Seis Presidentes en 40 años
Mañana, 25 de noviembre, Uruguay cumple 40 años ininterrumpidos de Democracia. Desde 1985, con la primera presidencia de Julio María Sanguinettique marcó el fin de la dictadura militar (1973-1985), los tres grandes partidos uruguayos se han alternado en el gobierno. Tres veces el Partido Colorado(Sanguinetti 1985-1990 y 1995-2000, y Jorge Batlle 2000-2005), dos veces el Partido Nacional (Luis Alberto Lacalle Herrera 1990-1995 y Luis Lacalle Pou 2020-2025) y tres veces el Frente Amplio (Tabaré Vázquez 2005-2010 y 2015-2020, y José Mujica 2010-2015).
Seis presidentes en 40 años, el período de Democracia ininterrumpida más largo de la historia del Uruguay. Esta alternancia en el poder es un reflejo de los cambios registrados en Uruguay en todos estos años. Cambios políticos, sociales y económicos, algunos para bien, otros no tanto, todos según con el cristal que se mire.
Para llegar hasta aquí fueron necesarios pactos que habilitaran las elecciones de 1984; leyes que buscaron cerrar heridas que no han dejado de sangrar; acuerdos entre partidos para dar gobernabilidad y la continuidad de algunas políticas claves independientemente del color político del gobierno de turno.
El período que se abrió el pasado 1º de marzo de 2020, tuvo el Parlamento más fragmentado desde la recuperación de la democracia en 1985: siete partidos en la Cámara de Representantes, y mantuvo cuatro en el Senado. Luego de tres período de gobierno, el Frente Amplio volvió a ser oposición y una coalición de cinco partidos asumió los destinos del país. Hoy, día de elecciones, nuevamente se enfrentan en las urnas ambas coaliciones, la de izquierda (Frente Amplio) y la Coalición Republicana, de donde saldrá ungido por las urnas el séptimo Presidente de la República, dando continuidad, de esa manera, a esta admirada y peculiar idiosincrasia de este pequeño país latinoamericano.
1985

El 25 de noviembre de 1984 se realizan las primeras elecciones tras el golpe de Estado de 1973. El fin de la dictadura fue el resultado del Pacto del Club Naval de agosto, del que participaron los militares, el Partido Colorado, el Frente Amplio y la Unión Cívica. Dos protagonistas claves quedaron afuera de la contienda electoral: Wilson Ferreira Aldunate (preso desde su regreso del exilio en junio) y Líber Seregni (liberado en marzo, pero proscrito). Gana el Partido Colorado con la fórmula Julio María Sanguinetti-Enrique Tarigo. Ferreira es liberado y se compromete a apoyar la “gobernabilidad”. En febrero de 1985 renuncia el dictador Gregorio Álvarez y el 1° de marzo asume Sanguinetti. Se aprueban las leyes de amnistía, de restitución de los funcionarios públicos y de Caducidad. En el mundo comenzaban a gestarse profundos cambios políticos. En la URSS, Mijail Gorbachov inicia su “Perestroika”.
1990

Afirmación de la democracia y triunfo del Partido Nacional. La prioridad de Sanguinetti en su primer período fue asegurar la transición democrática. Y lo logra. En abril de 1989 un referéndum confirma la ley de Caducidad y las elecciones del 26 de noviembre, que le dieron el triunfo a la fórmula Luis Alberto Lacalle-Gonzalo Aguirre del Partido Nacional, fueron las primeras sin políticos y partidos proscritos. El Frente Amplio supera una gran crisis -el PGP de Hugo Batalla y el PDC se fueron por el ingreso de los tupamaros- y gana por primera vez la Intendencia de Montevideo. Surge la figura de Tabaré Vázquez. En el mundo y la región seguían produciéndose grandes cambios: cae el muro de Berlín, Carlos Menen es presidente en Argentina y llega a su fin la dictadura de Alfredo Stroessner en Paraguay. Lacalle asume el 1° de marzo de 1990. La situación económica no estaba para bollos: déficit fiscal de 6,3% del PBI y la inflación en 129%, récord histórico.
1995

Gobierno de coalición en un país dividido en tercios. De las elecciones de noviembre de 1994 surge un país políticamente dividido en tercios. Gana el Partido Colorado con la fórmula Sanguinetti-Batalla, pero por un escaso margen sobre el Partido Nacional y el Frente Amplio (entonces Encuentro Progresista). Vázquez se presenta por primera vez como candidato presidencial y su figura comienza a consolidarse como líder de la izquierda, lo que confirmaría poco después con el alejamiento de Líber Seregni. El histórico líder frenteamplista se sintió desautorizado por su propio partido cuando acordó la reforma constitucional. El Frente Amplio mantiene el gobierno en Montevideo. Sanguinetti asume su segunda presidencia el 1° de marzo de 1995, y acuerda con el Partido Nacional una coalición de gobierno. Tres reformas marcaron la segunda presidencia de Sanguinetti: la educativa, la de la seguridad social y la electoral.
2000

La crisis golpea y Jorge Batlle aguanta el chaparrón. Las primeras señales de la crisis que golpearía al país en 2002 encontró a los uruguayos en plena campaña electoral. En enero de 1999 la devaluación en Brasil había encendido la alarma. Ese año se estrenó el nuevo sistema electoral, aprobado en la reforma constitucional de 1996 que estableció internas, candidaturas únicas por partido, balotaje y separación de las nacionales de las departamentales. Ganó el Partido Colorado, con la fórmula Jorge Batlle-Luis Hierro, en segundo vuelta a la dupla del Frente Amplio, Vázquez-Nin Novoa. Batlle asume el 1° de marzo de 2000 y a poco de andar su plan se vio alterado por el terrible impacto de la crisis argentina, la aftosa y…. Mantuvo el barco a flote y terminó el gobierno con la economía en recuperación. Sin embargo, nada evitó que el Partido Colorado y su socio, el Partido Nacional, pagaran el costo político. En 2004 los colorados tuvieron el peor resultado electoral de su historia, quedando como la tercera fuerza.
