja, nivelado de la base, colocación de drenajes y sistema de riego. Posteriormente se realizó la siembra con un césped deportivo de alta calidad, similar al existente en el estadio Centenario, Gran Parque Central y Campeón del Siglo. Se adquirieron y colocaron arcos removibles de aluminio de origen español y de nivel internacional. El equipo de iluminación fue cambiado en su totalidad por cuatro torres galvanizadas, reticuladas, más altas que las anteriores, a las que se les instaló un sistema de luces con reflectores led, doce por torre, que brindan iluminación de excelente calidad, tanto en la pista como en el campo de juego. La intendencia detrás de todo ese operativo.
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Solo a manera de introducción, para recalar en las notables mejoras introducidas en el estadio «Octavio Silvestre Landoni» de Durazno, donde Salto jugará en Sub 17 ante la selección local. Lo que alcanzan por aquellos pagos en materia de fines y las limitantes en nuestro medio, en relación al Parque Ernesto Dickinson. No solo al fin de cuentas, la elaboración de un proyecto, sino el cómo se financia. ¿Convenio u otra vía directa?
En Durazno, la vía directa no resultó ser menos que la Intendencia Municipal. El estadio es propiedad de la comuna. El Dickinson es propiedad de la Liga.
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LA BASE DEL DINERO QUE TODO LO PUEDE
En el «Landoni» además, se concretó la renovación de la tribuna «Antonio Alzamendí», con gradas prefabricadas, la que se elevó para que desde la primera fila se tenga una buena visión del campo de juego. A futuro el estadio cambiará de color y predominará el rojo y esta tribuna es el primer mojón de esa transformación. La antigua platea de la tribuna principal «José Guillermo Vera» dio paso a una área técnica donde se colocará césped sintético, las dos cabinas de los bancos de suplentes y una tercera destinada al cuarto árbitro, siguiendo los lineamientos del reglamento FIFA.
Se ha hecho una fuerte apuesta a la inclusión, generando espacios de accesibilidad para sillas de ruedas en la tribuna principal y una gran explanada en la tribuna Alzamendi. Frente a los objetivos contemplados en Durazno, solo queda apelar a la desolada comprobación: qué lejos estamos por aquí. Donde el no se puede, campea, monopoliza y decide tiempos.