Una de las reglas más conocidas del mercado es que quien compra mejor puede vender mejor o sea más barato, y comprar mejor significa comprar “al por mayor”, o sea en grandes cantidades o mediante acuerdos favorables.
Es exactamente la realidad que puede notarse en el MERCOSUR, Uruguay y Paraguay mismo sólo pueden ofrecer un volumen de producción que es pequeño, comparado con los grandes volúmenes que son capaces de ofrecer Brasil y Argentina, de las mismas materias primas que ofrece Uruguay.
Es obvio entonces que no haya interés comercial en darle vida, por parte de estos grandes países al mercado regional que obliga a satisfacer las condiciones conjuntas del MERCOSUR para tener condiciones favorables de negociación.
Porque estas condiciones establecidas para la negociación conjunta, impiden los TLC. Es lógico que tanto Brasil como Argentina, que tienen otros mercados y pueden ofrecer precios más competitivos, no estén interesados en darles las mismas posibilidades a los países pequeños.
Es lógico entonces que los compradores se inclinen por los países más grandes y salvo quienes están obligados a comprar por escasez de la mercadería o por no disponer de dinero para grandes compras, los demás opten por la oferta de estos grandes países.
En estos días se ha replanteado la discusión si Uruguay debe seguir o nó, adelante con el TLC con China, el más grande mercado consumidor del mundo, así no sea el de mejor capacidad de compra de nuestros días, debido a que existen nichos de compra en otros países, capaces de pagar la calidad, más allá de la cantidad, pero son escasos.
China permanece agazapado en el caso de la agresión rusa a Ucrania, provocando el malestar de los EE.UU. y el mundo occidental todo (no es de ignorar la situación que mantiene China con Taiwan, a la que considera parte de su territorio). Se habla incluso de una advertencia de los EE.UU. hacia el gigante asiático. Ahora bien nos preguntamos si se prohíbe comprarle a China (como se hizo con Rusia) se mantendrá el interés uruguayo en el TLC con China.
No ignoramos así lo hemos explicado, que un TLC supone ventajas y desventajas, beneficios y perjuicios, como en todas las ocasiones en que alguien más chico, se apresta a negociar con alguien mucho más poderoso, pero al menos es cierto que puede competirse libremente y prever las desventajas para atemperarlas.
Que quede claro. Si un bloque funciona como es debido seremos siempre afectos a él. Si no funciona y se trata de un “corset” para alguien preferimos liberarnos, aunque nos gustaría saber que harían los que sostienen que en economía debe negociarse con todo el mundo.
A.R.D.
El TLC con China ¿seguirá en pie?
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