
Universitario no se doblega. No hay rendición. Y supone que lo del 2019 y lo del 2022, más que frustración, implican enseñanzas. Cómo evitar que aquello sucedido.,…no suceda. La primera derrota ante Lavalleja de Minas y la segunda ante Central de San José, en este caso mediante la ejecución de tiros desde el punto penal. Universitario siente que tiene este derecho: de pelearla otra vez. De querer otra vez. De saberse otra vez.
Es concreto que no le faltan razones.
Fue primero en la fase inicial. Superó los Octavos de Final, los Cuartos de Final, y ahora, es uno de los cuatro que resolverán: el quién para reinar.
El rival es Libertad de San Carlos que oficia de local en Maldonado. Universitario viajó ayer. En tiempo y forma, para que todo el prólogo se asocie a la renovada credibilidad que plantea.
Más allá de Libertad, el que eliminó a Bella Vista en Paysandú, la acumulación roja se vuelve correntada, a tal punto que perdió el primer partido en la fase inicial y después no perdió más.
Por lo tanto, sentido de regularidad no le falta al equipo en manos de Emilio Silva. La riqueza argumental que Universitario expone, la validez de razones individuales y sobre todo, el aceitado mecanismo colectivo, sumas de elocuente rigor para que vaya y prospere.
La correntada roja pretende dibujarse otra vez en el Este del país. Allá se fue Universitario. El de David Freitas para atajar y tantos para golear.
Eficacia ejecutiva: eso es. Base para creer que puede. Y fue queriendo poder.
-ELEAZAR JOSÉ SILVA-