back to top
lunes, 12 de mayo de 2025
16 C
Salto

De Alcides Flores… “De vuelta”

- espacio publicitario -
Diario EL PUEBLO digital
Enlace para compartir: https://elpueblodigital.uy/nbt7

De vuelta Alcides Flores en esta página. Por tres motivos puntualmente:

-Queremos que esta publicación sea para el autor de “Historias de Tapellara” (2011) y “Después de las palabras” (2016), algo así como un buen augurio para lo bueno que seguro vendrá en este 2022 y sobre lo que alguna noticia ya hemos tenido, aunque mantenemos el secreto;

-queremos mostrar que el narrador nato que es este salteño nacido en Belén en 1961, no solo cultiva la prosa sino que también trabaja tallando versos, el poema “Sombra” es una demostración;

-finalmente, porque queremos compartir algo poco conocido en él, que es su incursión en la literatura fantástica, aquella que cuestiona las leyes de la realidad, un inmejorable ejemplo es el cuento “De vuelta”.

Ambos textos pertenecen a “Después de las palabras”.

DE VUELTA

Agustín Laborde estaba cansado y aburrido de estar siempre en la misma posición observando aquel techo gris y asqueado de tanta soledad. Por eso aquella mañana decidió escapar por la ventana.

Enseguida volaba cómodamente por encima del hospital. Le resultaba muy cómodo y agradable aquello, recibir la caricia del viento, cuando una ráfaga lo llevó al otro lado de la plaza. Planeó un instante rodeando el edificio y se acercó lentamente a un ventanal del sexto piso y allí lo vio, un hombre estaba cómodamente leyendo el diario. Inmediatamente lo reconoció y descargó toda su bronca contra él, no podía dejar pasar la oportunidad, le gritó barbaridades a la  persona que se las ingenió para quedarse con su casa.

En vano, porque el lector ni se enteró y siguió tranquilo ojeando la cotización de la moneda extranjera.

Laborde miró para abajo, en la vereda algunas hojas secas se cambiaban de lugar empujadas por el viento y otras mojadas resistían aferradas al piso. Una niña en la parada del ómnibus sostenía preocupada tres globos de colores y un cuarto se le había escapado. Él hizo un esfuerzo hasta recuperarlo y bajó lentamente hasta entregárselo en la mano. La niña quedó extrañada pero al final sonrió.

En eso, a Agustín Laborde le pareció escuchar otras voces… Entonces decidió volver. Entró silenciosamente por la ventana del hospital, por donde había salido y allí se vio acostado en la cama con aparatos encima de su pecho, lo rodeaban personas vestidas de blanco que parecían preocupadas. Se dieron cuenta, pensó, porque alguien dijo: —¡Ahí regresa…lo tenemos!.

SOMBRA

Allí, por los rincones, sin moverse

más delgada que nunca y desnuda,

coqueteando con el viento de la mañana,

encontré la sombra.

Sin embargo, sin reparos ni temores

con la cara al sol del mediodía

salió conmigo a pasear por los jardines.

Mañana será, según me dijo,

compañera fiel, inseparable

de quienes obligaron a mis hermanos

a marcharse así, sin avisarnos.

Enlace para compartir: https://elpueblodigital.uy/nbt7