Ingresamos al mes más corto del año. Un mes crucial en muchos aspectos. Con la experiencia de un año de pandemia habremos de ingresar a un año en que será necesario tomar medidas que sabemos que tendrán un costo, pero también sabemos ahora cual será.
Se espera que a fines de mes lleguen las primeras vacunas y existe mucha expectativa por su incidencia. Aunque tal como lo hemos expresado no esperamos que se trate de la panacea contra el virus.
Es este el mes en que se habrán de definir muchas medidas y en algunos casos diferentes a las que ya han sido puestas en práctica.
Existe la convicción de que la asistencia a las escuelas será presencial, poniendo en práctica rigurosamente el protocolo vigente y sabiendo que se aumenta el riesgo en salud, pero también se disminuye el daño que la no presencialidad tiene en materia de educación de los niños.
Esperemos que también a nivel de las otras ramas de la educación se determine la asistencia presencial, porque en caso contrario se seguirá ahondando la brecha entre egresados de la enseñanza pública y la privada.
Al mismo tiempo hay otras medidas que deberán tomarse porque la situación que se vive hoy en dichos sectores es insostenible. Hablamos del turismo, de los restaurantes, de los salones de fiesta, que en mayor o menor medida han estado en primer plano de los perjudicados por esta situación.
En materia de ingreso al país ya se han tomado algunas medidas de apertura, debido a que se sabe que hay familias damnificadas, algunas que llevan meses sin reunirse y esto más allá de atentar contra la integración, divide y aleja toda posibilidad de acercamiento, destruye el vínculo afectivo y puede llegar a destruir por completo la integración.
Estamos en un momento en que el riesgo es mayor. Nadie ignora que levantar así sea parcialmente estas medidas significa un mayor riesgo, seguramente un costo mayor, pero el tema está en que medidas tomar ante una pandemia que no se sabe cuando tendrá fin.
Es innegable que hay sectores que se han beneficiado de la situación, pero también es innegable que hay muchos más que se han perjudicado y en alguna medida significará “barajar y dar de nuevo”, pero es hora de determinar cual es la mejor forma de seguir adelante, asumiendo además que sea cual sea la salida elegida tendrá un costo.
Ojalá sepamos elegir el costo menor desde todo punto de vista.
A.R.D.
Decisiones muy difíciles, pero necesarias
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