Por Jorge Pignataro
Claro que el arte y las ciencias económicas pueden darse la mano. Lo dejó demostrado Ricardo Pascale, el artista plástico y contador público que falleció este viernes 26. Había nacido en Montevideo el 29 de agosto de 1942. Obtuvo el diploma de Estudios Posdoctorales en Finanzas en la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA, EEUU), entre 1975 y 1976. Fue Presidente del Banco Central del Uruguay durante dos períodos (1985-1990 y 1995-1996) y catedrático de Finanzas desde 1969 en la Universidad de la República. Pasó más de un tercio de su vida fuera del Uruguay: vivió, estudió y trabajó en EEUU, en Europa, en Asia, en América Latina, en el Cercano Oriente y en África. Interesado por las artes visuales desde la niñez, frecuentó el dibujo y la pintura sin abandonarlos al comenzar los estudios universitarios. En 1989, retomó la práctica de esas disciplinas y concurrió durante varios años al Centro de Expresión Artística de Nelson Ramos. Sus trabajos hasta 1992 se orientaron hacia los collages y hacia las pinturas al óleo y acrílico. Desde aquel año comenzó a trabajar la madera en su estado natural. Se trataba de maderas muy duras que habían tenido un uso industrial de muchos años (algunas más de cien) y que llegaron al Uruguay desde Paraguay: curupay, lapacho, ibiraró, quebracho, ibirapitá, etc.. En el período 1992-1995, sus trabajos fueron fundamentalmente ensamblajes ya realizados con una finalidad escultórica. En 1997 realizó para la Fundación Bathuz una escultura de gran formato («Homenaje a la correspondencia»), en Altzella, Alemania. Al año siguiente, una escultura suya fue emplazada frente al edificio de las Naciones Unidas en la ciudad de Nueva York. Representó al Uruguay en la 48ª Bienal de Venecia, en la cual presentó una instalación que abarcó dos series: una de tótems y otra de ruedas, dos de las cuales medían aproximadamente tres metros de diámetro. Publicó el libro «La imagen en la búsqueda».