La educación es tal como lo hemos señalado en estas columnas, la frutilla de la torta para los políticos. Es que existe la convicción de que cuanto más jóvenes mejor.
Todavía resuenan en nuestros oídos la consigna de Mujica al asumir la primera magistratura del país: “Educación, Educación y Educación”, pero no se trata de otra cosa que buena voluntad, intenciones, pero desconociendo la realidad existente en este aspecto.
Al evaluar lo conseguido por el país en la presidencia de Mujica, nos encontramos con que la educación mantuvo la misma situación que tenía.
Significa dos cosas:
- todos los líderes políticos saben que en la educación requiere de una urgente actualización, porque los resultados de todas las evaluaciones son deficientes.
- La cuestión pasa por hallar fórmulas que dejen satisfechos a todos. Porque no es bueno que se trate de imponer en lugar de convencer.
La posibilidad de imponer siempre está presente cuando se trata de dependientes o de futuros dependientes, pero mucho nos tememos que no es la mejor fórmula, sobre todo cuando se trata de temas muy discutidos y muy polémicos y por lo tanto debe ser la última opción.
La educación es para nosotros uno de los temas más complejos y a su vez más politizados por los uruguayos y por lo tanto más difícil de solucionar.
Nadie como el ex presidente uruguayo mencionado ha tenido interés en dar a los uruguayos las posibilidades reales y concretas de estudiar, de prepararse para el futuro, pero a la hora de llevar a la práctica sus ideas de darles a los estudiantes más y mejores posibilidades, se ha encontrado con que no es fácil ni mucho menos.
Una aclaración que mucho agradecemos
Días atrás en estas columnas volcábamos nuestra admiración al Padre Cacho, un auténtico seguidor de Don Bosco, que e hizo pobre con los pobres y vivió entre ellos.
El error consistió en la referencia a la muerte del padre Cacho, quien falleció de cáncer.
El error fue confundirlo con otro sacerdote que también trabajaba con menores infractores en Colón que una vez decidieron robarle y al ser descubiertos le asesinaron.
Queda hecha la aclaración correspondiente con el pedido de disculpas a los afectados y el agradecimiento a las personas que han tenido la amabilidad de desasnarnos.
Alberto Rodríguez Díaz
