Donald, mire que la ley 1798 puede transformarse en un boomerang para su pueblo
La Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, que Donald Trump ha mencionado recientemente, es una legislación histórica de los Estados Unidos. Fue promulgada durante la presidencia de John Adams en un contexto de tensiones con Francia, siglos atrás. Su propósito original era permitir al presidente deportar o detener a ciudadanos de países considerados hostiles en tiempos de guerra o amenaza inminente.
Trump ha propuesto invocar esta ley para acelerar deportaciones masivas, argumentando que le otorga amplios poderes para actuar contra inmigrantes que considera una amenaza para la seguridad nacional. Sin embargo, esta propuesta ha generado un intenso debate, ya que muchos expertos legales y defensores de derechos humanos cuestionan su aplicación en el contexto actual, donde no existe una guerra declarada.


Sin dudas que es un tema que mezcla historia, política y derechos humanos. Con todo el dolor que provoca, no era algo que pensaba hincarle el diente, hasta que unos amigos, residentes en los Estados Unidos, y amigos de amigos, que residen en Estados Unidos, me fueron comentando, que muchos uruguayos pueden verse afectados, y deportados a nuestro país en el correr del año.
A uno le cuesta creer, o simplemente estaba convencido que todo estaba bien para los nuestros allá, con tantos testimonios escuchados de uruguayos en el país del norte, cuando el mundial de fútbol, que se mostraban felices y orgullosos de vivir en USA, de “hacer la América” y darse todos los gustos, a pesar de extrañar mucho al paisito.
Me cuentan que un gran numero de uruguayos iniciaron sus trámites por los papeles, pero, como buenos yoruguas, quedaron por la mitad, se dejaron estar, se fueron quedando y no completaron los tramites. Y ahora están en la cuerda floja, si les toca la mala suerte que le pidan los papeles, los investiguen y corren el riesgo de ser deportados. Es más, me contó uno que tiene hijos nacidos allí, y que pensaba que eso lo podría dejar tranquilo, porque no pueden echar hijos de la patria, pero, sucede, que dos de su tres críos tienen Mas de 21 años. Los hijos se pueden quedar, pero sus padres se tienen que ir, si son descubiertos…
TAL VEZ TRUMP NO HA PENSADO…
Los latinos, documentados o no, son millones en Estados Unidos, mueven la economía. Ademas hacen trabajos que los norteamericanos no quieren, desde jardineros, mozos barman, lavaplatos, albañiles, todos los trabajo rudos, los domésticos, los rurales. ¿Puede prescindir los EEUU de tanta mano de obra barata?
Los latinos son una fuerza laboral crucial en Estados Unidos. Su contribución va más allá de los trabajos que mencionamos; también son emprendedores, profesionales y líderes en diversas industrias, deportistas de élite, artistas. Además, su impacto en la economía no solo se mide en términos de mano de obra, sino también en el consumo, la cultura y la innovación que aportan. Prescindir de esta fuerza laboral sería un desafío enorme para la economía estadounidense. Muchos sectores, como la agricultura, la construcción y los servicios, dependen en gran medida de trabajadores latinos. Sin ellos, habría un vacío difícil de llenar, especialmente en trabajos que no suelen ser preferidos por otros grupos.
La pregunta de fondo es cómo equilibrar las políticas migratorias con la realidad económica y social.
LO VIABLE NO ES INVISIBLE A LOS OJOS…

