El condimento clave del fútbol. No otro que los goles. En el caso de EL PUEBLO, hubo que apelar al repaso cronológico. A la evaluación. Y la coincidencia parece ser real, respecto a dos goles de excepción. El primero de ellos, CARLOS ALBERTO VERA a Universitario en la segunda rueda y el restante, más reciente: MATÍAS LEGUÍSAMO de Nacional de Ferro Carril en la instancia final. En el de Vera, sobre el arco norte del Parque Dickinson, el control de pelota. Tres veces para hacerla botar en la derecha. Un giro perfecto y un remate de excepción que se metió sobre el palo izquierdo de Burgos. La técnica individual primero y el impacto en lo posterior. Una perfecta conjugación a cuenta del artuiguense,
En tanto, el turno de Matías Leguísamo, se convirtió en inolvidable. También sobre el arco norte y a cinco minutos de la conclusión de la final. Un misil formidable. ¿A cuántos kilómetros por hora viajó esa pelota?. Una definición para la más encendida historia. Ese gol valió un campeonato. Matías dejó la huella. ¿Qué duda puede haber?
De Vera primero y Leguísamo después
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