2005

El Frente Amplio llega al gobierno a caballo de la crisis. La crisis de 2002 dejó huellas muy profundas en la sociedad uruguaya, y blancos y colorados lo sintieron en las elecciones de octubre de 2004. Ese año la economía estaba en recuperación (crecimiento de 5% del PBI) y se había concretado el canje voluntario de la deuda, evitando el temido default. Vázquez, por tercera vez candidato presidencial del Frente Amplio, ganó casi sin despeinarse, en primera vuelta y con mayorías parlamentarias. Puso un fuerte énfasis en las políticas sociales para atender a los sectores más golpeados por la crisis, y cuando fue necesario hizo valer su posición sobre la de la bancada frenteamplista, por ejemplo, con el veto a la ley del aborto. El “viento progresista” y las “afinidades ideológicas” entre gobiernos de la región no impidió el conflicto con Argentina por la planta de Botnia (hoy UPM). Tampoco le dejaron a Vázquez firmar un TLC con Estados Unidos. El tren pasó.
2010

Mujica presidente y una lista de temas que quedan pendientes. Si el triunfo de Vázquez en 2004 fue un hito para el FA, el de José Mujica en 2009 no fue menos. ¿Quién se imaginaba a un tupamaro presidente en 1985? Mujica ganó en segunda vuelta ante la fórmula del Partido Nacional Lacalle-Jorge Larrañaga. Llegó al gobierno con una larga lista de ideas, y se retira con una lista casi igual sin concretar. La “agenda social” de su período (marihuana, aborto, matrimonio igualitario), su estilo de vida (que llevó a que lo llamaran “el presidente más pobre del mundo”) y su discurso le dieron fama internacional. Bajo su gestión la economía siguió creciendo (el equipo de Danilo Astori debería llevarse la cucarda), pero dejó pendiente prácticamente intactos los problemas que más preocupaban entonces a los uruguayos (seguridad y educación). “No me voy, estoy llegando”, dijo Mujica al dejar el gobierno y devolverle la banda presidencial a Tabaré Vázquez.
2015

El fin de un ciclo frenteamplista con Tabaré Vázquez. El Frente Amplio había llegado a sus dos primeros gobiernos con mayorías en el Parlamento, y no esperaba menos para el tercero. Hasta último momento estuvo en duda, aunque Vázquez siempre decía que lo lograría. Sí necesitó un balotaje, a diferencia de 2004 cuando ganó cómodamente en primera vuelta. Vázquez asumió el 1º de marzo de 2015 su segunda presidencia en el tercer gobierno consecutivo del FA. Pero como las segundas vueltas no siempre son tan buenas como la primera, su gestión se vio salpicada por denuncias de irregularidades durante el gobierno de Mujica, que entre otras cosas provocó la renuncia del vicepresidente Raúl Sendic. En lo económico, ya no disfrutó del “viento de cola” que tuvo su primer gobierno, y la seguridad pública fue su gran talón de Aquiles. Factores estos, más el desgaste de un partido en el poder, que llevaron a la derrota ante la coalición multicolor que hoy se inaugura en el gobierno.
2020

Desafío de coalición. Tras asumir el gobierno, a trece días, la pandemia azotó el país y con ella las consecuencias económicas y sociales. También, una crisis hídrica, la guerra de Ucrania, el proteccionismo regional e internacional y una fuerte oposición política y sindical, pautaron una experiencia que, si bien no inauguraba un gobierno de coalición, si una manera de cogobernar sui generis, constituyendo un nuevo bipartidismo.
Dicha dinámica se presentó nuevamente en las actuales elecciones, procurando renovar un segundo mandato pero, sin las mayorías parlamentarias necesarias, ya que el pasado 27 de octubre, la ciudadanía dispuso que el Senado estuviera bajo control de la coalición de izquierda y Diputados, dominada por la coalición gobernante.

r. Julio María Sanguinetti – Pte. de la República (1985-1990 / 1995-2000)
“Lo fundamental es que Uruguay no pierda su esencia: la tolerancia y, con ella, la libertad”.
El 25 de noviembre de 1985, tras 11 años de la peor dictadura vivida en Uruguay, la formula colorada Sanguinetti-Tarigo, obtenía la victoria electoral, retornándose así, a la más tradicional de las costumbres uruguayas: elegir a los gobernantes por medio de las urnas.
Desde esa fecha hasta la actualidad, siete Presidentes han sido electos de forma ininterrumpida, alternándose en el poder los mayores partidos politicos del país, teniendo las minorías, representación parlamentaria, por lo que todas las tendencias políticas han sido respetadas a través de la voluntad popular.
En todos estos años, la figura del Dr. Sanguinetti ha gravitado sobre la escena política nacional, siendo uno de los mayores referentes, también, a nivel regional e internacional.
Admirado por muchos; no tanto por otros; es, sin lugar a dudas, uno de los principales artifices del retorno a esta nueva democracia de la cual las nuevas generaciones disfrutamos, habiendo liderado el Cambio en Paz, proceso que se constituyó en los cimientos del actual sistema, tan respetado y reconocido en el mundo.
EL POLÍTICO Y EL HOMBRE
Para el politico fue la culminación de un largo proceso; de oposición a la dictadura y de trabajo en la búsqueda de una solución para la salida. Plebiscito del 80, fundamental, trabajo si se quiere clandestino, a la sombra, etc; elecciones internas del 82, muy importante, con la fundación de los semanarios de por medio, con la politización progresiva del país; el emérito Pacto del Club Naval de agosto del 84, en el cual, finalmente logramos que se le pusiera fecha, fin y hora a la dictadura y, luego, la llegada. Quiere decir que, para el politico, fue la culminación de un largo proceso y un profundo debate interno de estratégias, donde Wilson Ferreira tenía otra estrategia, a nuestro entender equivocada; nosotros coincidimos con el Gral. Seregni y con el Dr. Chiarino en otra, en la de la negociación. Pero fue todo un proceso complejísimo y difícil en la opinion pública y en cada partido. Fue la finalización de un proyecto de salida en paz muy difícil, logrado, por lo menos, en un lapso de 4 años.
