El pasado sábado 16 falleció la prof. Elsa Diez, docente de música y directora coral de fecunda trayectoria. De una más extensa crónica que nos enviara el escritor Víctor Silveira, extraemos los siguientes pasajes:

“Finalizaba la década de los años 80… Recuerdo que la Prof. Beatriz Siffredo de Peralta, (integrante del Coro Recuerdos, creado y dirigido por Elsa Diez Gaudín desde la década anterior), me dijera: “Faltan voces masculinas -tales sus palabras- y tal vez puedas o quieras integrarte, Víctor”. Le presté atención, pero pensé que mi voz no tenía gran sonoridad o timbre. Con serias dudas, permanecí en silencio, pero cuando me dijo que además del “Himno a la Alegría” de Beethoven, y la zarzuela “La del Soto del Parral” de Soutullo y Vert, junto a otros clásicos, estaban ensayando “Qué tango hay que cantar” de Cacho Castaña, “Caminito” de Juan de Dios Filiberto, “A media luz”, y otros, lo repensé. “Usted tiene una voz modulada, aunque el timbre de voz sea bajo, y sería muy bienvenido como nuevo integrante del Coro Recuerdos”. Así me dijo al día siguiente -fui rápido a la entrevista- la Prof. Elsa (“Chola”) Diez Gaudín. Corría el año 1989 y los ensayos tenían lugar en el salón de actos de AJUPENSAL, cuyo presidente era Gilberto Porcaro. Y quedó fijo en mi memoria lo que ese martes 16 de abril ensayaríamos: “El Relicario” de José Padilla, “La flor de la canela” de Chabuca Granda, el “Himno a la Alegría” de la 9ª. Sinfonía de Beethoven, “Desde el Alma” de Rosita Melo. Y un tango: “Volver” de Gardel y Le Pera. El tango de Cacho Castaña, vendría en los ensayos sucesivos…
Obviamente y con muy buen criterio Elsa Diez incluía en los repertorios de su coro, tanto la música clásica de grandes compositores, como de la música popular: ya fuesen valses, serenatas, canción ranchera, tango y folklore uruguayo, argentino, latinoamericano… al que inconfundiblemente los aplausos del público daban total aprobación. El acompañamiento musical estaba a cargo de la Prof. Elsa Bertullo de Trolio, acentuando con realce artístico toda pieza musical de dichos géneros, tanto como a los clásicos (…)
Anécdota I: El día 23 de enero de 1990 yo cumplía años. En el pergamino firmado por todos los integrantes del coro pusieron estas palabras: “A VÍCTOR. Donde oigas cantar detente con tranquilidad: los hombres malos no tienen canciones”.
Anécdota II: Muchos años después, exactamente el día 8 de diciembre del año 2006, yo presentaba en el Ateneo mi librito de poemas “Rapsodia en dos tiempos”, y Lilian Caligari presentaba el suyo conjuntamente, “Mujeres de Varietés”. Por otra extraña casualidad, pocos días antes la encontré en calle Uruguay, frente al actual BPS, a la querida y recordada Elsa. Le conté que andaba en lo de la presentación de un nuevo poemario. Y le pregunté si acaso ella querría participar con el Coro Recuerdos (…) Contestó que sí, amable, gentil, y admirable como siempre. Pero me invitaba a que esa noche en el Ateneo, yo me integrase a cantar con “Recuerdos”. Por supuesto, dije que sí, y la noche en cuestión me arrimó allí en el Ateneo la letra de las cuatro canciones que cerrarían el acto y la noche: “Manojito de claveles”, “Moliendo Café”, “A media Luz” y “La perla del río”. Esta última, como no podía ser de otro modo, habla de la ciudad de Salto, nuestra tierra, los azahares y el río Uruguay…
Hasta siempre a la profesora ELSA DIEZ GAUDIN, hasta siempre inolvidable Directora. Cómo no recordar hoy, y siempre, al CORO RECUERDOS…