Deborha Rodríguez en el puesto 19 y Emiliano Lasa en el 13
La información es concreta y revela el estado de situación. Con la información pasa eso. No hay tanto margen para el doble discurso, máxime en estos casos, donde un deportista asiste eliminado o potencia su chande avanzando. Veamos desde EL PUEBLO.
Déborah Rodríguez, quien registró su mejor actuación olímpica en Tokio 2020 sorteando la primera ronda con el noveno mejor tiempo entre 46 participantes y metiéndose segunda en su serie, no pudo repetir este sábado en una durísima semifinal donde las favoritas eran otras. En la general terminó en un meritorio 19.º puesto entre 48 participantes».
«Emiliano Lasa no pudo meterse en la final de salto largo de los Juegos Olímpicos, tal como hace cinco años en Río de Janeiro. Aquella vez lo logró con un primer salto que de inicio le valió la clasificación. Esta vez tuvo que esperar hasta el final y por un centímetro quedó afuera.Con un registro de 7,95, el atleta uruguayo quedó 13.º en la general y a un centímetro de los puestos de clasificación»
NOSOTROS Y ELLOS ALLÁ
Aquel segundo puesto de Deborah Rodríguez y su avance a la semifinal, más lo que supone Lasa. Los uruguayos despertamos ayer con la ilusión apuntando a los dos. Al fin de cuentas alguien sostendría que «lo mejor de la vida, son las ilusiones de la vida». A las 7.10 hs el primer turno de Lasa. Y quedó eliminado.A las 9.10′ hs el turno de Rodríguez. Y quedó eliminada.Cabe preguntarse entonces si ante el desenlace adverso en ambos casos (lo es), se hace necesario convocar a la decepción o al conformismo. Si «lo importante es competir» o «lo importante es ganar»El hecho es que tantísimos uruguayos cultores del deporte en los últimos tiempos, se han vuelto (o nos hemos vuelto) conformistas, por ejemplo a partir del fútbol. Más allá de las boquetes en el «proceso» tabarista….¡trascendente es haber ido a los Mundiales! Y aunque en las últimas ediciones de la Copa América el naufragio ha sido contundente….¡lo bueno es seguir siendo uno más!.Al fin de cuentas, como si la ilusión o la perspectiva de protagonismo, supiese de un techo, capaz de asociarse a la propia estructura mental. Una manera de bloquear el futuro.Por eso, ante el sabado de Emiliano y Deborah, con esa ilusión condenada, cabe interrogarse si se admite la decepción (¿es o no es?) o caso contrario, hay que asistir la nueva e incorregible versión del tan mentado conformismo, brutal enemigo de la dignidad. -DEPORTES EL PUEBLO-