Luego, sí, está lo humano. La emoción del peso de la responsabilidad que -acá sí viene un gran detalle-, es cuando yo hablaba de la democracia, la libertad, en el Palacio Legislativo en la asunción, cada tanto me venía un cosquilleo estomocal, ese que se nos producía en los exámenes cuando el profesor nos hacía la pregunta difícil, a causa de una gran preocupación de ese momento, que era la crisis bancaria.
Esa era mi mayor preocupación ese 1° de marzo de 1985. ¿Por qué? Y bueno, porque sabía que teníamos el 60% de la banca fundida, y si se venía una corrida bancaria se iba a despatarrar todo, y teníamos que al otro día, el 2 de marzo, saber cómo íbamos a administrar ese lío y sacarlo hacia el costado sin mayores inconvenientes. Fíjese cuál era mi preocupación número uno el día de la asunción, que ya venía desde el día de la elección. Así que, si bien disfruté algunas cosas del momento, también sufrí otras, porque la procesion iba por dentro. Ese día la preocupación no eran ni los Tupamaros, ni los Generales; ese día eran los bancos. Se hacía realidad aquello que le dijo el asesor de campaña a Clinton: “es la Economía, estúpido”. Porque si se hubiese desparramado ese aspecto, no había salida en paz que valiera.
Estaba todo muy atado con piolines, había que ver lo que era la Argentina. Ya no estábamos en los años 60, la gente miraba por television todo lo que pasaba allí: los reventones guerrilleros en Campo de Mayo, lo de Semana Santa. Por lo tanto, a nosotros no nos quedaba otra que ir de a poco construyendo un cambio en paz, si no, explotaba todo, también. El día después, y la obsesión de entregar en cinco años el gobierno a otro Presidente electo, gravitó en todo ese tiempo.
NUNCA PENSAMOS EN SER PRESIDENTE
Nunca pensamos en ser Presidente. Jamás. Nunca tuvimos esa obsesión. Las circunstancias fueron dándose y asumimos la responsabilidad. Siempre tuvimos la inspiración de Don Luis Batlle en el entendido que, teníamos que asumir las responsabilidades que el país nos iba poniendo en el camino. Y, siguiendo a Ortega y Gasset, podemos decir que, cuidamos de nuestra circunstancia, asumiendo esa responsabilidad de la hora, con la ética de la responsabilidad de la que siempre el Partido Colorado fue ejecutor, y el Batllismo, sin lugar a dudas.
MOMENTOS DE DIFICULTADES Y SATISFACCIONES
Yo diría, que tuvimos momentos de dificultades grandes; pero no de decepciones, porque hubo un gran acompañamiento de la ciudadanía. Primero, que la ciudadanía haya acompañado claramente el Pacto del Club Naval, fue fundamental, porque los partidos pactistas éramos el 70% de los votos, o sea que eso, ratificó la idea. Luego, lo mismo, la elección nuestra, que habíamos llegado a ella con el Cambio en Paz. Después, con la propia Ley de Caducidad, que si bien no era un proyecto nuestro, lo aceptamos, una admistía a los militares, algo tan difícil y, sin embargo, se votó en el año electoral, y fue algo, también, favorable, y no es que la gente tuviera ninguna complaciencia con la dictadura, sino, porque la gente valorizaba realmente lo que era la paz, el cambio en paz, lo que era el funcionamiento institucional que a esa altura ya se había acostumbrado nuevamente, cuando en el año 1989 se vota.
Es decir que, no diría que tuviera esas particulares frustraciones. Tuve, sí, además, muchas satisfacciones como el poder montar el Plan CAIF, cuyo primer centro lo tuvimos ahí en Salto en el barrio Don Atilio; siendo el primer programa real y efectivo de enfrentamiento a la pobreza infantil. También, el lanzamiento de dos programas que hoy son realidades contundentes como el de la forestación en 1987, del que muchos se reían, como algún periodista que burlonamente me preguntó si nuestros nietos iban a a ver los árboles, y le contesté que no se preocupara que él también los vería, bueno… Hoy tenemos importantes plantas de celulosa. La otra gran idea que se puso en marcha fue la Zona Franca, lo que también cambió la realidad del país. Entonces, tuvimos muchas posibilidades; aunque siempre aparecen aquellas frustraciones, pero, es que uno no siempre puede hacer todo lo que quiere, sino que hace lo que puede. Siempre habrán cosas más allá, como en la parte de educación y la sanitaria, donde siempre surgen necesidades nuevas que atender. Pero repito, no recuerdo momentos particularmente negativos; sí, momentos de tensión, obviamente. Porque, si el referéndum, por ejemplo, de la Ley de Caducidad salía negativo, era un lío. Si no hubiésemos podido arreglar la crisis bancaria de la forma que pudimos, con el tano Pascale como presidente del Banco Central, gambeteando de aquí y de allá, el Banco Galicia de Argentina nos llevaba puesto. La famosa deuda externa, en plena época de mi amigo el Presidente del Perú, Alán García, que llamaba a no paragarla, y así terminó, pobre; teniendo aquí todas las paredes pintadas por el Frente Amplio, con que teníamos que romper con el Fondo Monetario Internacional y no cumplir, en fin. De esa cosas, de esas tensiones sí, tuvimos y muchas.
RENOVACIÓN GENERACIONAL Y LA TAREA DE DEFENDER LA DEMOCRACIA
Es el período más largo de estabilidad institucional. 40 años ininterrumpidos de democracia. Ahora, yo creo que, ha habido una renovación generacional que ya se venía produciendo. Fíjese que hay claramente un nuevo liderazgo en el Partido Nacional que es el de Lacalle Pou; en el Partido Colorado apareció el de Andrés Ojeda, que después se verá o no si se consolidará, pero arranca con fuerza y ganas. En el Frente Amplio son más raros, porque, por lo general no se ven figuras de las características del Dr. Vázquez, o del Cr. Danilo Astori, y menos de Mujica que es un fenómeno fuera de serie, pero tiene sus nuevas figuras emergentes.
