Nos llama poderosamente la atención el hecho de que en estos días la gente, los uruguayos en su mayoría, parece haberse olvidado de la famosa “grieta” o la radicalización ideológica que amenaza a América Latina y detrás de la enseña del país, de cada país, aparece alineada una enorme mayoría.
Por estos días los problemas políticos, las grandes discusiones, los temas que marcan la vida de un país, parecen haberse olvidado. Los debates apasionados y la defensa de posiciones a veces irracionales, parecen haberse dejado de lado para ocuparse de un tema puntual.
Se nos ocurre que es una buena ocasión para sentirse compartiendo los grandes objetivos, así sean éstos deportivos , como en el caso que nos ocupa, pero también impacta nuestra curiosidad el ver como enemigos recalcitrantes son capaces de compartir, de pensar de la misma forma y sobre todo de tener los mismos sentimientos,
Se nos ocurre que los políticos debieran tomar apunte de esto. Cuando se comparte así sea por unos días se está en un camino adecuado. Después de todo esto indica que no es tan utópico pensar en compartir los grandes temas y poner fin a la “grieta” hacia la que vamos inexorablemente.
Nadie pide que se dejen de lado las ideas cuando son justas y razonables, pero cuando vemos estos ejemplos, se nos ocurre que no estamos tan enceguecidos, sino que todavía estamos a tiempo de desandar el camino que estamos transitando.
Lamentablemente cada Mundial de Fútbol es efímero, se termina y “la gente” vuelve a lo suyo, a la rutina de cada día y la grieta se va profundizando cada vez más.
Sabemos que hay muchas personas que se resisten a considerar que exista grieta. Consideran que siempre hubo mayorías que pensaron de una forma diferente y eventualmente se impusieron de una u otra forma.
No es lo que vemos hoy. Sencillamente porque cada vez más y así lo hemos expresado, vemos que hay una radicalización de las ideas que a nada bueno nos puede llevar.
Siempre consideramos que hay gente buena, que comparte ideales justos en cada uno de los partidos, pero sería ingenuo ignorar que también hay de los otros en todos lados.
Es hora de asumirlo y de reconocer que no hay dueños de la verdad y por lo tanto es importante dialogar, cotejar ideas, ceder y mostrarse capaz de negociar para salir de este camino que cada día más se parece a un callejón sin salida.
A.R.D.