La educación de calidad forma parte de la Agenda 2030 de UNESCO, es uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Hace unos años concebíamos el desarrollo sostenible en relación únicamente al medioambiente. Desde hace un tiempo se suma a este concepto, el ser inclusivo. El ODS 4 comprende la educación de calidad. La misma pone en el centro al estudiante.
Es el sistema educativo el que debe adaptarse al mismo, y no al revés. Se apunta a una cultura de inclusión, no discriminación y respeto de los Derechos Humanos. ODS 4, constituye la síntesis de las ambiciones de la educación, para «garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad; y promover las oportunidades de aprendizaje durante toda la vida de todos» de aquí a 2030.
Nos invita a ver la educación como transformadora de la sociedad, como un espacio de socialización y experiencia colectiva.
Dentro de las metas de ODS 4 se plantea eliminar las disparidades de género en la educación y asegurar el acceso igualitario a todos los niveles de la enseñanza y la formación profesional para las personas vulnerables, incluidas las personas con discapacidad, los pueblos indígenas y los niños en situaciones de vulnerabilidad. Las instalaciones educativas deben adecuar sus instalaciones teniendo en cuenta las necesidades de los estudiantes.
En cuanto a la formación, propone aumentar considerablemente la oferta de docentes cualificados, incluso mediante la cooperación internacional para la formación de docentes en los países en desarrollo, especialmente los países menos adelantados.
La UNESCO ha recibido el mandato de coordinar los esfuerzos internacionales para alcanzar este objetivo mediante alianzas, orientaciones políticas, reforzamiento de las capacidades, del seguimiento y de la promoción. Mientras los gobiernos tienen la responsabilidad de garantizar el derecho a una educación de calidad, la Agenda 2030 significa un compromiso Universal y colectivo que requiere de la voluntad política, la sociedad civil y el sector privado para construir sistemas inclusivos, equitativos y pertinentes para todos los educandos.
Es necesaria la recolección de datos certeros, oportunos y comparables. La inversión en encuestas de hogares es indispensable para comprender las realidades actuales y fijar objetivos.
El Instituto de Estadística de la UNESCO está preparado para trabajar con los gobiernos y la comunidad educativa internacional con el fin de generar los datos necesarios para garantizar que nadie quede atrás en el impulso por alcanzar los ODS para el 2030.
Las metas planteadas, irán siendo monitoreadas por indicadores. Los países miembros deberán hacer reportes hacia UNESCO. En Uruguay estos indicadores se pueden encontrar en la página web de MEC y datan de 2019.
La agenda de educación presenta una serie de desafíos de medición a los países y a la comunidad internacional. La prioridad es otorgada al aprendizaje y a la equidad, exige una nueva generación de datos internacionalmente comparables sobre educación que puedan ser utilizados no solamente para monitorear el avance, sino también para orientar las políticas y recursos a nivel nacional, regional y global, en forma más eficiente.
En este transitar al 2030 estamos enfrentando la pandemia de Covid 19, ha alterado nuestra rutina y nos ha enfrentado al desafío de poder aprender desde casa.
Los países han redirigido recursos económicos y la conexión se ha vuelto prioridad. En Uruguay según datos de enero 2021, quienes acceden por medio del Plan Ceibal son 800.000 usuarios. Cifra que se ha incrementado de forma acelerada debido a la pandemia.
Con el fin de bajar la movilidad, varios países han recurrido a la enseñanza virtual. Mayormente se utilizan plataformas digitales para la conexión remota y también en algunos casos ha sido necesaria la implementación de programación en televisión abierta o radio, atentos a la heterogeneidad de nuestras sociedades. Es imperioso atender aquellas poblaciones que se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad y exclusión, contribuyendo así a cerrar brechas socioeducativas.
La educación híbrida que estamos viviendo, que combina aprendizaje en la escuela y en los hogares mediante la tecnología, ha venido para quedarse. Estamos aprendiendo de esta crisis, hemos tenido que ser resilientes y creativos.
Es necesario que los sistemas educativos estén preparados para reaccionar rápidamente, otorgar los apoyos y mantener la continuidad del proceso educativo.
Continuaremos transitando en base a una educación de calidad hacia 2030 buscando que nadie quede atrás, en un esfuerzo público- privado, nacional, regional y global. Un compromiso de todos.
Arq. Irene Barla. Diplomada en Innovación y Creatividad en Educación. Dipl. en Defensa Internacional de DDHH. Dipl. en Diseño de Políticas Públicas.