Ellas, cada una desde su ideas, sus partidos, deben continuar por ese camino de lealtad institucional, respetando, garantizando y siendo defensores del Estado de Derecho. Así se protege esta democracia que, es la mayor y mejor herramienta para mantener la libertad, sin la cual, todos los demás anhelos del hombres, son imposibles. Porque libertad económica sin libertad política, es inviable, ya lo vimos aquí y en la region; pero, al mismo tiempo, libertad política sin la económica, genera muchas desigualdades que culminan en los totalitarismos que vemos en la región como Venezuela, Nicaragua o Cuba.
LA ESENCIA DEL URUGUAY
El Uruguay ya se ha actualizado a los nuevos tiempos, preservando sus esencias. Lo importante es que el Uruguay siga siendo el Uruguay, que se construye desde el pensamiento artiguista, en el sentido de libertad y convivencia de nuestro gran caudillo Fructuoso Rivera, tan vilipendiado por la ignorancia y la mala fe, como lo decía el historiador blanco Lincoln Maiztegui, y configurado por Batlle y Ordóñez en ese sentir social, ese estado batllista que ahora todos quieren preservar. Antes, algunos tomaron las armas para tirar abajo el estado batllista por burgués; ahora, todos están de acuerdo, en fin.
Creo que lo importante es que el Uruguay siga siendo este país tolerante, conviviente, este país de estabilidad democrática, este país respetuoso que se distingue con el valor de sus instituciones. Eso es lo importante, que sigamos siendo el país de José Pedro Varela, de José Batlle y Ordóñez y de José Enrique Rodó. Ese es el verdadero Uruguay.
Esa es la esencia, atada a los cambios de los tiempos que vaya uno a saber cómo van a ser; pero, que no deberían cambiarla. Por ejemplo, Don Luis Batlle no se adaptó a la máquina de escribir y seguía escribiendo a lápiz de forma manuscrita, sin embargo nosotros éramos campeones que escribíamos 80 palabras por minutos; después vino la computadora y bueno, empezamos a correr de atrás, y así seguirá el mundo creciendo, por suerte; pero, lo fundamental es no perder la esencia de la tolerancia y con ella la libertad.

Mtro. Ramón Fonticiella –Intendente de Salto (2005-210) y dirigente del Partido Demócrata Cristiano (FA).
CUARENTA AÑOS DESPUÉS…
Mañana hará cuarenta años de la vuelta a la democracia en Uruguay. Atrás quedaron más de doce años de opresión, de los cuales una docena fueron de dictadura. Son conceptos sencillos para quien no sintió en su cuerpo y espíritu el tiempo de persecución y sufrimiento: para quienes no habían nacido o no tenían uso de razón; o para los que cruzaban a lavereda de enfrente cuando se les aproximaba un “ciudadano clase C”. “Me tocó vivirlo y sufrirlo, por eso loexpreso con tanta crudeza. Aún antes del golpe formal de disolver el parlamento, había en Uruguay ciudadanos perseguidos por sus ideas; aunque no tuvieran ni una honda como arma y nunca hubieran cometido otro atentado que el de pensar libremente”.
Importancia del 25 de noviembre de 1984
Seguramente por eso el 25 de Noviembre de 1984 tiene tanta significación en este país, aún para quienes no sufrieron ni quisieron mirar a los que sufrían. Ese día se produjeron las `primeras elecciones “tuteladas” para salir de la dictadura. No exagero: no fueron elecciones libres, pues había presos políticos como Wilson Ferreira Aldunate, y proscriptos totales, como Líber Seregni, o parciales como Jorge Batlle a quien le prohibieron ser candidato a presidente, pero no a senador.
Para llegar a la democracia de hoy día, debió pasar mucho tiempo; hubo decisiones políticas y humanas importantes, y “en libertad” echar un manto de olvido sobre crímenes que destrozaron personas , familias y colectivos. Las comillas de este párrafo significan que no hubo libertad total para asumir varios posicionamientos históricos. Legislar el olvido de crímenes militares, sin juicio ni sanción, fue una herida muy grande. Se dice que mayor hubiera sido el dolor si no cubría con olvido esos delitos. Quizás, pero ha pasado tanto tiempo que es necesario traerlo a la memoria, no para reclamar venganza, sino para recordar que el sufrimiento estéril no construye.
Balances a 40 años
¿Qué balance hacemos? ¿Es necesario pasar raya? De mi parte no. Estuve todo este tiempo tratando de reconstruir lo dañado, o por lo menos ayudar a sanar heridas. Lamentablemente el mundo se está rehaciendo a sí mismo sin conocimiento y sin memoria; no es una acción natural ni espontánea; descuento que hay fuerzas, cada vez más poderosas que atentan contra el desarrollo natural. Obligan a la artificialidad, como tratar de tener más de lo que se necesita mediante el consumismo, y llevan a que la población mundial retroceda a tiempos inmemoriales. Así es: aunque viajemos a la luna, tengamos cerebros que piensen por nosotros (y atrofien el nuestro), haya robots que trabajen y dejen a hombres con hambre, aun así el hombre ha retrocedido más allá de la Edad Media. Créame que nos hemos embrutecido, y la fuerza de los poderosos aplasta a los débiles.
