Uruguay está teniendo problemas que podríamos catalogar como muy graves debido a la falta de agua. Ya sea de lluvia o de acuíferos. A punto tal que la salación del agua para consumo humano en el Sur del país ha causado grandes y graves controversias, debido a su presunta incidencia en la salud humana.
Gente que se afinca o llega desde el Sur, nos afirma que por allá el agua está “intomable”.
Ya no se trata sólo de los problemas derivados de la sequía, o sea de la falta de lluvia para la producción, sino que ahora la amenaza se cierne en la disposición del agua para consumo humano.
Las autoridades de la salud han reconocido su mala incidencia para los casos de hipertensión, recomendando un control más frecuente…, aunque se siga insistiendo que “no tiene incidencia alguna en la salud humana”
A punto tal ha llegado el problema, que se considera que el explosivo aumento en las ventas del agua potable para consumo humano ha generado pingües ganancias para algunos y carencias extremas para otros.
En nuestro país -plebiscito mediante- se ha logrado considerar el agua como un derecho humano esencial No es una exageración y a la prueba nos remitimos. Hoy cuando escasea el agua, vemos las enormes dificultades que está causando. Aquello de las guerras por el agua no está tan distante…
En muchas ocasiones hemos insistido en el cuidado del agua dulce, que tan mal la tratamos en el país. Nadie nos ha escuchado y hoy lo lamentan. Existe una cultura popular de que se cree que lo que no se ve “no existe” y el agua todo lo lleva o lo disimula al menos y de allí que todos nuestros desperdicios van a parar a ríos y arroyos o lagunas.
Pero hay una amenaza aún mayor, mucho más grave. Es el denominado “Proyecto Tambores”, con bases en Paysandú y Tacuarembó, mediante el cual una multinacional, produciría hidrógeno verde y metanol que piensa exportar a Europa. Para ello utilizaría algo así como 600.000 litros de agua del acuífero Guaraní, por día.
Esto es lo que ha trascendido sin que hasta el momento nadie se haya molestado en desmentirlo. El acuífero Guaraní o “Botocatú”, es uno de los más grandes del mundo y América del Sur se halla debajo de Brasil, Argentina y Uruguay, por lo menos y sobre él se ubican las termas tan apreciadas en nuestra región.
Su explotación por parte de multinacionales extranjeras sería suicida. Esperemos que no se confirme, sencillamente porque sería criminal.
A.R.D.
