«Tengo 59 años. En agosto voy a cumplir 60. No creo que en el Interior de Salto, exista un jugador que con esta edad, juegue al fútbol en una Liga conformada y con la historia que por ejemplo, tiene la de Villa Constitución. Entonces, eso también hace al orgullo personal».
-¿Ser parte de la ilusión de jugarlo o que factores movilizan?
«El placer de sentirme útil a un equipo que me invitó a jugar como Estrella Roja de la Villa. Mi equipo es Quita Penas de Saucedo, pero este año se decidió no inscribirnos. Apareció la chance de Estrella Roja y allá fuimos nueve de nosotros».
-Fueron vice campeones, perdieron por penales ante Cadys. ¡Fueron dignos!
«Pero además no dejamos de celebrarlo. Perdimos un partido pero ganamos en un montón de cosas. Esas cosas no solo hacen a un deportista.
Hacen al ser humano. Hablo de relacionamiento, del culto a la amistad, a esos valores de los que tanto se habla y poco se aplica».

-No todo pasa por vencer….
«Pasa por ser parte de una fiesta que fue para la gente, que fue para el pueblo. Nosotros disfrutamos jugando. Ellos como observadores. Jugamos la final con Cadys. No somos ni el PSG ni el Real Madrid….¿me hago entender? Entonces, demos a un partido de fútbol, lo que el fútbol es. Tratamos de ir eludiendo eso de ganar como sea, a veces es mejor ganar o perder, a partir de lo que uno puede ofrecer. En lo personal, a los 59 años, esa fue mi alegría».
Desde Villa Constitución, Sergio García Da Rosa, hombre público y notorio, pasional de la política y el deporte, planteó el caso a EL PUEBLO. Y el caso tiene nombre propio: JOHN MONTERO.
A los 59 años integró el plantel de Estrella Roja, que el pasado domingo afrontó la final ante Cadys, en el torneo principal de la Liga que se juega en Villa Constitución.
John tiene un apellido bien propio de Saucedo, el poblado donde vive. A tal punto que en el equipo de Quita Penas, de los 21 jugadores, un total de 18 con el apellido Montero. Elías, uno de los hijos de John jugó en Albion y fue desnivelante. Dejó su huella de delantero apto y en Albion no archivan su nombre de la memoria colectiva. John es padre de 7 hijos, 3 varones y 4 mujeres, una de ellas viviendo en Salto. Su señora trabaja en Piriápolis. John es de profesión enfermero. Desde hace 40 años atiende la policlínica de Saucedo y Palomas.
Es vocacional de esa profesión.
Y ese querer por el fútbol y jugarlo, es parte de su vida. Jugarlo desde la esencia.
La esencia, es el juego mismo.
«NADA DICE QUE
NO PUEDO JUGAR»
-Sorprende, esto de hacerlo en una Liga como la de Villa Constitución. Por tus años.
«Nada dice que no pueda jugar. En ninguna parte del reglamento se prohíbe. En un determinado momento, alguién esbozó una protesta, pero no tenía respaldo de ningún lado. Entonces, entro a la cancha y soy uno más».
-¿En qué función?
«Era volante por izquierda o enganche. Después me vine al «doble cinco».
-¿Tu resistencia física cómo anda?
«Bien. Aguanto. Los partidos son de 80 minutos. Una tarde jugamos a las 14 horas, con un calor infernal. A los 20 minutos se paró el partido, tomamos agua y la seguimos»
-Hasta que llega el momento en que te cambian.
«Yo les pego el grito: «No me saquen». Pero me sacan. Y yo entiendo».
-Jugar al fútbol en una Liga que exige seguramente, ¿el control en las comidas?
«El día anterior, verduras, Zanahoria, remolacha….y el día del partido, alguna fruta, para quedar pronto. No necesito más nada».
-Tu equipo, ¿qué tal es?
«Bueno…llegamos a la final, ¿no?. Se busca que la pelota corra, no que lo hagamos nosotros. Algo aprendemos del pensamiento de Guardiola. No nos llevamos aquí por lo que se ve en el fútbol profesional uruguayo….¡si no hay tres pases seguidos!. ¿Cómo se puede jugar bien, si a la pelota se la pasa mal». Hubo quien comentó muy lejos de aquí: «al fútbol se lo juega con la cabeza; las piernas son solo herramientas». Más allá de nuestra modestia, con ese razonamiento nos identificamos. Y hacemos bien»
-ELEAZAR JOSÉ SILVA-