El deporte en sus justos términos

Mucho se ha escrito y dicho en relación al tema del intercambio de camisetas entre dos futbolistas de elite como Luis Suárez y Gargano. Honestamente debemos decir que no parece un gesto que habla muy bien de los uruguayos.
En la esencia misma del deporte. Considerar al rival como un adversario y no como un enemigo, es la base de una justa deportiva. Cuando nos encolumnamos tras la camiseta celeste no entenderíamos nunca que consideráramos a los rivales como a un enemigo, sino siempre como un competir al que hay que vencer en buena ley.
Se ha llegado decir que el intercambio de camiseta ha sido hasta una provocación para el hincha del Peñarol que acababa de perder un partido, ¿De que estamos hablando entonces?
¿De que nos quejamos cuando se provoca o se rompe incluso todo lo que se encuentra? ¿De que hablamos cuando nos quejamos porque los “barras” ingresan armas de fuego u otros elementos prohibidos a los escenarios deportivo?
¿Dónde están los que abogan por el regreso de las familias al fútbol? ¿Los que claman por regresar a los tiempos en que las hinchadas estaban mezcladas y cada uno festejaba lo suyo ante el respeto del rival?
Mucho se ha escrito, pero cuando llega el momento de hablar con claridad de demostrar con hechos lo que se piensa, no siempre se es claro, salvo que se sume a quienes consideran que el fútbol y los deportes en general son una guerra y no una justa deportiva.
Ojalá aparecieran más Luis Suárez y Walter Gargano, porque son -para nosotros al menos- verdadero paladines de lo que debe ser el deporte bien entendido.
Nadie mejor que ellos a la hora de defender los colores de Nacional y Peñarol respectivamente, pero eso no quiere decir que se considere enemigo a los que están enfrente. Los aficionados más que nadie sabe lo que representa cada uno en su club.
En un mundo tan convulsionado, tan violento, gesto como el protagonizado por Gargano y Suárez, hacen un bien enorme, aportan a que se entienda que una justa deportiva no es una batalla y una vez finalizada, sea cual sea el resultado, tendremos que volver a compartir, a encontrarnos y a fraternizar.
Este es el verdadero deporte y quien no lo entienda así, debe mantenerse lejos, muy lejos de él.
A.R.D.