“Las leyes son inútiles para los buenos,
porque los hombres de bien no las necesitan;

y también para los malos,
porque estos no son mejores con ellas”.
Demonax
(filósofo griego)
Hoy se me ha dado por insistir con el tema del permanente infringimiento de leyes, normas, decretos, etc. en el que incurre una y otra vez, sostenidamente, buena parte de la población. Para muchos, una costumbre ya.
Lo haré con el tono que casi siempre tiene esta página, el tono coloquial, común, directo. Pero empezaré por narrar tres casos que tuve la ocasión de presenciar en el último mes, más o menos.
1- Un delivery de una pizzería, una nochecita de un día de semana, cruzó por lo menos tres semáforos de calle Brasil (entre el centro y la Zona Este) con luz roja. Hacía mucho frío, la calle estaba casi desolada, “no debe venir nadie”, quizás pensó (si es que pensó algo).
2- En la tarde del viernes, en calle Agraciada, cerca de la Plaza de Deportes, había sobre la vereda un auto, como si fuera a entrar al garage pero estacionado, como si lo hubieran querido entrar y quedaron a mitad de camino, ocupando desde el cordón hasta la pared. Una persona no vidente, o de baja visión, pese a que llevaba bastón, se lo llevó por delante. Susto, rabia, impotencia…Aunque felizmente ninguna consecuencia física que lamentar.

3-Amanecer de un sábado…Camioneta blanca del tipo de las que transportan pasajeros, con matrícula que parecía no ser uruguaya siquiera. Para frente al puente sobre el arroyo Sauzal (Costanera Norte, próximo al Club Remeros). El chofer baja tres o cuatro bolsas grandes con basura y las arroja al agua. Luego se retira como si nada.
Bien, lo que uno se pregunta es: ¿todas estas personas (y los cientos de personas que a diario hacen eso mismo o cometen otras infracciones similares) no conocen las normas? ¿O las conocen pero no les importa? ¿O será que conocen pero saben que no van a recibir ninguna sanción? Lo de no conocer, no lo creemos, porque como hemos dicho tantas veces, si un inspector los estuviera mirando, no lo harían.
Hay que ser claros: no se puede tener en cada esquina un inspector, un policía…Eso es verdad. No es fácil controlar tantos desmanes. Pero resignarnos tampoco podemos. ¿Qué se puede hacer entonces? ¿Seguir pregonando en los ámbitos educativos? Sí, puede ser. ¿Actuar con mayor firmeza y sanciones que “duelan” más cuando se identifica a un infractor? Tal vez. Aunque por supuesto que nada mejor que la propia conciencia de cada uno, y la responsabilidad, si la hubiera.
¿Y cómo ser más efectivos para identificar a los infractores? No sé, pero, ¿no podrán ayudar en la tarea las cámaras de seguridad que hay por tantos puntos de la ciudad? Seguramente sí.
Somos conscientes que habrá mucha gente a la que no le guste lo que estamos planteando, porque habrá quienes pensarán: ¡quiere que nos multen por todo! No, no queremos eso. Lo que queremos simplemente es más orden, respeto, armonía, una mejor convivencia en definitiva. Y para ello, no queda otra que el control y la sanción, pero no a todos y por todo, claro que no, solo a los que incumplan con aquellas cosas que tienen la obligación de cumplir, nada más, y que además, en general no es para nada complicado cumplirlas. ¿Qué tan complicado puede ser esperar un minuto más en un semáforo, o depositar la basura en el lugar y los días que corresponde, o estacionar donde se debe?
Muchos… Muchos…Muchísimo más ejemplos podríamos dar. Hace algunos días hablábamos en otra nota, en otra página, sobre la famosa veda en la pesca del Dorado (lo mismo podríamos decir de otras especies animales, pesca o caza). Cada tanto se insiste con ella, y a su vez, uno va por allá por la costanera, bien al norte, y cerca de la represa puede observar largas hileras de embarcaciones con sofisticados métodos e instrumentos de pesca que seguramente no andan paseando.
Pero hay otras cosas que se nos ocurre que, directa o indirectamente, tienen que ver con todo lo anterior, y es que si miramos a algunas “grandes personalidades” (entiéndase la ironía) de nivel nacional, nos encontramos con que muchos de ellos son contumaces violadores de las leyes.
¿Acaso algunas figuras que hasta hace poco tiempo se paseaban señorialmente por Torre Ejecutiva no tenían profusos antecedentes penales? Y es entonces ante esas cosas, que uno piensa que es increíble que aún teniendo esos antecedentes, parece que los premiaran con altos cargos y grandes sueldos. Hasta un país poco serio parecemos. Lo mismo con empresas que de repente deben millones de pesos en impuestos (los mismos impuestos que pagamos todos los ciudadanos comunes y corrientes y que si nos atrasamos tenemos serios problemas) y sin embargo no pasa nada, como sus principales tienen afinidad política con el gobierno de turno siempre se arregla de alguna manera, incluso para que salgan beneficiadas.
¡Vaya que muchas veces se premia a los que no cumplen y se castiga a los que hacen un gran esfuerzo para cumplir con todo!
No nos olvidemos que nuestros gurises están mirando todo, las nuevas generaciones están siempre observando y analizando todo, mucho más de lo que creemos o podemos llegar a darnos cuenta. ¿Cuál es el ejemplo que se está dando entonces? ¿Que el acomodo, las influencias, y todas esas sombras tienen más valor que el esfuerzo y la honestidad? Y aunque haya quienes no se den cuenta y crean que una cosa no tiene nada que ver con la otra, estamos convencidos que todo ese mundo de incumplimientos, corrupción y oscuridades, repercuten en la actitud del ciudadano común ante la ley. Claro que repercute en quien puede pensar: ¿y para qué voy a cumplir tanto, si al fin de cuentas aquel otro tiene todos estos antecedentes y hasta es premiado con determinado cargo, beneficio fiscal, etc.? Y aunque cueste asumirlo, hasta en infringir normas de tránsito o de elemental convivencia como el manejo de la basura repercute.
Bueno…Se los premia con un cargo o hasta tienen el tupé de ponerse a consideración de la ciudadanía para acceder a determinado cargo. Porque ¿se enteró lo del Pato Celeste? Un tal Torena, el Pato Celeste, en el gobierno de José Mujica supo ser un gran señor en Torre Ejecutiva aunque cargaba con un montón de antecedentes penales. Este hombre participó en política en 2014, en 2019 no pudo postularse a nada porque estaba preso (por falsificación de documentos) y ahora se prepara para postularse a Diputado. ¿Es broma? Ojalá, pero lamentablemente no. ¿Alguien lo votará? Al menos yo quisiera que no, pero lamentablemente sí.
En definitiva…A veces tenemos la sensación que en este país las leyes están para ser burladas. Y que por más esfuerzo que se haga en ámbitos educativos para enseñar el valor de estas, los ejemplos que ofrece la realidad van por otro lado. Penosamente es así, penosamente muchos llegan a pensar: cumplir con las normas, ¿para qué?