El Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), encabezado por el ministro Alfredo Fratti, anunció que declarará la Emergencia Granjera en el departamento de Salto. La medida se toma tras las heladas extremas registradas los días 1 y 2 de julio, cuando los termómetros descendieron hasta los −9 °C y provocaron graves pérdidas en la citricultura local.
Más de 120 productores afectados
Según los datos relevados, más de 120 productores citrícolas se vieron directamente afectados. Los daños abarcan principalmente a pequeños y medianos emprendimientos que hoy enfrentan una temporada sin fruta para cosechar. La pérdida golpea a las quintas y a la cadena laboral: trabajadores de la zafra y del packing ven comprometidos sus ingresos por falta de materia prima.
Registro y sistematización de datos
El MGAP, junto con la Dirección General de la Granja, avanza en la sistematización de datos meteorológicos y productivos para dimensionar con precisión el alcance de los daños. Para ello se abrió un registro de productores afectados, que expiró el 19 de septiembre, donde cada damnificado declaró sus pérdidas. Este relevamiento permitirá construir un listado oficial que será la base para la resolución ministerial y la posterior asistencia.
Fondos para la recuperación
La declaratoria habilitará la utilización de recursos del Fondo de la Granja, previstos en el decreto de Emergencia Granjera. En una primera etapa se destinará un monto de un millón de dólares, dirigido especialmente a pequeños y medianos productores. Se otorgarán subsidios que amortigüen el impacto de esta contingencia climática, aunque en el sector advierten que los daños superan con creces esa cifra inicial.
Impacto social y económico
La citricultura es uno de los motores productivos de Salto, con fuerte incidencia en la economía departamental y en el empleo rural. La pérdida de cosecha repercute en toda la cadena: desde los productores hasta los trabajadores de cosecha, transporte y empaque. Por eso, además de la ayuda económica, se estudian mecanismos para sostener el empleo en un año que será particularmente difícil para el sector.
Un antecedente de resiliencia
No es la primera vez que la citricultura salteña enfrenta desafíos climáticos. En el pasado, granizadas y sequías también pusieron a prueba la resistencia del sector. Sin embargo, la magnitud de las heladas de julio vuelve a abrir el debate sobre la necesidad de políticas sostenidas de apoyo, diversificación y protección climática para la producción granjera.
Además de la institucionalización de los productores citrícolas familiares, para hacerlos visibles e incluirlos en el diseño de políticas de estado.









