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Cuando no tenemos derecho a enojarnos

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Desde luego que tener una Junta Nacional Antidrogas, cuyo fin esencial es el de impedir operaciones de lavado de dinero, en su mayoría proveniente del narcotráfico, pero sin darle los fondos imprescindibles para su función, es tonto o quizás no tanto…
Nos explicamos la actual legislación llevó el límite de las operaciones efectuadas por un profesional, de los 10 mil dólares (algo así como 45.000 pesos uruguayos), a los 100 mil eximido de la obligación de probar de donde provienen dichos fondos.
Es un caso más, de lo que dijimos anteriormente. Tener organismo de fiscalizaciones, tener controles de determinadas actividades y no darle recursos para desempeñarse es una forma de aparentar cierta rigurosidad, pero en realidad disfrazar una impunidad manifiesta.
Cuando se nos señala por esta impunidad. Cuando se nos incluye en listas negras o grises, por este hecho no debemos ignorar que en realidad quienes lo han hecho tiene razón.
La Junta Nacional de Transparencia y Etica Pública (JUTEC), como el Tribunal de Cuentas y varios organismos más, sólo son decorativos, porque sus atribuciones se limitan a recomendar, asesorar o a lo sumo a denunciar, pero no tienen más potestades que esas.
Es más, solo pueden cumplir con estas funciones cuando tienen recursos económicos suficientes para cumplirlas. En caso contrario su labor es sólo decorativa y se transforma en un zángano más del Estado, que cobra un sueldo (nada despreciable por supuesto) y no cumple ninguna función.

Por estos días se ha planteado el debate de “como es posible que un sindicalista argentino, buscado en su país, haya logrado traer al Uruguay varios autos de ultima gama y montones de dinero en efectivo, burlando todos los controles”.
No sabemos si este debate es cierto o si nos están tomando el pelo. Todos sabemos cómo se hacen las cosas en el Uruguay. Un auto de alta gama no se pasa por la Aduana sin ser visto, ni se puede ocultar como un kilo de azúcar-

¿Por donde pasa entonces?. Quien o quienes los deja pasar. Vamos no somos tontos, somos un país bananero, porque esto nunca se descubre y los “controladores” jamás son controlados.
Es más varios de los contenedores que llegan a Europa cargado de droga, pasaron o fueron embarcados en el puerto de Montevideo. ¿Quién o quienes lo hicieron? Esto nunca se sabe, porque parece un juego de la mosqueta.
Mientras tanto nosotros seguiremos discutiendo muy lejos de este tema, si la LUC si o si la LUC no.
A.R.D.

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