¿Cuál es el camino a una solución que no sea tan brusca ni que hunda socialmente a millones de personas, cuál es el termino medio, o el camino ideal?
De los amigos uruguayos con los que he charlado, hay algunos que están buscando soluciones, no sólo para nuestros compatriotas sino para los latinos todos, y me dicen que han comenzado a elaborar propuestas.
“Una solución equilibrada entre economía y políticas migratorias debe contemplar tanto las necesidades económicas de un país como la dignidad y los derechos humanos de las personas. Aquí hay algunos pilares que podrían construir ese camino medio:
Implementar una reforma que permita regularizar el estatus de trabajadores indocumentados que han contribuido significativamente a la economía. Esto podría incluir requisitos como el pago de impuestos atrasados o la demostración de un historial laboral estable.
Desarrollar y expandir programas que permitan a trabajadores extranjeros cubrir necesidades laborales específicas, como en la agricultura o la construcción, con condiciones laborales justas y derechos garantizados.
Invertir en programas de capacitación para fomentar que ciudadanos locales puedan integrarse en sectores donde tradicionalmente la mano de obra inmigrante domina. Esto ayuda a equilibrar la dependencia en trabajadores extranjeros.
Aunque es importante regular la entrada de personas al país, las políticas de control fronterizo deben ser éticas y enfocadas en la seguridad, sin criminalizar a quienes buscan una mejor calidad de vida.
Trabajar con los países de origen para abordar las causas fundamentales de la migración, como la pobreza, la violencia o la falta de oportunidades, para que las personas no se vean forzadas a emigrar.
Diseñar políticas que no solo permitan a los inmigrantes participar en la economía, sino también integrarse social y culturalmente, reduciendo prejuicios y fomentando el respeto mutuo”.
A la distancia, y sin ser acuciado por estos problemas, este enfoque, creemos que requiere un equilibrio entre pragmatismo y humanidad, reconociendo que los inmigrantes no solo aportan a la economía, sino que también enriquecen la sociedad con su cultura y diversidad.
LA REFORMA MIGRATORIA INTEGRAL Y LA CONVIVENCIA EN UN MISMO PAÍS

La convivencia en un mismo país exige tanto justicia como empatía. Una reforma migratoria integral crea las bases legales y económicas para regularizar la situación de millones, mientras que la integración social garantiza que esas mismas personas sean vistas y valoradas como parte de la comunidad. Es un círculo virtuoso.
La integración no solo beneficia a los inmigrantes; también enriquece la sociedad receptora al fomentar diversidad cultural, innovación y un sentido compartido de pertenencia. Por otro lado, una reforma migratoria integral bien diseñada puede establecer equidad, proteger derechos laborales y fortalecer la economía al sacar de las sombras a quienes ya contribuyen al país.
En última instancia, el éxito radica en cambiar la narrativa: no es «nosotros versus ellos,» sino un «nosotros juntos».
Pero, claro, esto suena lindo, simpático, convincente, pero no hemos tenido en cuenta al factor clave, a Don Donald Trump, Presidente en ejercicio de los Estados Unidos de América, que no solo se pelea con los latinos y los quiere expulsar, sino que se ha mostrado belicoso desde que asumió de llevar políticas confrontativas, en todas las áreas. No será tarea fácil convencer a Donald Trump que los latinos son mas importante que sus caprichos.
DESHACER PREJUICIOS ANCESTRALES
No creo que esté en los planes de Trump y su gente, pero, a pesar de ser un largo y sinuoso camino de ir volteando prejuicios ancestrales, que no es algo solo con los latinos, sino también con la comunidad negra y las comunidades asiáticas, debería implementarse un plan de integración profundo, paso a paso, que beneficie a cada comunidad, en el entendido que si mejora cada una, mejoran todas y vivir sin reprocharse nada. Deshacer prejuicios ancestrales es sin duda un trabajo largo y complejo, pero también esencial. Implementar un plan de integración profundo, como mencionan nuestro amigos uruguayo, allá. Sería un gran paso hacia una sociedad más equitativa y armoniosa. Y ya de paso preste mayor atención al patio trasero y nos considere con mas humanas rqazones.
En fin, el esfuerzo está hecho, don Donald, estamos tan lejos, pero estos comentarios van andar por allá, entre nuestros amigos uruguayos que viven en USA, y no es por inmiscuirnos solamente en temas de ustedes, pero, si sirven para aliviar la situación de tantos compatriotas y de tantos latinos, vale la pena hacerlos llegar…
