Cada tanto o cuando las circunstancias lo posibilitan, el diálogo es posible de producirse entre ese Director Técnico y cronistas de EL PUEBLO. Como en el mediodía de la víspera, por ejemplo. Determinados diálogos no se transforman en un reportaje, pero se abre para el cronista la posibilidad de acceder a «situaciones de hecho».
El Director Técnico fue apuntando en relación a las complicaciones que fue padeciendo cuando llegó al club y asumió el control del plantel superior, «en la medida que fui notando algún acto de indisciplina, pero también informalidades o mentiras, Como ese jugador que me pidió faltar a la práctica porque no se sentía bien y a las pocas horas veo una foto, con ese mismo jugador tomando cerveza en un cumpleaños. A los dirigentes les fui claro: «yo dirijo jugadores y no dirijo borrachos». Ese jugador ya no pertenece más al plantel. Cuando la mentira se plantea de alguna de las partes, no es posible construir, porque se pierde lo más importante: la credibilidad en la actitud»
