Es bastante frecuente que escuchemos decir: «¿Qué fue de la vida de fulano de tal?». La semana pasada, en una reunión de varias personas, alguien dijo: «¿Y qué fue de la vida de Fabio Guerra, aquel poeta…?». Pues bien, nos pareció buena cosa recordar que se trata de un poeta salteño y periodista, radicado en Montevideo desde hace ya varios años. Nació en febrero de 1963 y entre sus libros publicados figuran «Soliloquio del escudero» y «Loco en su tinta». También escribió la biografía de uno de los grandes maestros del teatro uruguayo, titulada «Atahualpa del Cioppo, un hombre para pensar». La escritura de poemas dirigidos a un público infantil es una de sus tendencias. A continuación transcribimos dos poemas de ese estilo.
Arden los ojos,
duele más la rodilla lastimada
y si uno resbala
se revienta la cabeza
lo único bueno de bañarse
es ahorcar a la esponja
que siempre revive.
El espejo
El Espejo me mira
y yo lo miro
es igual a mi
pero más transparente
por eso sabe si estoy contento
o aburrido
por eso
cuando ando con ganas de descubrirme
le pregunto
y él siempre me responde
y así vamos creciendo juntos
yo, hacia arriba,
él, hacia adentro.