Detrás de los más de 3.500 niños que corren detrás de una pelota todos los fines de semana está la historia de 22 clubes salteños que brindan todo lo que está a su alcance para ayudar en su formación no solo como jugador sino como persona.
El baby fútbol (modernamente llamado fútbol infantil), es regido en nuestro país por la Organización Nacional de Fútbol Infantil (ONFI), que orienta este movimiento social y cultural dirigido a más de 60.000 niños de entre 6 y 13 años, que corren detrás de la pelota a lo largo y ancho del territorio nacional.
ONFI nuclea más de 600 clubes, divididos en unas 62 Ligas, sin dudas es las más grande institución social del Uruguay.
La Liga Salteña de Baby Fútbol (LSBF) está compuesta hoy por 22 clubes (éste año se suman Cerro y Salto Rowing), una de las más grandes del país.
«El fútbol infantil es un movimiento social con una base deportiva, porque es un deporte, pero hay que tomarlo como un movimiento social que reúne a la familia entera, padres, hermanos, abuelos, todos girando alrededor del niño – jugador, acompañándolos en cada paso».
La acción social del baby fútbol es latente, se puede observar en cada actividad que se realiza a nivel de categorías, por club o bien en conjunto como Liga.
En tiempos normales el baby fútbol es un centro de actividades que redundan en el beneficio de los niños y algunas veces alcanzan a los adultos a su cargo.
El año 2020 y en lo que va de éste 2021 se viven tiempos complicados para muchos salteños, la realidad sanitaria llevó a una realidad económica aún más dura, falta de trabajo y sus consecuencias.
Clubes de varias zonas de la ciudad han tomado acción directa organizando ollas solidarias, sirviendo meriendas, recolectando ropas de abrigo o destinando canastas de alimentos.
Así ese movimiento social que es el baby fútbol se vuelca en beneficio a la sociedad, se retroalimenta con acciones sociales que son bienvenidas en estos tiempos en dónde la ausencia de la ayuda estatal o comunal escasea o son muy a cuenta gotas para las grandes necesidades que se viven a diario.
JOSÉ LUIS TORIANI
