Entrevista a Carola del Río
Carola del Río es la Cónsul argentina que está radicada en Salto desde el pasado mes de octubre. Como dato inusual está Licenciada en Periodismo y posee un posgrado en Opinión Pública y Medios de Comunicación, pero optó por llevar adelante una carrera en la Diplomacia por su vocación de servicio. En diálogo con EL PUEBLO cuenta cómo la pandemia ha multiplicado el trabajo en el Consulado y cuáles son los trámites que se pueden llevar adelante.

- ¿Desde cuándo está encargada del Consulado en Salto?
- El nombramiento fue a mediados de agosto y formalmente asumí funciones a fines de octubre del año pasado, desde ese momento pasé a ser Cónsul aquí en Salto. Anteriormente fui Cónsul en Paysandú, desde 2012 hasta 2018, cumplido el período previsto en que los diplomáticos estamos en el exterior, volví a la República, estuve dos años, y cuando me enteré que Salto volvía a quedar vacante, de inmediato me presenté porque me interesa particularmente todo lo que es el trabajo en frontera, tiene una dinámica especial el trabajo en un Consulado en frontera, tiene sus particularidades, me gustó mucho la experiencia en Paysandú, y aparte siempre está esa posibilidad que tenemos los Cónsules de efectivamente producir un cambio o colaborar en algo. A veces cuando uno como diplomático presta funciones en grandes Embajadas o en Representaciones ante organismos internacionales, la posibilidad de interceder y producir un cambio en la realidad social es algo un poco más lejano. Lo que me gustó precisamente del trabajo en frontera es eso, la posibilidad de trabajar y hacer algo por los demás. Es un trabajo muy concreto y la realidad del día a día del trabajo consular me apasiona y es lo que más me gusta.
- Este cierre de fronteras producido a raíz de la pandemia, ¿en qué perjudica el trabajo del Consulado?
- No sé si lo perjudica, claramente el volumen del trabajo y la problemática a atender se ha multiplicado exponencialmente. Más aún porque en estas dinámicas de ciudades de frontera donde hay grupos familiares que viven en ambas orillas, el interrelacionamiento es tal que precisamente al cerrarse las fronteras la gente obviamente necesita cruzar por diversas cuestiones y se enfrenta a distintos tipos de problemas. Desde el 25 de diciembre del año pasado las fronteras terrestres están cerradas completamente, porque hasta el 25 de diciembre existía la posibilidad de ingresar a la Argentina por Fray Bentos. Esa posibilidad el 25 de diciembre se cerró definitivamente. Hasta mediados de marzo existía la posibilidad haciendo un trámite de excepción ante el Consulado, que no es el organismo que autoriza ese ingreso, sino que es la Dirección Nacional de Migraciones, pero se canaliza a través del Consulado. Así que como le decía, hasta mediados de marzo, esos trámites de solicitud de excepción estaban siendo tramitados, pero debido al empeoramiento de las condiciones sanitarias, todos los trámites de excepción quedaron suspendidos, y la única vía, en este momento, de ingreso a la Argentina es por Buquebus, la vía fluvial, no hay otra.
Eso lo quiero dejar bien en claro porque hay muchos argentinos, incluso uruguayos, que ingresan a Salto por el paso de Salto Grande, porque en realidad el paso no está cerrado para el ingreso a Uruguay, el paso está cerrado para el ingreso a la Argentina, que dentro de las medidas sanitarias que dispuso, entre otras cuestiones, como la suspensión de vuelos directos a zonas calientes, etcétera, concentró todos los dispositivos de control sanitario en una sola vía de ingreso a la Argentina, que en este caso es Buquebus, tanto para argentinos como para extranjeros residentes en Argentina. Y para los casos de uruguayos que requieran, por ejemplo, tratamiento médico o por razones humanitarias o por reunificación familiar o por trabajo, cada una de esas situaciones se atienden, se da curso a la solicitud de excepción para que puedan ingresar, pero siempre por Buquebus. Es importante porque tal vez la gente no lo sabe, no se informa adecuadamente, ingresa a Salto por el puente, y luego pretende retornar, y esa no es una posibilidad. Tampoco lo es a través de una solicitud de excepción. - Cuando uno llama al teléfono del Consulado, la contestadora le da opciones sobre diversos trámites administrativos, ¿cuáles son los trámites que más se están solicitando en este tiempo de pandemia?
- A veces la gente desconoce para qué está el Consulado, y es importante aclararlo. Un Consulado básicamente tiene tres patas, tres ejes centrales de trabajo. Uno, tiene que ver con todos los temas administrativos, los trámites de la documentación, esto es DNI, pasaporte, solicitud de certificado de antecedentes penales, poderes, actas de fallecimiento cuando quieren inscribir un fallecimiento, tramitación de pensiones, jubilaciones, el trámite de cambio de boca de pago, por ejemplo. Hay muchos argentinos que está residiendo aquí en Salto que cobraban sus haberes en Concordia. Desde que la frontera se cerró, esta gente no pudo ir más a cobrar sus haberes, y lo que estamos haciendo es un trámite de cambio de boca de pago para que puedan cobrar directamente sus haberes aquí. Eso es un trámite que lo hacemos y que es bastante complejo, pero que hemos sacado adelante y cambiado la boca de pago de muchos jubilados.