La verdadera Libertad
Lo dicho, ¿nada tiene que ver con Uruguay? Créame que sí. La construcción de hace cuarenta años, para salir de la prisión de la dictadura, puede derrumbarse si no buscamos la verdadera libertad. No hablo de la fantasiosa libertad de los discursos. Hablo de la de la realidad. Aquella “democracia tutelada”, encasillada y con anteojeras, que lentamente se fue instalando en la matriz política y social de los uruguayos, no merece destruirse sino perfeccionarse. Hoy es posible ver y oír a supuestos líderes, engolar su voz para agredir como instrumento de convencimiento. Para eso no se sacrificó una etapa de la historia nacional: fue para comenzar a construir un estado muy libre, donde los avasalladores por la fuerza, dejaran su lugar a los orientales todos. El sacrificio de quienes debieron contentarse con observar los vaivenes políticos de hace cuarenta años, sin intervenir, debe ser respetado. Ninguno de quienes fueron obligados a mantenerse al margen, lo hizo para beneficiarse, sino para contribuir a la restauración el Estado de todos. Soportar, apoyar o actuar en un retroceso a las cavernas del mundo a través de la fuerza estilizada en redes, inteligencia artificial, abuso de fueros parlamentarios, aplastamiento por poder económico o mediático, encarcelamiento de cerebros por alienación permanente, no fue el objetivo de la construcción iniciada hace cuarenta años.
Tener libertad es mucho más que gritar en un megáfono o postear en una red. Disfrutarla es poder pensar, educarse, vivir en plenitud y respetar a los demás.
Cuarenta años atrás sonreíamos esperanzados a la nueva luz que se encendía. No permitamos que los señores o mercenarios, de cualquier signo, la apaguen y sean reyes de la oscuridad. La razón, la educación, el respeto puestos al servicio de la colectividad humana, serán nuestro mejor tributo a quienes por presencia o ausencia obligada pusieron cimientos hace media vida…

El Esc. Alberto Beriau entiende que el plebiscito del año 80 significó el comienzo de la salida hacia la democracia
Referente del Partido Nacional desde hace muchos años, el Escribano Alberto Beriau tiene mucho para contar sobre aquellos episodios de 1984. Así empezaba a volcar sus recuerdos mientras conversaba con EL PUEBLO:
Antes, el Plebiscito del 80
«Entiendo que para hablar de las elecciones de noviembre de 1984, salida de la dictadura, tendríamos que hablar primero del plebiscito del año 80, porque esa instancia fue el comienzo de la salida. Por ejemplo derivó en las elecciones internas del 82. Después, en el 84, volvió Wilson, en junio. De acá de Salto íbamos tres (en el buque El Faro que lo traía a Wilson de regreso al país), Coco Zunini, Leonel Echenagusía y yo. Wilson llega, detenido, a Trinidad. Y te cuento que dentro del Partido Nacional estaba el Movimiento Nacional de Rocha y Por la Patria o sea el Wilsonismo, que tenía su sede al lado de la Intendencia, y en esa casa se decidió hacer un ayuno, que lo iniciamos Don Héctor Esteves y yo. Después vinieron los muchachos de la Juventud. Era una semana. No era huelga de hambre, era ayuno, consumíamos líquidos, como caldos por ejemplo. Recuerdo que nos fue a visitar el Ingeniero Dieste, que era del Partido Demócrata Cristiano, pero nos fue a ver. Y un día llega Miguel Unamuno, argentino, Ministro de Trabajo del final del período de Perón. Era amigo de Wilson, había venido a Concordia y le dijeron que estábamos en ese ayuno y nos vino a ver.
Después del plebiscito del 80 se creó una interpartidaria, que sesionaba en mi estudio, que en ese momento estaba en Artigas 926. Iba gente de todos los partidos, por ejemplo del Frente Amplio me acuerdo que iba Carlos Guarino, Carlitos Texeira… Eso lo cuento porque el estar así, todos los partidos, tiene mucho que ver con la salida a la democracia».
Posteriormente, Beriau hace memoria y recuerda que una vez, estaba tomando un café en Uruguay y Sarandí, de pie junto al mostrador, cuando ve que a su lado estaba el ex Senador Carlos W. Cigliutti. Beriau lo reconoció y lo saludó. Se pusieron a conversar. Cigliutti, cuenta Beriau, le dijo algo así: «Así que usted iba al Senado (cuando estudiaba en Montevideo), bueno, ahora sus nietos recién van a ir al Senado, porque acá no hay ninguna posibilidad de salida. No es igual que en Argentina. En Argentina hay una organización gremial y sindical muy poderosa que acá no existe. ¿Quién fue el creador de los métodos modernos de dominio de las masas? Fue solo uno, Hitler, a través del temor, el terror, el crimen. ¿Usted cree que acá hay salida? ¿Usted ve gente manifestándose? No, no hay, y así es imposible. No se olvide que uno de los motivos del Golpe de Estado fue impedir que Wilson ganara las elecciones siguientes. ¿Usted cree que los militares van a convocar a elecciones para que las gane Wilson? Sáquese eso de la cabeza». Y agrega Beriau: «y eso que me dijo aquel hombre fue así, porque Wilson estaba preso y lo liberan unos días después de las elecciones».
Una página de Diario El Pueblo
Pero entre libros, papeles, documentos que muestra el entrevistado, saca una página de Diario El Pueblo del domingo 23 de noviembre de 1980. Allí hay un reportaje a él, donde se refiere al plebiscito de 1980, ese que en su entender, marca el comienzo de la salida hacia la dejo. Vale la pena transcribir este breve pasajes de aquel joven Escribano Beriau, en este mismo diario:
“Es un proyecto que concede tanta importancia a las Fuerzas Armadas, que no es posible imaginarlo ni siquiera en una superpotencia en tiempos de guerra, y menos en un pequeño país, pacífico, como el nuestro que quiere aplicar sus esfuerzos para que beneficie el trabajo, la producción y la educación de sus habitantes.
Durante el desarrollo de la segunda guerra mundial, que duró 6 años, a ninguna potencia aliada se le ocurrió cambiar su Constitución para enfrentar el peligro, sin embargo se intenta en nuestro país una vez que el peligro fue superado. Suponiendo que la amenaza renaciera, el Estado cuenta con los recursos jurídicos necesarios para enfrentarlo a través de la declaración del estado de subversión o el Estado de Guerra que se establecen en el Proyecto, en los artículos 92 y 93.
