El Liceo N.º 2 «Antonio M. Grompone» del barrio Cerro se vistió de celeste y blanco para conmemorar el Bicentenario de la Declaratoria de la Independencia, llevando a cabo la quinta edición de su ya tradicional «Fiesta de la Tradición». Fue una jornada que trascendió las aulas y se convirtió en una verdadera celebración para toda la comunidad, con actividades socioeducativas y culturales que involucraron a estudiantes, docentes, familias y vecinos del barrio.
Una tradición que crece con el tiempo
Según la directora del centro educativo, profesora Angelina Gérez, esta fiesta es el resultado de un proyecto institucional que nació del empuje de docentes de las áreas de Historia y Arte. La idea principal, contó, siempre fue resignificar las raíces del país y la fecha del 25 de agosto, logrando que los alumnos de ambos turnos participen de una jornada de convivencia y alegría.
«Es la fiesta más grande que hace el liceo y cada año, bueno, la organizamos mejor, surgen nuevas ideas y cada año hay más familias acompañando«, expresó, destacando la evolución de esta celebración. El compromiso y el entusiasmo de los estudiantes se vieron reflejados en la preparación de las actividades, donde se evidenció un gran trabajo colaborativo.
Participación, creatividad y arraigo
La jornada fue un claro ejemplo de participación juvenil. Los estudiantes trabajaron en equipo, desde el diseño de banderas y trajes típicos, hasta la creación de stands temáticos. Los alumnos de sexto año, que están a punto de egresar, tuvieron a su cargo el área de comidas, donde prepararon y vendieron alimentos para recaudar fondos para sus viajes de fin de curso. Esta actividad, destacó la directora, no solo fomenta la autonomía, sino que también contó con el apoyo de las familias que se sumaron a la iniciativa.
El arraigo del liceo en el barrio Cerro es palpable. Gérez contó que muchos de los actuales alumnos son hijos de exalumnos, lo que crea un vínculo especial con la institución y sus tradiciones. La participación de las familias, incluyendo a padres, abuelos y hermanos, es constante y muy valorada por las autoridades. La cancha del liceo estuvo repleta, con juegos y stands creativos, evaluados por un jurado de docentes que destacó la creatividad de los alumnos. Además, la fiesta incluyó danzas, cantos y representaciones teatrales, que son un pilar importante en la institución.
Un desfile que unió al barrio
Una de las novedades que se ha sumado en los últimos años es el desfile por la Avenida Paraguay, una iniciativa que busca invitar a los vecinos a unirse a la celebración. En esta edición, el desfile contó con la participación de un grupo de padres con sus caballos y el acompañamiento de las aparcerías, que inauguraron la marcha junto al cuadro de honor del liceo. Los estudiantes, con sus trajes típicos y banderas, llenaron de color la avenida, reafirmando el espíritu de comunidad que caracteriza a la institución.
Un ciclo de conversatorios para reflexionar
Más allá de la fiesta, el liceo sigue promoviendo la reflexión y el debate. En el marco del Bicentenario, un grupo de docentes del área de Historia está organizando un ciclo de conversatorios. Estos encuentros, que abordarán la temática del Bicentenario desde una mirada histórica y filosófica, invitarán a profesionales de la educación para generar un espacio de diálogo no solo para los estudiantes, sino también para toda la comunidad.
El primer conversatorio está previsto para el próximo miércoles 3 de setiembre a las 18:30 horas a cargo de los docentes Víctor Pizzichillo y Alberto Chiriff.