Otro trámite muy solicitado últimamente es que muchos argentinos vivían aquí en Salto sin tener su cédula de identidad uruguaya, porque iban y venían porque, en definitiva, eran residentes aquí en Salto, pero también viajaban con cierta asiduidad a Argentina. Entonces, en este último tiempo, lo que hemos tramitado muchísimo fueron partidas de nacimiento apostilladas para poder hacer el trámite de cédula de identidad uruguaya, y certificados de antecedentes penales, que también es un requisito para hacer la residencia aquí en Uruguay. Así que esa es una de las patas, la parte de las cuestiones administrativas que tienen que ver con la documentación.
Otra pata, central en el trabajo consular, tiene que ver con la asistencia a los connacionales en situaciones de vulnerabilidad. Esas situaciones son en casos de accidentes, detenidos, visita a las personas que están privadas de su libertad. Digamos en definitiva que hay múltiples circunstancias en las cuales el Consulado acompaña a un ciudadano argentino que está atravesando una situación compleja. Siempre digo que lo mejor que le puede pasar a un argentino es no tener contacto con el Consulado, porque si lo tiene, es porque está teniendo una situación difícil. Nosotros tenemos una guardia de 24 horas, que por ejemplo los organismos de acá, como la policía, gendarmería o la prefectura, nos llaman cada vez que se encuentran con una situación de algún argentino que está en una situación compleja, y nosotros acompañamos, asistimos. Esa es la segunda pata.
La tercera pata tiene que ver con la integración regional, que es un trabajo más de fondo que tiene que ver con algo no tan visible, y que obviamente todas las iniciativas que tenían que ver con integración en este momento están supeditadas a la evolución de la pandemia. En ese trabajo, el Consulado acompaña todas las iniciativas, hace las veces de nexo. Aquí por ejemplo en Salto, me sorprendió el nivel de interrelacionamiento que hay entre las intendencias de Salto y de Concordia, es enorme. No sucedía lo mismo entre Paysandú y Colón, que, si bien tienen lazos consolidados, no son tan sólidos como los que encontré acá, donde además hay todo un proyecto de desarrollo productivo, cosa que no sucede en Paysandú. Acá me parece que los resortes están mucho más articulados y hay claramente un proyecto de desarrollo regional conjunto, que desde los distintos sectores, se apunta y se trabaja hacia eso. El Consulado también tiene un rol importante de acompañamiento, de facilitador.
Nosotros como diplomáticos tenemos vinculación directa con las Cancillerías, participamos activamente y organizamos los Comités de Frontera, que es donde se discuten estas cosas. Nosotros generalmente armamos la agenda, colaboramos para armar la agenda de las Cancillerías, y esto tiene que ver con la integración. En este momento, el Consulado está prácticamente en un 90% abocado a la gestión de resolver los problemas y las necesidades que tienen que ver, de una forma u otra, con la pandemia y con la situación que se genera a partir del cierre de frontera.- ¿Ya están trabajando en la planificación del día después, cuando se reabran las fronteras una vez que la pandemia lo permita?
- Desde el Consulado estamos a la espera, siempre, de cuáles son las instrucciones de parte del gobierno nacional y de la Cancillería argentina. Me parece que todavía queda un buen tiempo por delante de pandemia, hay que ver cómo las variables sanitarias, la dinámica de la apertura de fronteras va a estar de la mano de la dinámica de la situación de pandemia, y tenemos que estar muy atentos a eso para poder acompañar a la gente y brindarle una asistencia para facilitar, en la medida en que se pueda, todas las cuestiones que tengan que resolver y que lamentablemente se les ha complicado como consecuencia del cierre de frontera. Eso es una realidad.
- Un mensaje que nos viene de la Historia con Artigas es que con los argentinos somos hermanos, ¿cómo estamos desde la perspectiva del MERCOSUR? ¿Hay futuro en ese organismo regional?
- Me parece que el MERCOSUR tiene un gran potencial y es de gran importancia para todos los países que lo componen. Claramente ha tenido ciertas dificultades, pero creo que de parte de todos los países hay un compromiso muy fuerte para intentar resolver esas dificultades para seguir consolidándolo. Me parece fundamental y es una estrategia de desarrollo regional que no debe ser abandonada.
- ¿De dónde viene su vocación por las relaciones diplomáticas?
- No sé si por las relaciones diplomáticas, si tengo una gran vocación de servicio, por eso amo la tarea consular, que tiene que ver con servir y tratar de resolver los problemas concretos y colaborar en la construcción de estos grandes proyectos de desarrollo. Me identifico más con lo que es la vocación de servicio, por supuesto que en este caso, vinculado a lo diplomático.
Particularmente me siento muy útil cuando en algún punto sirvo para unir, para tratar de juntar a las partes. Me parece que ese es un trabajo que no sé si es tan visible, pero que tiene un valor y es muy necesario.
PERFIL DE CAROLA DEL RÍO
Casada. Tiene dos hijos. Es del signo de Aries. De chiquita quería ser diplomática. Es hincha de Argentina.
¿Una asignatura pendiente? Dice no tener, “en este momento estoy en el lugar donde quiero estar”.
¿Una comida? El asado.
¿Un libro? “La casa” de Manuel Mujica Lainez.
¿Una película? Leyendas de pasión.
¿Un hobby? La decoración de interiores.
¿Qué música escucha? De todo, pero prefiero el rock nacional. ¿Qué le gusta de la gente? La empatía.
¿Qué no le gusta de la gente? El individualismo.
Por: Leonardo Silva