Pero parece desproporcionado montar una inmensa estructura permanente para hacer frente a un hecho eventual.
Se ha desconocido la existencia del Poder Constituyente que radica en el pueblo y a través de cuyos representantes debió estructurarse una Carta Magna con amplio debate y que significará, a la vez, un gran reencuentro político y cívico para poner a andar el país por la senda democrática”.

Alfonso Lessa – Periodista, Docente y Escritor
“El hecho más relevante, es que hayan gobernado pacíficamente las tres principales fuerzas políticas”.
Alfonso Lessa es un reconocido periodista politico, docente y escritor. Ha publicado varios libros referente al período pre dictadura y dictatorial tales como El Pecado Original, Estado de Guerra, La Revolución Imposible, entre otros
Su visión de los hechos que llevaron a la caída de la democracia y su retorno, basados en pormenorizados y destacados estudios, lo transforman en una palabra autorizada a la hora de configurar un panorama actual de esta democracia que celebra sus 40 años de ejercicio.
LA EVOLUCIÓN DE NUESTRA DEMOCRACIA
Creo que es realmente destacable que el Uruguay haya logrado -más allá de cualquier polémica-, 40 años de democracia ininterrumpida, donde se ha pasado por distintos tipos de discusiones; de reformas; de polémicas; crisis, principalmente la del 2002; pero creo que, el hecho más relevante, es que hayan gobernado pacíficamente las tres principales fuerzas políticas. Se alternaron en el poder el Partido Colorado, el Partido Nacional, el Frente Amplio, sin que hubiera ningún problema, siendo lo más destacable de una democracia que parece -pues nunca hay que dejar de estar atento, siendo como una plantita a la que hay que regarla constantemente, todos los días-, sólida.
Reitero, es muy destacable, porque, cuando uno mira lo que pasa en otras partes del mundo, sobre todo en lugares muy cercanos, y ve todo lo que sucede, reconocemos lo que tenemos, pero, hay que cuidarla todos los días.
Esta campaña electoral, si bien fue pacífica, fue de bajo interés en comparación con otras anteriores. No hubo mucha polémica pero, en términos generales, fue respetuosa, quizás, en estos últimos días ha habido algunas salidas de tono, aunque, de todas maneras, ha demostrado que el Uruguay está encaminado en la senda democrática.
Hubo, en estos 40 años, algunos hechos importantes, que quizás muchos no recuerdan, como el cambio por el que optó el grupo guerrillero que en su momento se levantó en armas contra la democracia; el MPP tuvo su ingreso a la vida democrática, con parlamentarios, y un presidente, como Mujica, y ahora, disputa, nuevamente, otra elección. No es un hecho menor.
Por lo tanto, hablamos de que temenos una democracia consolidada, con una realidad muy diferente a la de otros países, cada uno de los que tuvo su moneda de transición. La nuestra fue negociada, teniendo, al principio, costos como las prescripciones, pero la mayoría de los partidos participaron, y hoy, está enfrentando una etapa, que cada tanto sucede en el Uruguay, como en la década del 60, que es la renovación de los liderazgos y de las principales figuras. Eso me parece que es uno de los desafíos que tiene el sistema; consolidar los nuevos liderazgos con la tradición.
LA VALORIZACIÓN DEL SISTEMA
Uno de los riesgos que tenemos que afrontar, es el no valorar el sistema que temenos. Creo que el no haberse hablado tanto de estos 40 años de democracia en la campaña electoral, es porque la gente ya tiene asimilado como algo normal el hecho de vivir en democracia. Pero creo que sería muy importante que, sobre todo la gente joven, tuviera conciencia de lo que fue perderla, para que no se repita más. Falta bastante en materia de historia no sesgada en el Uruguay.
El año pasado sí se recordó bastante los 50 años de la dictadura. Y me parece que fue importante, porque hubieron muchos hechos, acontecimientos en distintos lados, como en el Palacio Legislativo, en el interior, algunos actos realizados por el gobierno y otros por la oposición; pareciéndome como lo más relevante, la comparecencia en varios lugares del país, como también, en el exterior, de los tres principales líderes politicos vivos: Mujica, Lacalle Herrera y Sanguinetti, incluso juntos, pasándoles, justamente el mensaje a los jóvenes, de que había que resguardar esa democracia.
FUERTE ADVERSIDAD, GRIETA NO
En Uruguay, existe una nueva realidad política, que es la conformación de dos polos políticos diferentes, dos grandes coaliciones -porque el Frente Amplio no deja de ser una coalición por más que tenga formalmente un lema partidario para participar en las elecciones- y, por lo tanto, adversarios fuertes.
Primero, el término grieta me molesta bastante, porque es un término importado de la Argentina, una de las tantas cosas que adoptamos como si nada. Segundo, estamos lejísimos, lejísimos de lo que pasa en la Argentina, y esperemos que siga así.
Hace unos días dialogaba con un periodista argentino que llamó para un medio de Buenos Aires por las elecciones, y me decía, tras haber visto el debate del pasado domingo: “ustedes viven en un paraíso, comparado con lo que vivimos acá”. No se refería a la gestión del gobierno, sino, a cómo se vive la política en Uruguay. Incluso, si uno ve los diarios de las décadas del 50, 60 o 70, en aquella época el intercambio, el debate era muchísimo más duro del de hoy. Así que, estamos muy lejos de que haya una grieta como en la Argentina; es un facilismo adoptar el leguaje foráneo. Por lo menos hoy, y esperemos que nunca, no corresponde decirlo.
Por lo tanto, a las viejas y nuevas generaciones les decimos que voten. Que piensen bien lo que van a votar, pues a veces se vota con el corazón, pero a veces hay que poner razón, también. Que analicen las propuestas de uno y de otro, pero que vayan y voten, que participen en política. Participar, comprometerse, es la forma de mantener viva a la democracia.

Leonardo José “Pepe” Vinci: “El último domingo de noviembre de 1984 fue una fecha largamente esperada por nosotros y por la que tanto trabajamos”
Leonardo José Vinci, hombre de amplia trayectoria en el Partido Colorado, tiene también muchos recuerdos de aquel entorno de las elecciones de 1984. Recuerdos que, inevitablemente, en muchos casos, se unen a lo que fue Radio Cultural, dirigida por su padre, Ramón J. Vinci, radio que, como dicen algunos, fue “un bastión de defensa de la democracia”. A él le trasladó EL PUEBLO una serie de consultas, y lo que sigue es lo medular de sus palabras:
“El último domingo de noviembre de 1984 fue una fecha largamente esperada por nosotros y por la que tanto trabajamos. Mi padre y yo dedicamos años enteros militando incansablemente para recuperar las instituciones democráticas. Fue su enorme prestigio personal el que volcó el peso de la balanza en Salto en 1980 cuando el pueblo uruguayo fue convocado a las urnas por la dictadura. Difícilmente en otro departamento de la república hubieran permitido o tolerado que una emisora hiciera lo que hizo la radio Cultural en esa oportunidad, verdadero símbolo de la resistencia democrática, que pudo haber sido clausurada más de una vez en aquellos años. Tras años de opinar a través de las editoriales de la radio por medio de notas claramente opositoras al régimen, escritas por mi padre, Andrade o Tarigo, llegó el momento de decidir nuestro destino y la enorme y aplastante mayoría de los salteños rechazó el proyecto constitucional en noviembre de 1980”.
“Yo creo que ese día, desde la Radio Cultural, se hirió de muerte a la dictadura”
“Pocos meses después, a través de un jingle, decíamos “Esta es la radio de la mayoría…” y convocábamos a nuestra audiencia a formar algo así como un Club del aire. 38.000 oyentes vinieron a buscar su “carné de socio” en tres meses manifestando su adhesión a la emisora. Con entretenimientos, espectáculos y grandes ventajas comerciales transcurrió 1981 en que equipamos la radio con teletipos, equipos móviles, transmisores de VHF, en fin, hicimos todo lo que estuvo a nuestro alcance para potenciar ese gran instrumento que tuvo el pueblo de Salto. En 1982 hubo que sortear una segunda valla: las elecciones internas. Lamentablemente las desinteligencias entre los hombres de aquel entonces hicieron que fuéramos divididos a las urnas, y debimos crear un grupo político en tres meses. Y lo hicimos. Las listas se identificaron con letras en esas elecciones y la nuestra (JAK) fue la más votada del Partido Colorado en la ciudad tras una intensa campaña electoral haciendo hasta tres actos barriales por noche a los que se acercaba la gente con una mezcla de miedo, curiosidad y entusiasmo.
9.000 votos en una elección donde el voto no era obligatorio con el padrón de 1982, no fue poca cosa…En 1983 el régimen se endureció y fuimos detenidos más de una vez para dar explicaciones acerca de nuestra prédica que se difundía a las 7, a las 12 y a las 20 horas, donde decíamos lo que la mayoría quería expresar pero no podía hacerlo. Mi programa, “Nuestra Opinión”, terminó siendo prohibido y yo detenido e incomunicado en agosto de ese año. Pude recuperar la libertad por la decisión del Juez actuante, el Dr. Silverman, quien no hace mucho recordaba esos hechos. Empecé otro programa (o el mismo con distinto nombre) diciendo al inicio cuantos días faltaban para las elecciones. Para nosotros, no había marcha atrás. No podía haber marcha atrás”.
“Amargas sorpresas”
“Pero 1984 nos esperaba con amargas sorpresas. La muerte de Vladimir Roslik fue un acontecimiento que sacudió a la república, porque mientras los políticos legítimamente representativos dialogaban con las fuerzas armadas, en algunas unidades militares se seguía torturando hasta la muerte. Es muy triste y doloroso decirlo, pero esa fue la verdad. Nunca dudamos que se encontraría una salida, la que finalmente ocurrió y tras el acuerdo del Club Naval se logró que se fijara el día de las elecciones y se pusiera punto final a la dictadura.
En las semanas previas a la elección, con mi padre- que ya tenía 75 años al igual que el escribano Cazabán), recorrimos el departamento de punta a punta. Fue admirable el esfuerzo de nuestros mayores, que nos acompañaron como si fueran unos jóvenes de 20 años como nosotros. Durmiendo en galpones en los lugares más recónditos de la campaña, a más de 240 kilómetros de la ciudad capital, o caminando en la soledad de la campaña, buscando una estancia donde nos auxiliaran a reparar el auto descompuesto.
Un día recorrimos la campaña con Jorge Batlle. Salimos en 6 autos y regresamos solo con uno. Fue una tormenta espantosa y los pasos quedaron crecidos. El acto final en la esquina de Uruguay y Joaquín Suárez estaba previsto para las 21 horas. Llegamos a las 2 de la mañana y no cabía un alfiler en los amplios salones hoy ocupados por el Banco Santander.
Fue muy emocionante haber vivido ese tiempo”.
“Los autos no votan”
“Si bien es cierto que la primera marcha a pie por calle Uruguay fue en 1982 cuando finalizado nuestro acto final mi padre bajó a la calle y caminó hasta su casa seguido por miles de personas, la marcha de 1984 fue algo imponente y jamás repetida. Bajo el lema “los autos no votan”, una multitud lo acompañó de plaza a plaza. Ese día el pueblo, el verdadero, el de doña María y Don José, el de la gente de a pié, acompañó orgullosa a su líder al acto final con la presencia de Sanguinetti y Tarigo. Pocas horas después fue el acto eleccionario. Yo fui el jefe de campaña en 1984 y recuerdo que- al igual que en 1982 y 1980- tanto la casa como la radio parecían un “pandemónium” donde la buena voluntad pudo más que los nervios propios de aquellos momentos. Ya había amanecido cuando se conoció el resultado de la última urna que nos daba ganadores. Y seguramente ese resultado hubiera sido el definitivo de haberse computado los votos de Laureles, donde tanto en las elecciones internas como en los votos a la vista, una enorme mayoría nos había acompañado.
Pero esa, es otra historia”.
Mtra. Alba Cocco: «El pueblo uruguayo, así como logró sacar a la dictadura, dio un ejemplo de civismo»
A la maestra Alba Cocco, frenteamplista que ha ocupado importantes cargos políticos, como la Diputación por Salto, EL PUEBLO le propuso hablar del tema de este informe y enseguida aceptó. Y dijo de inmediato: «Las primeras elecciones después del oscuro y largo período de la dictadura, donde pasamos mucho miedo». Entonces empezó a recordar y narrar:
«Yo militaba en el Partido Socialista, que estaba proscripto y ese año lo habían habilitado otra vez, pero fueron varios años de clandestinidad. Nosotros éramos y seguimos siendo un partido de ideas. Nunca utilizamos las armas, porque no estamos de acuerdo con la lucha armada de ningún tipo, y estudiábamos muchos, autores de acá y de otros países.
Había varios líderes políticos proscriptos, o sea que no fueron unas elecciones totalmente democráticas, porque si no todos se pueden expresar, no son las elecciones más democráticas. Así lo decíamos, pero no queríamos perder la oportunidad de expresarnos y de que el pueblo se expresara, y la verdad que tuvimos un muy buen apoyo por parte de la población. El Partido Socialista fue uno de los partidos y movimientos fundadores del Frente Amplio en el 71 y nunca nos fuimos de él. Sufrimos el ataque, la represión de la dictadura, hubo compañeros presos, desaparecidos, muertos…También destituidos de la función pública, los docentes sufrimos muchísimo eso. Yo fui una, y acá en Salto éramos muchos, éramos (los destituidos) el 10% de los maestros en ese momento.
Pero nos presentamos con alegría y esperanza, tratando de llegar al Parlamento y a las Juntas Departamentales. Pero nosotros, en Salto, vamos a recuperar una banca en la Junta recién en las elecciones de 1989. Además, había mucha pobreza, en la población y también en todos los sectores del Frente Amplio. O sea, propaganda podíamos hacer muy artesanal, con arpillera pintada por nosotros mismos. Pintábamos carteles de día y de noche salíamos a colocarlos. También hacíamos reuniones en casas de familias donde nos ofrecían sus hogares generosamente, para hablar de lo que pensábamos y además para preguntarles qué pensaban de la situación».
Luego, el diálogo con Alba transitó estos carriles:
-¿Se acuerda de ese domingo de noviembre del 84?
Yo no recuerdo el día exacto. Sí recuerdo que en el 71 fue el 28 de noviembre. Sí me acuerdo también que salimos a cuidar los votos, como delegados por ejemplo. La verdad es que el pueblo uruguayo, así como logró sacar a la dictadura, dio un ejemplo de civismo, cada uno expresando su opinión mediante el voto.
-¿Y de esos dos o tres años previos qué recuerda?
Yo estaba destituida de la escuela. Me destituyeron el 5 de agosto del 77, con pocos años de recibida. Cuando empezó a funcionar el Parlamento, se aprobó la ley de amnistía que nos reintegró. Yo fui reintegrada a la escuela donde había sido destituida, la escuela 98 del barrio San Martín. De esos años antes no nos pagaron ni un peso de salario. Nos reconocieron sí para la jubilación. Fueron años muy duros, muy difíciles, yo tenía dos varones chiquitos, la nena vino después. Hoy son hombres que me llenan de orgullo. Y volviendo al día de las elecciones, diría que fue normal, no recuerdo contratiempos. Entre delgados, del Frente y de los otros partidos, siempre nos tratamos con mucho respeto. Diría que fue una lección de civismo, de democracia, que aprendimos en nuestra escuela pública. Ahí se aprende a respetar al otro, a vivir en democracia, y aquella famosa frase de Varela que dice que los que han ido juntos y compartido un banco en la escuela, se acostumbran a sentirse iguales, nunca por encima, y a respetar al otro. Me llena de paz y orgullo vivir en Uruguay, a pesar de cosas que hay que mejorar y esperemos poder seguir construyendo en paz, en democracia, es la única forma de vivir en paz. Vemos otros países, con genocidio, y nos llena de horror, en cambio el Uruguay es pacífico y el Frente Amplio es una fuerza de paz.
-¿Cómo es eso que mencionó del 10 % de maestros destituidos?
Maestros éramos 750 y 75 fuimos destituidos o jubilados compulsivos con 25 años de trabajo.
-Entonces hubo que buscar otro trabajo…
Sí, trabajábamos en otras cosas, fuera de la Educación, porque éramos personas no gratas. Digo no gratas incluso para los colegas, porque íbamos por la calle y veíamos con alegría que venía alguien que conocíamos del Instituto, y sin embargo cruzaban la calle para no saludarnos. Eso fue muy difícil…
-Los golpeó en lo económico también…
Claro, ni mi esposo ni yo teníamos trabajo. Vivíamos con mi padre, dependíamos de su jubilación y de una pensión que yo cobraba de mi madre, que había fallecido cuando yo era menor de edad. Manualidades fue algo que hicimos con algunas compañeras, otros abrieron comercios que están hasta hoy. Pero después todos muy felices de volver a la democracia, que se logró gracias a la lucha del pueblo uruguayo…
-Hoy, a 40 años, ¿qué reflexión haría sobre esa lucha?
No fue un regalo de nadie, así como nos habían impuesto la dictadura, nosotros logramos voltearla. En el 84, pero ya en el 80 al ganar el plebiscito y en el 83 se empezaron a hacer actos sobre todo en el sur del país. Pero tristemente en el 84 lo llevan detenido al doctor Vladimir Roslik y lo matan torturado, entonces eso empañó nuestra alegría…